VW Voyage 1.6 Highline Renovación, pero siempre confiable

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VW Voyage 1.6 Highline Renovación, pero siempre confiable

Desde su lanzamiento, en 2008, el Voyage sólo había tenido una pequeña actualización hace un par de años hasta la renovación encarada en 2013. B

Desde su lanzamiento, en 2008, el Voyage sólo había tenido una pequeña actualización hace un par de años hasta la renovación encarada en 2013. Básicamente se trata de una puesta a tono con la nueva imagen de la marca que se introdujo ya con modelos de la gama superior. La primera impresión que produce es la de un modelo con líneas sobrias y elegantes, una especie de Vento en escala reducida. Entre las principales modificaciones se destacan los nuevos faros (los antiniebla ahora son rectangulares) y una parrilla de tono oscuro, ópticas traseras más grandes y estreno de look de las llantas de 15″.

El interior también ofrece cambios en comandos y teclas para otorgarle un estilo más moderno y la renovación del equipo de audio. Mantiene una de las cualidades de este modelo que es el espacioso baúl (480 litros) que cuenta con apertura con llave. El habitáculo, en general, es amplio y cómodo para cuatro personas. La percepción de calidad de los materiales es superior a la del modelo anterior. El volante cuenta con regulación en altura y profundidad, lo mismo que la butaca del conductor. Esto permite obtener una posición de manejo óptima.

Los cambios que adopta el Voyage 2013 no alcanzan a la motorización. Está equipado con el 1.6 de 101 CV y, la unidad probada, tenía caja manual de 5 marchas. Un motor que ofrece una buena respuesta en las primeras marchas lo que garantiza un manejo ágil en el tránsito urbano. En rutas y autopistas su comportamiento es acorde con el tipo de vehículo, un auto pensado para la familia. Necesita tomarse su tiempo para alcanzar velocidades superiores a los 100 km/h, en igual medida que para maniobras de sobrepaso. El sonido del motor no llega a ser del todo molesto en el habitáculo cuando se busca aceleración y los vientos laterales tampoco afectan demasiado la estabilidad del vehículo. La suspensión está pensada para transitar por las calles poceadas de la ciudad sin grandes perturbaciones ayudadas por un buen despeje. En cuanto al consumo, se ubica en el orden de poco más de 9 litros cada 100 km como promedio en un manejo mixto entre rutero y urbano.

FUENTE: AMBITO.COM  23/04/2013