El cambio más favorable y la mejora de la demanda en los tradicionales mercados consumidores de la industria automotriz brasileña generaron una
El cambio más favorable y la mejora de la demanda en los tradicionales mercados consumidores de la industria automotriz brasileña generaron una inesperada reacción de las exportaciones de vehículos este año. En el primer semestre, los embarques subieron 18% y Anfavea, la entidad que representa a las empresas de autos instaladas en Brasil, adelantó que revisará, posiblemente el próximo mes, la previsión que, por ahora, indica que las ventas externas caerán 4,6% en 2013.
Cuando anunció esa previsión, en diciembre, la industria consideraba la recesión europea -de imprevisibles desdoblamientos-y la reducción del intercambio comercial con Argentina. Además, miraba los viejos problemas de competitividad del país, con sus deficiencias de infraestructura, la suba del costo de la mano de obra, pesada carga de impuestos y una tasa de cambio que no favorecía a las empresas exportadoras en esa época.
Pero desde entonces, como se sabe, la cosa cambió. El mercado europeo sigue en crisis, mientras Brasil continúa con baja competitividad en el escenario internacional. Sin embargo, la valorización del dólar desde enero ayudó a aliviar esas dificultades y aumentó el poder de fuego de los autos brasileños en el exterior.
Al mismo tiempo, Brasil y Argentina, a pesar de las restricciones del gobierno de Cristina Kirchner a los productos importados, parecen haber resuelto, al menos por el momento, el embate comercial que el año pasado dejó miles de automóviles, de ambas partes, parados en los puertos a la espera de ingresar en el país vecino.
Números de la balanza comercial brasileña relevados entre enero y mayo indican que las exportaciones de vehículos a Argentina crecieron casi 13%, frente a igual período de 2012. Para México, otro destino importante, subieron 12%. Los números reflejan la expansión en el consumo de autos en los dos mercados, en los cuales acuerdos comerciales permiten la adquisición de vehículos producidos en Brasil impuesto de importación. En México -responsable por 10% de todo lo que embarcan las automotrices brasileñas-, las compras de vehículos avanzan a un ritmo de 9%. En Argentina, destino de tres de cada cuatro autos exportados por Brasil, el crecimiento de la demanda es mayor, de 16%. «Ese desempeño de las exportaciones se vincula con la situación económica de Argentina. En este momento, los argentinos quieren invertir más en vehículos y no prorrogar las compras, porque la inflación es alta en el país», dijo Stephan Keese, socio de Roland Berger.
Por otro lado, la pujanza del mercado brasileño fue fundamental en la recuperación de la industria automotriz argentina, al responder por 87% de los vehículos exportados por el país vecino. Debido a la dependencia que ambos países tienen en el comercio exterior, las automotrices de los dos lados festejaron que la revisión del acuerdo automotor se negociara sin interrumpir el intercambio bilateral.
Con excepción de febrero, las exportaciones de autos suben desde inicios del año, alcanzando el pico de 55.000 unidades en abril, el mayor volumen en 17 meses. No hay números sobre el desempeño que tuvo cada empresa este año. Sin embargo, los resultados de 2012, compilados en el anuario de Anfavea, muestran que no siempre el desempeño de las marcas en el mercado interno se repite en las exportaciones.
Renault, por ejemplo, es la quinta en el ranking de ventas en Brasil, pero ocupa el tercer lugar, detrás de Volkswagen y General Motors, entre las mayores exportadoras. Fiat, líder en el mercado nacional, está en quinto lugar en la lista de las exportaciones.
Aunque lejos de los volúmenes de siete años atrás, cuando Brasil exportaba casi 900.000 vehículos (incluyendo autos desarmados), el desempeño de este año permite al menos la recuperación de las pérdidas de 2012, período en el cual las exportaciones cayeron 20%.
Además de los fabricantes de vehículos brasileños, algunos analistas comenzaron a revisar sus proyecciones sobre exportaciones después de los resultados del primer semestre. Rodrigo Nishida, de LCA, dijo que trabaja con un sesgo de suba en relación a las estimaciones de exportación. Tomando en cuenta el efecto positivo del cambio, la consultora está revisando la expectativa de crecimiento cercano a 5% en las ventas externas de automóviles y comerciales livianos, segmento que registró una suba de casi 20% en los primeros seis meses del año. «Es difícil saber en qué momento Argentina atravesará un ajuste que comprometa nuestras exportaciones», señala Nishida.
La suba del dólar ayudará a las automotrices brasileñas a colocar sus productos en el exterior, además de compensar, al menos parcialmente, los problemas estructurales que pesan sobre la competitividad de Brasil.
Como dijo recientemente Cristiano Ratazzi, presidente de Adefa, entidad que representa a la industria de autos argentina, los automóviles están más baratos en dólares. Sin embargo, cuando se miran los objetivos de largo plazo y las metas trazadas por las propias fábricas de alcanzar el millón de vehículos por año -el doble del nivel actual-, se nota que necesita recorrerse un largo camino.
Al anunciar la recuperación de los volúmenes exportados en la primera mitad del año, Luiz Moan, presidente de Anfavea, recordó que el desempeño tuvo más que ver con la recuperación de los mercados compradores que con una mejora de la competitividad de los autos brasileños en el mercado internacional.
La entidad está elaborando una serie de propuestas de estímulo a las exportaciones. Después de los incentivos exigidos en la última semana para los vehículos híbridos y eléctricos, se supone que ese será el próximo pleito que discutirá Anfavea en Brasilia.
Brasil importa más vehículos de los que exporta. En el primer semestre, la diferencia a favor de los importados fue de 100.000 unidades, lo que sumado a la creciente entrada de autopiezas chinas y coreanas, generó, hasta mayo, un déficit de u$s 5.300 millones en las transacciones comerciales de esa industria.
Se desconoce el tener de los pedidos que harán las empresas del ramo al gobierno, pero, por las declaraciones de directores de Anfavea acerca del tema, el punto de partida sería la desgravación de las exportaciones. Moan adelantó que las propuestas incluirán soluciones de corto, mediano y largo plazo, de manera que Brasil vuelva a ser una plataforma de exportación a grandes automotrices del mundo.
Pero aunque los pedidos se atiendan y el país tenga una viabilidad compatible con la de los grandes países exportadores -sin depender solo de la cotización del dólar-, las automotrices también tendrán que hacer su parte, aproximando los niveles de eficiencia, calidad y seguridad de los vehículos producidos aquí a los estándares de los mercados exigentes. «Lo que exportamos son subproductos. Lo que aumenta la demanda por nuestros autos es el precio más competitivo (en dólares) del producto exportado», dijo un especialista, que pidió no ser identificado.
FUENTE: CRONISTA.COM 11/07/2013