La desaceleración de los últimos tiempos fue como pasar de una Ferrari a un auto a gas. Aunque sin pique, el sector automotor sigue su marcha en una r
La desaceleración de los últimos tiempos fue como pasar de una Ferrari a un auto a gas. Aunque sin pique, el sector automotor sigue su marcha en una ruta de varios carriles: según el canal y el tiempo en que se hagan las operaciones de compraventa, un vehículo tiene, al menos, seis precios distintos.
Estos son: el de fábrica, el de lista del concesionario y el financiado. Convertido en usado, tiene su valor de clasificado, el de permuta y el propuesto por los que ofrecen «efectivo ya».
Esta diversidad se volvió más compleja desde 2013 con las distorsiones que causaron los nuevos impuestos a la salida de fábrica. La disposición oficial elevó en hasta 100% el valor de algunos vehículos nuevos, y eso repercutió en los usados.
La reciente suba del piso imponible volvió a mover los precios. Por ejemplo, algunos que habían quedado al límite, como el Citroën C4 Lounge en una versión equipada, mostraron bajas significativas. Pero la lista oficial también mostró ajustes hacia arriba.
Allí, en la lista de valores sugeridos por las terminales y publicada por la Asociación de Concesionarios de la República Argentina (Acara), es donde comienza la cadena de números. Esa nómina, cuentan en el sector, exhibe precios «pisados» para no superar la línea del impuesto, ya que hacerlo elevaría tanto el valor de algunos modelos que la demanda actual difícilmente lo soportaría. De allí la desaparición de algunas versiones full, que convirtieron en pérdida los márgenes de rentabilidad.
En la lista oficial, el Volkswagen Gol Trend, motor 1.6, base, se ubica en $134.700. El mismo auto se ofrece en concesionarios a un valor de unos $136.164. Pero quien busque financiación verá otro número final.
Por ejemplo, un préstamo prendario en un banco a un plazo máximo de 60 meses, para financiar entre 70% y 85% del valor de la unidad, tiene una tasa de interés en torno del 35% anual. La otra opción, en general más beneficiosa, es un plan de ahorro por 84 meses. En el caso del Gol, el costo mensual de la «cuota pura» de un plan que financia el 70% es de $1.326,62.
Ahora bien, el monto a desembolsar varía entre $1.263 y $2.100 según la etapa, y prevé un pago adicional, por el 30% restante, de $47.758 para la adjudicación. Al cabo del recorrido, el costo final del vehículo llega a $189.079. Eso, sin contemplar la variación en el precio del vehículo (por impuestos, dólar, disponibilidad u otro factor) que eleva las cuotas. Claro que el desembolso se compensa con un mayor patrimonio, según informa La Nación.
Luego, el comprador debe saber que sacar el auto del concesionario no es como pasar por la caja del supermercado. Requiere afrontar costos adicionales que pueden llegar al 5% del precio del vehículo.
Un año más tarde, el dueño que ganó en comodidad habrá perdido valor: «Los vehículos pierden entre 18% y 19% al año de uso, y otro 5% a 6% a los dos años», estima Gonzalo Dalmasso, coordinador del sector en la consultora abeceb.com.
Los usados también tienen valores diversos. No sólo porque no hay dos usados iguales en kilómetros o cuidados, sino porque la carga tributaria sobre los 0Km estiró la brecha: «En muchos casos, el impacto del impuesto hizo que se agrandara la diferencia tradicional del 10 al 20% entre los cero y los usados jóvenes, a un 30%, y los compradores supieron aprovecharlo», describe Alberto Príncipe, presidente de la Cámara del Comercio Automotor (CCA).
Esto perjudicó sobre todo a los vendedores del segmento superior. No fueron pocos los que, superados por los altos costos de mantenimiento -por ejemplo, el seguro-, se vieron obligaros a volcarse al mercado. Según Dalmasso, «los autos de alta gama por lo general perdieron valor de reventa, dado que la carga del impuesto interno no se ha trasladado totalmente al precio de los usados». Por todo esto, hoy los precios de los usados tienen infinitas acepciones.
Los clasificados online exhiben precios que son referencia de valor y fiel reflejo del mercado. Jonathan Szwarcman, gerente de clasificados de MercadoLibre, que cuenta con 175.000 vehículos publicados (más de la mitad de usados), precisa que el Gol está segundo entre los más buscados y uno de los más ofertados.
En cuanto a precios, la convivencia entre concesionarios e individuos acerca los valores a los de la plaza, ya que la demanda marca el equilibrio. Lo demostró la incidencia de la actualización impositiva del mes pasado: de una semana a la otra, los autos de alta gama tuvieron un descuento del 7% en adelante.
La eventual ventaja en el precio de clasificados es que en el conjunto puede haber oportunidades de algún particular apurado. La no financiación es la parte negativa.
Si usted es propietario, probablemente haya encontrado un volante en su ventanilla: «Compro su auto. Pago al contado. Todos los modelos y marcas; chocados, inhibidos, prendados, embargados, con o sin deuda. Resuelvo en el acto», un teléfono celular y un código de Nextel. He ahí otro precio para los vehículos. El «valor folleto». En buen estado, sin deuda, choques ni problemas judiciales, el valor del «efectivo ya» (que prometen en mano, al final del día) parte de un 20% por debajo del precio de clasificado del mercado. Es el punto de partida para empezar a descontar.
En los concesionarios, dice Príncipe, es posible la toma de vehículos, pero con pagos bancarizados y sólo en los casos que estén en condiciones de venta inmediata. En esos locales existe otro precio: el de permuta, que pondera distintos costos que «devalúan» los autos. «Desde que ingresa a la agencia tenemos un 7 u 8% de impuestos, gastos operativos y utilidades», comenta. La valuación es artesanal.
FUENTE; IPROFESIONAL.COM 03/08/2015