Trail Blazer: genética todoterreno

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Trail Blazer: genética todoterreno

Tal como lo anunció tiempo atrás, Chevrolet sigue lanzando nuevos productos al mercado y ofrece modelos en segmentos en los que estaba ausente. Entre

Tal como lo anunció tiempo atrás, Chevrolet sigue lanzando nuevos productos al mercado y ofrece modelos en segmentos en los que estaba ausente.
Entre los vehículos que se sumaron a la amplia propuesta en la Argentina se destaca la Trail Blazer, un todoterreno derivado de la también nueva S-10.
En el creciente mercado de los 4×4, los diseños desarrollados para los terrenos más desafiantes empiezan a perder posición frente a los que combinan cierta capacidad off road y mucho confort de marcha. En general, con carrocerías autoportantes, con doble tracción, algunos con alta y baja, han ganado espacio entre los consumidores que circulan más del 90 por ciento sobre el asfalto y que ocasionalmente, por trabajo o por descanso, tienen que ir más allá del pavimento.
La Trail Blazer, en cambio, es un puro exponente de los vehículos todoterreno montados sobre chasis con largueros, como la Toyota SW4 (su rival directa) o la Nissan Pathfinder, que se caracteriza n por una robustez extrema.
Tiene buen despeje del suelo para el off road.
Pero en este caso también lo hace sin renunciar al confort de marcha y el bienestar de todos los pasajeros.
Sus creadores tuvieron bien en claro lo que quisieron hacer: un 4×4 de pura cepa, confortable, bien equipado y con capacidad para siete pasajeros (la última fila de asientos más apta para chicos que para adultos).
Usaron como ingredientes principales un chasis robusto, una mecánica probada, un buen arsenal tecnológico de confort y seguridad, y un generoso espacio interior. El resultado es un producto muy bien logrado, con pocos aspectos criticables y muchos para elogiar.
El frente es similar a la S-10 y cambia desde el pilar central hacia atrás. Como dijimos, nace desde la S-10. Se comercializa en dos versiones, LT y LTZ que es la que nosotros probamos.
La Trail Blazer tiene bajo la piel casi todo idéntico a la pickup. Motor turbodiésel 2.8 de 180 CV asociado a una caja automática de marchas y opción de pasar los cambios de modo secuencial.
Está equipada con frenos de disco en las cuatro ruedas con ABS, EBD y control de frenado en curva; seis airbags (frontales, laterales y de cortina), y controles de estabilidad, tracción y ascenso y descenso en pendientes.
Como dijimos, tiene tres filas de asientos y la tercera se repliega dejando un lugar plano para la carga.
Completa información de la computadora abordo. El interior es similar al de la S-10, con los comandos bien ubicados y completos. Los tapizados son de cuero y tiene un muy buen nivel de equipamiento, que incluye asiento regulable eléctricamente, computadora de a bordo, control de velocidad crucero, comando de audio al volante y climatizador automático, que además incluye salidas y controles independientes en las plazas traseras, algo útil en un vehículo de gran tamaño como éste.
En el andar, la Trail Blazer también está a la altura de lo que se espera. Tiene un muy buen comportamiento en ciudad y en ruta, equilibrada y estable, considerando un 4×4 de su peso y altura, temas que hay que tener en cuenta especialmente en las maniobras de frenado.
Pero en el off road también demuestra su genética todoterreno, con buen despeje y bajos protegidos contra los golpes ocasionales.
Pudimos viajar por caminos de tierra y anduvimos por los médanos. En ambos casos se mostró ágil y potente.
Uno de los puntos fuertes es el amplio espacio interior y la tercera fila de asientos que amplía la capacidad a siete ocupantes. Tiene selectora de doble tracción con alta y baja automática, se conecta girando una perilla próxima a la selectora de cambios. Un punto destacable es la posibilidad de pasar de tracción simple (trasera) a doble en alta mientras se conduce.
Con un consumo promedio cercano a los 12 kilómetros por litro y un tanque de 76 litros, la autonomía está asegurada.
Podría ser mejor la calidad percibida de algunas partes del interior y la insonorización del motor.
A la hora de comprar hay que tener en cuenta que salvo algunos aspectos estéticos y muy pocos de equipamiento, la LT y la LTZ comparten la misma mecánica y todos los elementos de seguridad activa y pasiva.
Es en definitiva un producto que cumple con todo lo que se espera de un verdadero vehículo 4×4, sólido y robusto, a lo que agrega bastante confort, seguridad y una tercera fila de asientos. Una buena propuesta para la aventura off road con toda la familia a bordo.
554
Litros
Es la capacidad del baúl con la tercera fila de asientos rebatida

fuente: lanacion.com 16/03/2013