“¿Ustedes tiene planeado recibir más vehículos en los próximos días? No traigan más autos, por el bloqueo a las importaciones no tenemos más lugar”. E
“¿Ustedes tiene planeado recibir más vehículos en los próximos días? No traigan más autos, por el bloqueo a las importaciones no tenemos más lugar”. Este curioso mensaje lo recibieron días atrás varias automotrices que operan con la Terminal Zárate. Es el principal puerto donde desembarcan los autos importados que llegan a la Argentina. Y está colapsado: ya no tiene espacio para albergar más vehículos.
En la T.Z., los vehículos desembarcan y esperan unos días hasta que se libere el trámite de nacionalización de la unidad. Desde ahí, los autos son trasladados a los concesionarios o a los depósito de la marca. En condiciones normales, un auto no pasa más de una semana en la T.Z. Sin embargo, en los últimos tiempos, se produjo un cuello de botella: hay marcas que tienen autos varados en la T.Z. desde hace meses. Deben pagar una estadía para mantenerlos en ese lugar. Y todo es por la demora el SIMI.
Así se llama el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones, que autoriza el ingreso, nacionalización y venta de cualquier producto extranjero que llegue a la Argentina.
Las restricciones a las importaciones comenzaron en diciembre de 2019, cuando asumió el presidente Alberto Fernández. La Argentina pasó, de un día para el otro, de cuatro años de importación libre -lo cual impulsó la llegada de muchas automotrices nuevas, en especial de origen chino- a una serie de restricciones aduaneras. El motivo de la traba es conocido: la falta de dólares para financiar esas importaciones.
Estas trabas se agudizaron en los últimos meses, complicando los planes de comercialización de varias empresas que viven de las importaciones.
La aprobación o no de los permisos que otorga el SIMI está a cargo de la Subsecretaría de Política y Gestión Comercial Externa, que depende de la Secretaría de Industria de la Nación. Esa autorización se utiliza para liberar en el puerto la mercadería importada y girar las divisas al exterior.
Sin embargo, desde enero de 2021, las necesidades de importación de insumos para la producción y bienes terminados de las empresas deben ser tramitados por vía del sistema TAD (“Tramite a Distancia”, de la AFIP). El proceso se volvió aún más lento de lo habitual. Y eso desencadenó la acumulación de autos sin permiso para ser liberados en la Terminal Zárate.
La T.Z. no es el único lugar del país que acumula vehículos varados. Algo similar está ocurriendo en la Zona Franca de La Plata, otro de los puertos elegidos por las automotrices para desembarcar sus productos importados: hay trámites de importación demorados desde hace meses.
Desde hace años, el SIMI es utilizado por el Estado argentino como una canilla -burocrática y arbitraria- para regular el flujo de importaciones -y la salida de dólares- del país.
Es un problema acerca del cual las automotrices no quieren hablar on-the-record. Pero, en off, se descargan y dicen vivir la incertidumbre con “mucha angustia por la acumulación de automóviles en los puertos, los sobrecostos que esto implica y el deterioro por los meses a la intemperie”. Esto acarrea además la postergación de planes de inversión en el país.
El país, con estas demoras, también resulta afectado en su recaudación de impuestos. Cuando son liberados del puerto y la Zona Franca, los vehículos comienzan a tributar impuestos que representan mucho más de la mitad del valor de venta al público. La falta de dólares que padece la Argentina es tan acuciante que está comenzando a asfixiar al propio Estado.
FUENTE; AUTOBLOG.COM.AR 19/01/2021