Hace tres años que Rolls-Royce, por medio de su máximo dirigente, Torsten Müller-Ötvös, hizo público que lanzarían al mercado un nuevo SUV. Tambié
Hace tres años que Rolls-Royce, por medio de su máximo dirigente, Torsten Müller-Ötvös, hizo público que lanzarían al mercado un nuevo SUV.
También declaraban en aquel entonces que el modelo estaría por encima de los Range Rover, Mercedes Clase G y Bentley Bentayga. Y así es como se fue planeando el Cullinan, el cual hoy se hizo realidad.
Su nombre lo dice todo: Cullinan es el diamante más grande jamás encontrado, y tiene su origen en Sudáfrica, hace más de un siglo. Actualmente forma parte de las joyas de la corona británica.
Cuando Rolls-Royce bautizó su modelo con ese nombre fue un claro aviso de lo que se venía, y mientras muchos se preguntaban por qué la marca lanzaba un modelo como tal, la explicación fue muy sencilla: Todo apunta a que será el modelo más vendido de la marca.
Actualmente, Rolls-Royce vende unos 4.000 coches al año, con el Cullinan debería alcanzar las 6.000 unidades. Además, le permitirá llegar con mayor facilidad a mercados donde las rutas distan mucho de ser perfectas, como Vietnam, Indonesia o Tailandia.
Su estética, con la esencia Rolls-Royce
Con un diseño totalmente original, el nuevo SUV es más que un simple Rolls-Royce elevado, es un auténtico todoterreno, con una capacidad de vadeo de 540 mm, por ejemplo, que lleva los conceptos tradicionales de Rolls-Royce con su potencia, lujo y confort hasta nuevos territorios.
En los 112 años de historia de la marca, es la primera vez que Rolls-Royce fabrica un todoterreno y también la primera vez que propone la tracción integral en uno de sus modelos.
El Cullinan está basado en la plataforma «Architecture of Luxury» desarrollada para los modelos de la marca. Si bien en el Rolls-Royce Ghost se emplean muchos elementos del BMW Serie 7, la marca prefirió desarrollar su propia plataforma para los nuevos modelos.
Así, el nuevo Phantom y el Cullinan comparten esa versátil plataforma que ningún otro modelo del grupo BMW fuera de Rolls-Royce podrá usar (el próximo será el nuevo Ghost).
Aunque el Cullinan sea 400 mm más corto y 200 mm más alto que el nuevo Phantom 8, es un vehículo imponente.
Mide 5.341 mm de largo por 2.164 mm de ancho y 1.835 mm de alto. Es decir, es 20 cm más largo que el Bentley Bentayga y 35 cm más largo que el Range Rover LWB (de chasis largo).
Tiene una distancia entre ejes de 3.295 mm (30 cm más larga que en un Bentayga), lo que deja augurar un espacio interior sin rivales.
Por otro lado, los Rolls-Royce no son rápidos, ya que son pesados. En este caso llega a 2.660 kg. Pesa 100 kg más que el Rolls-Royce Phantom 8 y 200 kg más que el Bentley Bentayga.
Las suspensiones del Cullinan son las mismas que en el Phantom 8: independientes a las cuatro ruedas con doble paralelogramo delante y multilink detrás con amortiguación neumática y barras estabilizadoras activas.
La principal diferencia está justamente en los amortiguadores neumáticos, albergan un mayor volumen de aire para permitir un recorrido de la suspensión más grande y por ende ofrecer más confort en una pista de tierra, por ejemplo.
La transmisión integral permanente (tiene un reenvió a las ruedas delanteras detrás la parte trasera de la caja de cambios) carece de reductoras. Y es que entre la caja de cambios ZF de 8 relaciones, el par motor a bajas vueltas del V12 (850 Nm a 1.600 rpm) y la gestión electrónica del conjunto, los ingenieros consideraron que sería un elemento redundante.
El conductor puede accionar el botón «off-road» y que equivale al modo todoterreno automático. Gestiona 12 elementos del motor, transmisión y suspensión para salvar cualquier obstáculo. También puede seleccionar los modos «nieve», «arena» y «rocas», por si fuese preciso.
El motor es el V12 de 6,75 litros de cilindrada, como marca la tradición, y desarrolla 571 cv a 5.000 rpm. Entrega un máximo de 850 Nm desde tan sólo 1.600 rpm.
En diseño, se mantiene en una línea conservadora con el resto de la gama. Con el portón trasero de doble hoja a lo Range Rover, su diseño es en realidad un homenaje a los Rolls-Royce «D-back» de los años 30, como el Phantom II 40/50 HP Continental Sports Saloon de 1934, en los que el maletero era una protuberancia en la zaga.
El interior es muy similar en su diseño al del Phantom 8, con formas sencillas y un tablero casi depurado para tratarse de un Rolls-Royce. Es personalizable hasta casi cualquier extremo.
Pero el verdadero lujo del Cullinan está en otros aspectos, como el propio auto que baja 40 mm cada vez que se abre, ya sea con la llave o tocando una de las manijas de las puertas. Y vuelve a subir al arrancar.
En tecnología, tiene cámaras de visión 360º, cámara de visión nocturna y puntos de acceso wi-fi.
FUENTE; IPROFESIONAL.COM 11/05/2018