Se trata de una síntesis del Renault Zoe, primer modelo 100% eléctrico de la marca del rombo concebido como tal y, lo que es mejor, fabricado en serie
Se trata de una síntesis del Renault Zoe, primer modelo 100% eléctrico de la marca del rombo concebido como tal y, lo que es mejor, fabricado en serie, con un tamaño compacto y a precios accesibles.
Conceptos que confluyen para acercar el nuevo paradigma del auto eléctrico, que se abre camino rápidamente en todo el mundo, a un mayor espectro de usuarios. Los autos eléctricos tienen desafíos: el desarrollo de la infraestructura de carga y la autonomía son los más relevantes; sin embargo, modelos como el Zoe, presentado oficialmente en el Salón del Automóvil de Ginebra 2012 y a la venta desde fines del año último en varios países de Europa, abren un panorama alentador para este tipo de vehículos de emisión cero (ZE).
¿Por qué? En especial, porque el Renault Zoe, basado en la plataforma del Clio IV, no es un auto de serie al que se le injertó un motor eléctrico. Como se dijo, fue diseñado a partir de la pequeña unidad impulsora, lo que le otorga varis ventajas estructurales frente a sus hermanos con motor convencional, aunque sin romper con sus líneas exteriores y proporciones con el diseño de éstos, con objeto de facilitar la aceptación por parte del público.
Las líneas exteriores del Zoe son modernas y fluidas, aunque sin romper con los paradigmas actuales en materia de diseño. Con esta premisa, el Zoe muestra una carrocería hatchback de 5 puertas con líneas muy fluidas y dinámicas, «sin esquinas ni puntos de corte», según el diseñador del exterior, Jean Sémériva. Además, el frontal del Zoe respeta el nuevo family feeling de Renault, que integra la parrilla, las ópticas rasgadas y el rombo más grande. Todo en un tamaño muy compacto, con una distancia entre ejes de 2588 mm, que permite una longitud máxima de 4084 mm por 1730 de ancho (sin los espejos) y 1562 de alto.
Las ventajas estructurales de la compacta motorización eléctrica (en posición delantera) son evidentes en el mayor espacio del habitáculo y en el baúl de 338 litros, volumen generoso para un auto chico como el Zoe, que se amplía a 1225 rebatiendo el asiento posterior.
Selector de los modos de marcha de la caja automática. Además, el pack de 12 módulos (192 celdas) de la batería (de ion-litio, 400 V y 22 kWh de energía disponible), que pesa 290 kg, está debajo del piso del habitáculo, lo que contribuye a bajar notoriamente el centro de gravedad del auto con las conocidas ventajas que esto trae en la estabilidad y el comportamiento dinámico del vehículo. De hecho, en las pruebas de manejo entre la capital de Portugal y la zona costera-montañosa de Cascais, la facilidad de manejo, agilidad y rapidez de maniobras (la dirección, obviamente con asistencia eléctrica, es impecable) dejaron claramente de manifiesto esta notable cualidad del Zoe. Por las dudas cuenta con ABS, asistencia de frenado de emergencia y distribución de la potencia de frenos (EBD), y control de estabilidad (ESC). No en vano, el Zoe obtuvo 5 estrellas en los exigentes crash tests de la EuroNCAP.
En esta gran agilidad mucho tiene que ver el motor eléctrico del tipo sincrónico, que entrega una potencia máxima de 88 CV (65 kW) y un torque constante (otra ventaja de los autos eléctricos) de 220 Nm (22,4 kgm). Este último parámetro es fundamental para las buenas cifras de aceleración del Zoe (0-80 km/h en 8,6 s y 0-100 km/h en 13,5). La velocidad máxima, en tanto, está limitada a 135 km/h para preservar la autonomía de la batería.
Mayor autonomía
El Zoe cuenta con un navegador Tom Tom especial para autos eléctricos, que incluye la ubicación de los cargadores (funcionan con una tarjeta) callejeros. Al Zoe le cabe el honor de ser el primer modelo eléctrico de serie homologado con una autonomía superior a los 200 km; concretamente, ofrece 210 km. Sin embargo, en la práctica puede alcanzar hasta 150 km de autonomía sin dificultades. Esto es más de los 70 u 80 km que ofrecían otros modelos eléctricos.
El secreto del Zoe es el sistema Range OptimiZEr, que tiene tres componentes: un dispositivo de recuperación de la energía de frenado de última generación (transforma el calor que se produce al frenar en electricidad para cargar la batería), aire acondicionado frío-calor independiente (así no se saca energía del sistema impulsor) y neumáticos especiales para autos eléctricos Michelin Energy E-V de muy baja resistencia al avance (recordemos que este parámetro consume aproximadamente un 20% de la potencia en un auto convencional).
Para recargar la batería, Renault desarrolló el cargador Chameleon que permite adaptar la fuente de alimentación, monofásica o trifásica, y entregar hasta 43 kW de carga. De esta forma hay tres modos de recarga. Tomando energía de la corriente domiciliaria, entre 6 y 9 horas (a 3 kW), y con cargadores específicos (existen 20.000 en Europa y se prevé unos 5000 más por año) permite los modos acelerado, 80% de la carga en 1 hora (a 22 kW) y 80% en 30 minutos (con carga a 43 kW). El zócalo de conexión está oculto detrás del rombo de la parrilla, que se abre para permitir la carga de la batería.
El estilo de manejo del conductor es muy importante para salvaguardar la energía acumulada en la batería. Para eso, Renault incorporó un panel de control frente al conductor con pantalla TFT con medidor de autonomía en km, un económetro (indica el consumo y la recuperación de energía en tiempo real), velocímetro, indicador del modo de marcha (caja automática), más computadora de viaje, termómetro y reloj. Además, un indicador para evaluar al conductor. Así, éste se muestra verde con una conducción ecológica, azul si es neutra y violeta si consume mucha energía.
El interior es simple y con la consola al estilo de los smartphones. La consola central, con diseño estilo Smartphone (todo el interior es moderno y minimalista), cuenta con el sistema integrado multimedia R-Link de conexión, que agrupa navegador, radio, teléfono, Bluetooth, puertos para dispositivos externos y mucho más. La posición de manejo es muy confortable y, claro, el auto es extremadamente silencioso, hasta el punto que al encender el motor (mediante switch de arranque y parada), el Zoe emite música para avisar que éste está en funcionamiento.
Por si fuese poco, el Renault Zoe tiene un alto nivel de equipamiento y cuesta en Francia (donde, eso sí, se aplican fuertes exenciones impositivas para los eléctricos) 13.800 euros (que lo convierte en el eléctrico más barato del mundo), precio muy accesible porque lo verdaderamente costoso, la batería, es independiente del vehículo. Se entrega mediante un sistema de alquiler por 79 euros mensuales, con recambio garantizado. Una solución práctica y efectiva.
El baúl es más amplio que el de un hatchback gracias al compacto motor eléctrico.
210
kilómetros
Es la autonomía homologada del Renault Zoe. Es el primer auto eléctrico que supera la barrera de los 200 km
FUENTE: LANACION.COM 23/03/2013