Qué pensamos de Alberto Fernández? ¡Antes de responderle por Fernández, quisiéramos saber cómo nos va a dejar Macri!". El diálogo -textual- fue con un
Qué pensamos de Alberto Fernández? ¡Antes de responderle por Fernández, quisiéramos saber cómo nos va a dejar Macri!». El diálogo -textual- fue con uno de los máximos referentes del sector automotor. Entre las terminales existe una profunda preocupación por el futuro inmediato, y ya no por el desplome de las ventas en el mercado interno ni por el retroceso de la producción. Una lastimosa realidad con la que empresarios y obreros del sector vienen sufriendo desde hace más de un año.
El malestar de las automotrices con la Casa Rosada radica en una abultada deuda que las empresas le reclaman a Macri por subsidios y reembolsos impagos. Y las trabas que están sufriendo para pagar importaciones, por culpa del «cepo».
Las complicaciones se evidenciaron el mes pasado, cuando el Gobierno incumplió con el pago de los subsidios que había acordado con las automotrices, y que se tradujo en rebajas en los precios de las unidades.
Las terminales reclaman una deuda de nada menos que $1.200 millones, que se acumularon entre julio y agosto. Esos meses, las fábricas continuaron con el plan que se había iniciado en junio, y que implicaba descuentos de hasta $90.000 en el valor de los cero kilómetro.
De acuerdo al precio del vehículo -la división se colocó por encima o por debajo de los $750.000-, entre el Estado y las empresas se repartían un subsidio para mejorar el volumen de ventas.
Para los autos por debajo de ese monto, el Estado aportaba $20.000 y los fabricantes, otros $30.000. Y por arriba de los $750.000, el Estado subsidiaba en $40.000 y las empresas, en otros $50.000.
El programa permitió morigerar la caída pero de ninguna manera alcanzó para pasar a un registro positivo en el sector.
La venta de 0km volvió a sufrir en octubre las consecuencias de un mercado cargado de incertidumbres y dudas, provocando una baja en los patentamientos que superó el 30%, comparado con el mismo mes del año anterior.
No es la única cuenta pendiente. Las terminales también acusan una demora en los reembolsos a las exportaciones, un reclamo que es generalizado al resto de la industria.
Desde las automotrices aseguran, en diálogo con iProfesional, que la demanda trepa a los u$s600 millones. Un monto que se duplica si se toma en cuenta a todos los sectores industriales que venden al exterior.
Sin embargo, el tema más delicado refiere al «cepo». A partir del 1° de septiembre, las automotrices quedaron limitadas para acceder al mercado de cambios y hacerse de los dólares para pagar importaciones. Ya sea de vehículos terminados (a sus propias filiales del exterior) o en la compra de piezas y autopartes.
Y si bien hubo un flexibilización en los montos para comprar dólares y pagar, existe un tope de u$s2 millones diarios. Desde el mes pasado, además, las empresas están obligadas a fundamentar con documentación el pedido de dólares al Banco Central.
Es decir, tienen que justificar cada dólar que se llevan del BCRA. Además, están obligadas a presentar toda la documentación en los bancos al menos 72 horas antes de la operación.
En un par de empresas consultadas por iProfesional aseguraron que ya existía un descalce en sus balances por la cantidad de importaciones realizadas antes del cepo, y que ahora ni siquiera pueden pagar a un precio sustancialmente más alto.
En algunas de esas fábricas afirman que existe un peligro cierto de un recorte de la producción, que ya viene lastimada por la crisis económica.
El golpe también es para las autopartistas independientes, que dejan de cobrar y no están en condiciones de financiar a una gran multinacional que, encima, desconoce en qué momento podrá recurrir al mercado cambiario para comprar dólares.
Un dato no menor es que si bien la devaluación de 2018 terminó en un verdadero derrumbe de las ventas, la escala de las importaciones sigue siendo de varios cientos de millones de dólares cada mes. De hecho, dos tercios de los entre 30.000 y 50.000 vehículos 0km que se patentan en la Argentina son importados.
Ahora bien: cuando todavía queda un mes para el traspaso del mando, la pregunta es quién se hará cargo de estos pasivos. ¿Macri o Alberto F.? Está claro que los empresarios presionan para que sea el actual jefe de Estado. Temen que el próximo Presidente desconozca toda o parte de la deuda. Pero la verdad es que sólo el tiempo dará las respuestas.
FUENTE; IPROFESIONAL.COM 13/11/2019