Como consecuencia de la devaluación impulsada por el Gobierno, la creciente inflación, la falta de oferta y el impacto del cada vez más extendido alca
Como consecuencia de la devaluación impulsada por el Gobierno, la creciente inflación, la falta de oferta y el impacto del cada vez más extendido alcance del impuesto a las unidades de alta gama, a fines de este mes, cuando el año termine, los precios de los autos habrán subido alrededor de un 50 por ciento.
Ante la consulta de LA NACION, en varias terminales se negaron a hablar sobre los precios de sus vehículos por un tema de confidencialidad y competencia, pero reconocieron que los valores que manejan están en relación directa con la devaluación del peso avalada por el Gobierno durante el año, que llegó -según los datos del Banco Central (BCRA)- al 31,5 por ciento hasta ayer.
En algunas compañías indicaron incluso que cuando el Poder Ejecutivo depreció el peso un 20% a fines de enero pasado, tomaron la decisión de incrementar sus precios por encima de ese valor con la justificación de que sus listas ya tenían meses de atraso. Pero el peso continuó su camino de depreciación: de febrero hasta la actualidad, el Gobierno devaluó 8,5% más en cuentagotas.
Los autos más vendidos en el mercado interno en la Argentina son los más chicos, que principalmente se importan desde Brasil. Pero los que se producen en la Argentina -de gama media- tienen más de un 50% de integración importada. Es por esto que el valor del dólar impacta directamente en los precios.
Menos oferta
Pero, además, en la actualidad surge como novedad una creciente restricción de la oferta. «No hay autos», confió el dueño de un concesionario en el encuentro de Acara. Por la crisis de divisas y la deuda que tienen las empresas con los proveedores, menos insumos llegan del exterior, lo que resiente la producción.
«Cuando tenés problemas de oferta suben los precios porque hay incertidumbre y los comercializadores no saben cuál va a ser el costo de reposición», dijo una fuente del mercado. «Hubo mayores precios buscando mejorar la rentabilidad por la caída de las ventas», confirmó el dueño de una concesionaria.
En la actualidad, el margen de rentabilidad que tienen los concesionarios es de un 6 por ciento neto (es decir, sin impuestos).
El dueño de la concesionaria agregó además que los valores de los vehículos venían atrasados y por eso su actualización será mayor que el costo de vida real estimado para este año, de un 40 por ciento.
«Los precios de los autos sufrieron la alta inflación de los primeros meses de año», aseguró. Y especificó que durante esos meses los autos se encarecieron hasta un 2% por mes, pero que ahora la actualización se mantiene en alrededor del 1% mensual.
Los problemas no terminan allí. Sucede que las terminales les deben cerca de US$ 2000 millones a sus proveedores en el exterior.
En la actualidad, sólo acceden a US$ 100 millones mensuales para importar sus productos, cuando necesitarían cerca de US$ 300 millones. Este mes el Gobierno autorizó sólo a las empresas que invierten en el país a tomar US$ 96 millones más. En enero, el Gobierno prevé evaluar la cantidad de divisas que destinará a este mercado. Será un dato interesante en un año de elecciones y en un momento en el que las compañías del sector debieron restringir sus líneas de producción, lo que impactó directamente en el empleo industrial.
«Es un número alto», dijeron en una terminal sobre la estimación que realizó el presidente de Acara para los precios a fines de año. «Ahora, si hablás del impacto cada vez mayor que tuvo el impuesto a los vehículos de alta gama, ese número no es descabellado», advirtieron en la filial de una de las mayores automotrices.
Tributo oneroso
Según un informe de abeceb.com, ya hay dos modelos nacionales (el Focus de Ford y el Citroën C4 Lounge de PSA) que tienen versiones más equipadas (las full) dentro del impuesto. Más de la mitad de las versiones de gama media que se producen en el país (32 variantes) tienen sus precios sobre el límite del gravamen.
«El impuesto generó confusión en los consumidores, lo que impactó en las expectativas. Además, las versiones full de los modelos de gama media fueron alcanzadas por el impuesto y quedaron fuera del mercado e, incluso, muchos fueron discontinuados», señaló la consultora en su trabajo.
El Poder Ejecutivo fijó en noviembre de 2013 el gravamen y tiene la facultad para modificar las bases imponibles, que se ubican en 170.000 pesos (se aplica una tasa de 30%) y de más de 210.000 pesos (50%).
Sólo puede modificar la alícuota en un 25%.Un cambio mayor implica pasar por el Congreso. En la industria apuntaron que se trata de tasas nominales, pero que cuando se hacen efectivas se duplican.
«El Gobierno piensa que el impuesto le conviene porque las terminales pisan los precios que están en el límite».
«Pero en rigor esa situación hace que suban más los precios de los autos que tienen más margen», que se mostró optimista con que la actualización del impuesto finalmente llegue a comienzos de 2015..
FUENTE: LANACION.COM.AR 11/12/2014