Por el dólar, hay autos 0Km que subieron más del 70% en lo que va del año

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Por el dólar, hay autos 0Km que subieron más del 70% en lo que va del año

De los presagios de un 2018 récord, a las peores previsiones de los últimos años. En esa montaña rusa está embarcada la industria automotriz, que está

De los presagios de un 2018 récord, a las peores previsiones de los últimos años. En esa montaña rusa está embarcada la industria automotriz, que está sufriendo los embates de la devaluación y cuyas consecuencias se agravan mes a mes.

Hasta el mes de agosto, había incertidumbre, pero el sector se esperanzaba con evitar el derrumbe: en el acumulado, los patentamientos se mantenían en terreno positivo y eso generaba algo de tranquilidad.

Sin embargo, en septiembre se terminó por confirmar la crisis: los patentamientos se desplomaron casi 35%.

«El panorama difícil que veníamos observando se pone más complejo, las turbulencias financieras que retraen la actividad económica en general y nuestra actividad en particular, hace que hayamos tenido en septiembre una caída interanual muy fuerte que reciente todas nuestra estructura comercial», afirmó Dante Álvarez, presidente de ACARA, quien agregó que «el sector tiene temas urgentes que atender».

Mirando hacia adelante, las perspectivas de las automotrices son aun más pesimistas: están prácticamente descartadas las posibilidades de recuperar el mercado, y todo indica que habrá que rezar mucho para llegar a las 800.000 unidades.

De confirmarse, esto implicaría unos 100.000 vehículos menos que en 2017.

La contracara de este escenario de caída de la demanda es lo que está sucediendo con los valores de los 0Km. Los manuales indican que una baja en ventas le quita presión al alza a los precios de un bien.

Sin embargo, esto no es lo que ocurre en la industria automotriz: según un relevamiento de iProfesional, solo en lo que va de octubre, hubo vehículos cuyos precios experimentaron saltos incluso por encima del 15%, con modelos que ya superaron el 70% en lo que va del año.

Según explicaron a este medio desde un concesionario de una marca líder, los ajustes son inevitables y seguirán por un par de meses más ya que -pese a la relativa tranquilidad del billete verde de las últimas semanas-, todavía no se han puesto al día con la devaluación acelerada que se vivió en los últimos meses.

Lo mismo advierten desde las terminales. Los directivos de compañías advirtieron que no existe la posibilidad de no incrementar los valores aunque las ventas caigan a pique, debido a los problemas de rentabilidad que esto generaría.

«Todavía no fue trasladado a precios todo el costo de la devaluación. El punto central es que nuestra industria, aunque se fabrique mucho en la Argentina, depende de la importación de piezas y autopartes que tienen valor en dólares. Es un momento muy difícil y estamos preocupados», admitió el directivo de una automotriz.

Lo que sí está confirmando esta crisis, es que la guerra de promos, que se daba por terminada al comienzo del año, todavía no quedó sepultada, especialmente por el accionar de las agencias, que suelen utilizar esta alternativa como “manotazo de ahogado” cuando va cerrando el mes y deben llegar con los objetivos. Así, los descuentos o bonificaciones les permiten cumplir con las metas, a costa de resignar más rentabilidad.

La inflación, marca por marca

Desde que la suba del dólar empezó a experimentar los saltos más pronunciados, a fines de abril, hasta que las marcas avanzaron con los ajustes de precios de forma más notable, pasaron por lo menos dos meses.

A partir de julio, pero especialmente en agosto, las modificaciones se hicieron más y más evidentes.

Sin embargo, la política por marcas ha sido variada: algunas dieron un salto más fuerte, como Chevrolet; otras lo vienen haciendo de forma mucho más paulatina, como Toyota; no faltan las que realizaron dos ajustes mensuales, como Citroën y Peugeot, tal como lo hicieron en septiembre; mientras que otras cambian los porcentajes mes a mes, como Volkswagen, según el modelo.

Frente a las masivas, las importadas recurrieron a otras estrategias: bonificar el precio del dólar. Así, marcas como Hyundai tomaron un dólar a $20 cuando estaba a $28, acción que implementaron para su modelo Creta; mientras que este mes están avanzando con descuentos que llegan a u$s12.000 en el precio final del vehículo, de modo de tentar a los compradores.

El problema es que, lejos de contenerse las subas y cuando el mercado acusa la caída más alarmante en patentamientos, los incrementos continúan y ya promedian el 15% en octubre.

Un caso es Peugeot, cuyos valores se incrementaron un 18% en el mes. El 208 de entrada de gama, por ejemplo, pasó en el mes de $464.400 a $551.500. Este modelo llega importado de Brasil, pero el mismo retoque se implementó en el 308, que es de producción local, el cual pasó de $603.000 a 716.400 pesos.

Renault, en tanto, aplicó en octubre una suba de 10%. El Kwid (foto), que es el auto más económico de la marca, pasó de $354.300 a $390.700.

Para comparar con el inicio del año, este mismo vehículo en enero de 2018 tenía un valor de $223.800, es decir, se incrementó casi un 75% en lo que va de 2018.

Otro ejemplo se puede observar en el Captur, el SUV que se ha convertido en uno de los que más crece en ventas de la marca: en octubre pasó a valer $706.000, casi 10% más respecto del mes previo. En paralelo, frente al nivel de comienzos de año, el salto fue del 56%.

En el caso de Citroën, los precios se incrementaron un 13%: por ejemplo, el modelo más económico de la marca, el C3, pasó de $466.000 a $528.500; mientras que el C4 Lounge, el sedán mediano que se fabrica en la planta de El Palomar, en la versión de entrada de gama se incrementó de $606.000 a 688.000 pesos.

Para tener como referencia, al comienzo de año, el C3, el auto de entrada de gama a la marca, salía $309.000, es decir, aumentó también un 71 por ciento.

La excepción fue el C4 Cactus «Made in» Mercosur, que fue recientemente lanzado: el incremento fue del 5% en el mes, al pasar de $609.000 a 645.500 pesos.

La alemana Volkswagen, por su parte, aplicó en octubre un incremento que va del 2% al 6% según el modelo. Sin embargo, la marca viene de un fuerte ajuste en agosto, cuando avanzó con un alza del 21 por ciento.

Por ejemplo, ese mes el auto más barato de la marca, el Up! en su versión Take, tenía un precio de $350.000, mientras que en la actualidad sale 453.700 pesos.

El Gol, uno de los autos más vendidos del mercado, tenía un precio hace dos meses de $406.900, en tanto que hoy día se comercializa a $514.400.

Un dato clave es que esta versión del Gol, a principios de año, tenía un precio de $262.000. Es decir, experimentó una fuerte suba de casi 100% en 10 meses.

Por otro lado, donde se realizó el menor ajuste -a fin de salvarlo del impuesto interno y la marca resignó rentabilidad- fue en el SUV mediano, el Tiguan AllSpace, el cual llegó este año al mercado proveniente de México, y rápidamente sufrió el impacto de la devaluación, por lo cual la marca lo bonificó de u$s38.000 a 32.000 dólares.

Un segmento en problemas

El segmento de SUV medianos es, en general, uno de los más afectados. El mismo volvió a recuperar jugadores a partir de 2017, una vez que el mercado se regularizó con la eliminación del primer escalón del impuesto interno (decretada por Cambiemos en 2016).

Sin embargo, con la suba del dólar y siendo la mayoría de los modelos importados, los cuales pagan todos los impuestos (incluso el 35% por ser extra Mercosur), otra vez están en serios problemas.

Este es el caso del mencionado Renault Koleos, pero también Peugeot con el 3008 y 5008; y Citroën con el Grand C4 Spacetourer, se encuentran en la misma encrucijada.

«El impuesto interno no tiene sentido. No tendría que existir, porque se impuso como un gravamen al lujo cuando en realidad alcanza a todas las marcas y modelos del segmento medio», dispararon desde una automotriz masiva.

«El Gobierno prometió eliminarlo y no solo que no cumplió sino que estamos viviendo el mismo problema que tuvimos en 2014, cuando recién lanzados algunos modelos, tras el boom de ventas en 2013, tuvimos que discontinuar esos vehículos. No tiene lógica», protestó el director de una terminal argentina.

Los usados, ¿una oportunidad? 

En este contexto de desconcierto, cuando un sedán familiar mediano 0Km (Ford Focus, Citroën C4 Lounge o Toyota Corolla, entre otros) promedia el millón de pesos en su versión más equipada, entonces para muchos compradores una buena alternativa son los usados.

A este mercado suele llevarle un tiempo más largo en reaccionar, y por eso, según afirmaron desde la Cámara de Comercio Automotor, «hoy es el mejor momento para comprar un seminuevo».

Mientras que la brecha entre un 0km y un vehículo con un año de antigüedad históricamente ronda el 20%, hoy se encuentran diferencias que superan el 40 por ciento.

Si bien este gap no se mantendrá mucho tiempo, Alberto Príncipe, presidente de la cámara, aseguró que se pueden cerrar buenas operaciones comprando un seminuevo.

Por otro lado, en el sector también advierten que la crisis les llegará en poco tiempo, y temen por la caída en ventas, porque muchas veces el recambio de un usado está ligado a la compra de un 0km, y en este momento el escenario para realizar esta operación es poco propicio.

FUENTE; IPROFESIONAL.COM  11/10/2018