Bajo la influencia del "cepo" cambiario, el dólar se convirtió, sin lugar a dudas, en un objeto de deseo para gran parte de los argentinos. Con la im
Bajo la influencia del «cepo» cambiario, el dólar se convirtió, sin lugar a dudas, en un objeto de deseo para gran parte de los argentinos.
Con la imposibilidad de acceder a la divisa estadounidense con fines de atesoramiento y con un «blue» que durante los últimos meses se distanció más de un 35% del oficial, todo aquello que tuviera «olorcito» a billete verde se convirtió en un imán para los ahorristas.
Así fue como hacer turismo en el exterior, con la posibilidad de pagar paquetes con tarjeta, en cuotas y al tipo de cambio fijado por el Banco Central, pasó a ser una opción cada vez más tentadora frente a destinos en el mercado doméstico, donde las tarifas se vienen ajustando cada año a tasas por encima del 25 por ciento a causa de la inflación.
En la misma línea, los vehículos importados también se convirtieron en otra fuente de atracción para buena parte de los argentinos.
Y esto obedeció a dos factores principales:
Las alzas de precios en dólares, que fueron mínimas frente a las variaciones que vienen experimentando los vehículos de automotrices nacionales (este es un factor que ayudó a compensar la aceleración de la devaluación de los últimos meses).
La posibilidad de pagar en pesos los vehículos importados, al tipo de cambio oficial y en cuotas.
Y si bien no se consideran una inversión, porque no ofrecen un retorno y además su compra implica afrontar gastos, al ser bienes que están «atados» al dólar, este tipo de autos brinda una sensación de refugio para los potenciales compradores.
Guillermo Dietrich, CEO de la red de concesionarias que lleva su nombre, explicó a iProfesional.com que «para muchas personas resulta atractivo acceder a un vehículo importado porque se pueden conseguir en pesos al tipo de cambio oficial».
En la misma dirección, Maximiliano Scarlan, economista de la consultora Abeceb.com, sostuvo que «el hecho de que los autos que llegan de afuera estén nominados en dólares pero sean comercializados en moneda local es uno de los atractivos que explicó la buena performance de algunas marcas».
Claro que, en esta carrera por captar una mayor porción de la torta del mercado, los resultados no fueron los mismos para todas las marcas.
En efecto: en momentos en que los dólares son una variable crítica, el Gobierno profundizó el cerrojo para forzar un elevado superávit comercial. Y esto generó que la suerte que corrió cada una de las automotrices fuese muy dispar.
El punto central es que esta rama de actividad, anualmente, le deja a la administración kirchnerista un «rojo» de u$s8.000 millones.
De este modo, con el objetivo de neutralizar esta «aspiradora» de dólares, los funcionarios presionaron a terminales e importadoras para que, o bien reemplacen componentes importados por producción nacional, o compensen sus balanzas comerciales exportando cualquier tipo de productos, desde soja hasta cueros.
Esta creciente presión sobre las empresas, sumado al menor dinamismo del mercado automotriz local -que impactó en el número de vehículos patentados-, determinó que en 2012 se importaran menos vehículos que en el período anterior, lo que implicó una menor erogación de divisas.
Según un informe de la consultora Market Research & Technology, elaborado en exclusiva para iProfesional.com, entre enero y noviembre último ingresaron al país 492.000 vehículos -entre autos, comerciales livianos y camiones-, una cifra que se ubicó por debajo de los cerca de 551.000 unidades registradas en el mismo período del año pasado, lo que implicó un descenso del 11%.
Lo cierto es que algunas compañías sobrellevaron el año con éxito. Otras, en cambio, sucumbieron ante el «cerrojo» implacable y cerraron un 2012 para el olvido.
Radiografía: las marcas que movieron el amperímetro
Al analizar el ranking de importaciones de autos y camionetas, se observa que, en total, cerca de una treintena de marcas registraron operaciones aduaneras.
La automotriz que lideró el podio fue Renault, con importaciones por cerca de u$s1.370 millones, seguida muy de cerca por Volkswagen, que se ubicó en el segundo puesto tras haber ingresado vehículos por el equivalente a u$s1.147 millones.
En tanto, Chevrolet cerró el top 3 con vehículos traídos de afuera por unos u$s760 millones, tal como se puede observar en el siguiente gráfico:
Las que salieron airosas frente al «cerrojo»
Entre las automotrices «importadas» que pudieron contar con más vehículos a lo largo de 2012 y que pudieron sobreponerse a la política del cerrojo, se destacó la automotriz BMW, que logró importar vehículos por u$s71 millones, lo que implicó un alza superior al 280% respecto al 2011.
Le siguió en el ranking la marca Mini Cooper, que también forma parte del grupo alemán. En Aduana registró, hasta el mes de noviembre, operaciones por u$s11,5 millones, que implicaron un salto del orden del 250%, tal como se puede observar en la siguiente infografía:
Esta espectacular suba de la firma alemana, sin embargo, tiene una explicación: la compañía había cerrado un 2011 para el olvido, con muy poco stock y largas demoras en la entrega de vehículos. De modo que, tras alcanzar un acuerdo con el Gobierno -por el cual se comprometió a exportar agua mineral, soja y cuero-, sus importaciones en 2012 experimentaron un fuerte salto, dado que la base de comparación era muy pequeña.
Pese a esta fuerte recuperación, la participación de la casa alemana en el mercado de autos Premium en la Argentina, es apenas una «sombra» de lo que supo ser.
En efecto: en 2010, año récord para la marca, llegó a patentar cerca de 3.500 unidades, casi un 60% más que el nivel alcanzado el año pasado (2.200), lo que muestra a las claras lo difícil que se le hace operar a la compañía en la Argentina.
En el tercer puesto se «coló» la automotriz de origen británico Land Rover, con un incremento del orden del 181%, tras haber registrado operaciones por cerca de u$s8 millones.
La automotriz está representada en la argentina por la compañía de capitales chilenos Ditecar -que nuclea también a Volvo y Jaguar- y que, para lograr un mayor cupo, debió comprometerse con el Gobierno a exportar productos agrícolas al país trasandino.
Cabe destacar que Land Rover redujo las importaciones de todos sus vehículos (Defender, Discovery y Freelander), excepto de la Range Rover, una SUV que fue lanzada hace apenas un año y que se convirtió en el gran caballito de batalla de la compañía.
En el cuarto puesto entre las marcas con mejor desempeño importador se ubicó Toyota que, a diferencia de las anteriores, sí cuenta con planta fabril en la Argentina.
Al analizar la performance de la compañía se destaca el «ocaso» de su «exótico» Prius, el modelo híbrido de origen japonés que combina un motor naftero y otro eléctrico para reducir el consumo de combustible.
Hasta noviembre se habían importado apenas 42 unidades, un 40% menos que en 2011. Como contrapartida, los vehículos que «descollaron» fueron el Corolla brasileño y la RAV4, que explicaron el 95% de las importaciones.
Paralelamente, las marcas englobadas bajo el paraguas del grupo Chrysler también exhibieron un buen incremento en el número de autos nacionalizados, de la mano de un mercado interno que traccionó fuerte.
Lucas Ramírez, gerente comercial del grupo en la Argentina, explicó que una de las «estrellas» del año fue Jeep, «que tuvo un crecimiento del 40% en 2012 en el nivel de patentamientos. Esto se debió al fuerte trabajo que hicimos en materia de fidelización de clientes, la consolidación de una red de 23 concesionarios integrales y la posibilidad de ofrecer productos con una excelente relación precio-producto».
El directivo dio el caso de la Gran Cherokee, el modelo tope de gama de la marca, que «llegó totalmente renovada y respondió muy bien porque sumó más equipamiento y prestaciones sin incrementar su precio en dólares».
También, destacó que «fue importante para la compañía el aporte del Compass y el Patriot, dos modelos del segmento ´SUV light´ que permiten ingresar al mundo Jeep a partir de precios del orden de los u$s34.000 que se pueden pagar en pesos al tipo de cambio oficial».
Audi es otra de las marcas que exhibió un marcado incremento en el número de vehículos nacionalizados, con una fuerte suba en la cantidad de unidades patentadas en el mercado interno, del orden del 20%.
«Para nosotros, 2012 fue un año excelente, cargado de muchas novedades, como los nuevos A4, A5, Q3 y el A1 Sportback. Todo esto nos permitió que tengamos un share del 50% en lo que es el mercado de autos Premium», destacó Gonzalo Cassina, gerente de marketing de la marca de los anillos.
El directivo resaltó «la muy buena performance que tiene el A1. En menos de dos años, desde que fue lanzado, ya comercializamos 2.700 unidades, una cifra muy buena para lo que es el segmento de alta gama».
Contracara: las que más terreno perdieron
Entre las automotrices que más dificultades experimentaron a la hora de ingresar vehículos figuraron Nissan que, además de las trabas que aplicó el Gobierno, también debió hacer frente -durante buena parte del 2012-, a la caída del acuerdo con México, que derivó en que estos vehículos -que allí son fabricados- pasaran de tributar un arancel del 0% a uno del 35%.
Así las cosas, la marca de origen japonés -que se encuentra bajo el ala del empresario Manuel Antelo, titular de Car One- logró nacionalizar hasta noviembre unos 2.800 vehículos (entre autos y camionetas), lo que implicó un desplome interanual del orden del 77 por ciento.
Todos los modelos sufrieron caídas, excepto el March, el nuevo chico de la automotriz que no se comercializaba en 2011.
Otra compañía que registró una importante baja en el número de vehículos importados fue Peugeot, con un marcado descenso del 46%.
Esta fuerte contracción, sin embargo, obedecería al menor ingreso de unidades del 207, modelo que se fabrica tanto en Brasil como en la planta local que la empresa tiene en El Palomar.
Sucede que, como en la Argentina se patentaron unas 4.800 unidades menos que en 2011, la compañía no necesitó tanto del «backup» brasileño y privilegió la comercialización de vehículos de producción nacional.
En el tercer puesto se ubicó Mitsubishi, con apenas 500 vehículos nacionalizados entre enero y noviembre de 2012, con operaciones que implicaron un magro monto de u$s12,5 millones, cerca de un 50% menos que en 2011.
Cabe destacar que los licenciatarios en la Argentina se habían comprometido a compensar los dólares con ventas al mundo de alimento balanceado para animales, maní y hasta agua mineral envasada.
Al trazar una radiografía sobre la marca se observa que, salvo por el fuerte crecimiento de la relanzada Outlander -que tuvo un repunte del 300%-, el resto de los modelos sufrieron fuertes descensos, con la L200 y el clásico Lancer a la cabeza, que padecieron bajas del orden del 60%.
De la mano de estos números, la performance de Mitsubishi en el mercado interno fue floja: en 2012 apenas arañó las 600 unidades patentadas cuando un año atrás había logrado comercializar más de 1.000 vehículos.
Entre las compañías que también registraron bajas, figuran Smart -el citycar co-desarrollado por Mercedes-Benz-, Fiat y Alfa Romeo.
Esta última empresa apuntaba alto tras el relanzamiento en la Argentina. Sin embargo, 2012 no fue el mejor año para la casa italiana.
Por el contrario, conforme cayeron sus importaciones (-18,5%), también bajó el nivel de patentamientos en el mercado interno. Así las cosas, en 2012 apenas se vendieron 281 unidades, lo que implicó un derrumbe de casi 40% respecto al año anterior.
En este contexto, el año que ya se inició plantea un importante desafío para las compañías instaladas en la Argentina. No es para menos: hay una larga lista de lanzamientos en carpeta para un mercado que, según el consenso de los expertos, se movería en los mismos niveles que el 2012, con el agravante de que la soja no brilla como hace meses y mensualmente se recortan las perspectivas de la cosecha. Así, el dólar seguirá siendo una variable crítica para el Gobierno y las importaciones continuarán fuertemente monitoreadas.
FUERTE: IPROFESIONAL.COM 08/01/2013