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MINI Cooper S Countryman A114 Para todos los caminos

La llegada del MINI Countryman abre el espectro para los amantes de la mítica marca. Un vehículo más racional, con buenas prestaciones, menos radical,

La llegada del MINI Countryman abre el espectro para los amantes de la mítica marca. Un vehículo más racional, con buenas prestaciones, menos radical, de cuatro puertas, que permite un uso cotidiano ayudado por un mayor despeje del suelo. Además, cuenta con tracción integral.

El MINI fue una marca que irrumpió con fuerza en el mercado argentino y rápidamente sumó una larga lista de fanáticos. Su diseño, su carácter deportivo y un andar adrenalínico fueron los atributos que marcaron la diferencia. Pero es cierto que por tratarse de un vehículo extremo, además de amores, generó también cierta resistencia para consumidores más tradicionales.
La llegada del Countryman rompe con ese concepto ya que se presenta como un modelo más racional. Se trata del primer MINI de cuatro puertas en las que las plazas traseras son habitables gracias a unas mayores dimensiones al modelo clásico.
De hecho, mide de largo más de 4 metros. A esto se suma que también cuenta con tracción integral lo que lo convierte en un vehículo con una potencialidad más amplia.
En su diseño exterior se diferencia de los modelos ya conocidos de la marca que controla BMW básicamente por una imagen más robusta, ayudado por sus mayores dimensiones. Sin duda, es y se ve más grande y alto que el MINI tradicional. Otro detalle a tener en cuenta es el mayor despeje del suelo acorde a sus funciones de 4×4.
En el interior se destaca principalmente un habitáculo más espacioso y luminoso que el esperado. La unidad probada -la Cooper S A114- contaba con techo solar panorámico.
El mayor despeje del suelo permite una posición de manejo más elevada lo que ya lo distingue del resto de la gama con butacas bien bajas para resaltar su espíritu deportivo.
El diseño del tablero de instrumentales y comandos es de estilo retro, muy llamativo pero no del todo simple de manejar. Hay que tomarse unos minutos para entender correctamente el funcionamiento. El baúl es relativamente generoso para el tipo de auto.
A la hora de medir su desempeño de marcha se encuentran nuevas diferencias con los modelos ya conocidos de la marca.
La primera sensación es que se trata de un vehículo que se puede disfrutar todos los días al no tener prestaciones superdeportivas que pueden llegar a cansar. El despeje mayor del suelo hace que se pueda manejar más relajado en pozos y cunetas porteñas sin temor a golpear como sucede con el Cooper S tradicional.
Lo mismo con la suspensión que muestra un comportamiento menos duro. El volante tiene buen grip y la dirección es lo suficientemente liviana para manejar cómodamente por la ciudad.
En la ruta logra buenas prestaciones aunque, vale reiterar, que no es un ultradeportivo pero le sobra potencia para desplazarse muy bien dentro de las velocidades permitidas. La caja automática de 6 marchas (se pueden pasar manualmente desde la palanca o de levas detrás del volante) se comporta correctamente. Se lo siente firme, ayudado por los neumáticos de 18 pulgadas, y no sufre movimientos por los vientos laterales. En cambio, la insonorización no es uno de los puntos a favor.
En cuanto al funcionamiento de la tracción integral, es una buena ayuda para caminos de tierra o asfalto mojado lo que lo convierte en un vehículo versátil.

FUENTE: AMBITO.COM 27/03/2012