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Microchips: un efecto de la pandemia que ya impacta en las automotrices locales

Un Chevrolet Onix, el modelo del Segmento B (chico) fabricado en Brasil, puede tener hasta 1.000 microchips. Se trata de los semiconductores que lleva

Un Chevrolet Onix, el modelo del Segmento B (chico) fabricado en Brasil, puede tener hasta 1.000 microchips. Se trata de los semiconductores que llevan los dispositivos de los autos modernos, que resultan vitales para el funcionamiento de los sistemas de seguridad, conectividad, confort y mecánica. Es casi el doble de los chips que puede llevar un auto del mismo segmento y origen, pero de generación más anticuada, como puede ser el caso del VW Gol Trend, también brasileño.

La combinación de plantas cerradas por la cuarentena del Coronavirus y el aumento de la demanda global de dispositivos electrónicos -para el estudio y el trabajo a distancia- desataron una tormenta perfecta en la industria de los microchips, provocando la escasez de estos semiconductores en todo tipo de productos. Entre las industrias más afectadas se encuentra la automotriz, debido a la gran cantidad de chips que demandan los autos modernos.

Hasta ahora, la escasez de microchips había afectado a los países más desarrollados, donde se encuentran las fábricas de autos con mayor capacidad de producción de vehículos modernos. Pero, debido a la persistencia del desabastecimiento, de a poco comenzó a impactar también en las automotrices locales.

General Motors anunció ayer en Brasil que, a pesar de la escasez de microchips, no dejará de ofrecer equipamientos en los modelos fabricados en ese país. Es algo que la automotriz no pudo sostener, por ejemplo, en América del Norte, donde se vio obligada a eliminar dispositivos en productos de gran demanda, como la pick-up Silverado.

“Agregando tecnologías innovadoras, la marca Chevrolet transformó sus vehículos en referencia en seguridad, confort, conectividad y performance”, declaró el ejecutivo argentino Carlos Zarlenga, presidente de GM América del Sur.

“No vamos a dejar de ofrecer aquello que nuestros clientes más valorizan en un automóvil ni enfocarnos en versiones básicas a raíz de la escasez momentánea de suministros, por más que eso esté impactando momentáneamente en nuestra producción”, agregó Zarlenga.

La aclaración del ejecutivo es a raíz de que la planta de Gravataí, que produce los Onix en Brasil, tuvo que suspender la producción y recortar el ritmo de entrega de unidades debido a la falta de semiconductores.

Stellantis, por su parte, eligió el camino del recorte de equipamiento: en Europa, las últimas unidades del veterano Peugeot 308 S llegaron a los concesionarios del Viejo Continente con tableros analógicos, en lugar del famoso instrumental digital: esto permitió ahorrar casi una docena de semiconductores por unidad, al recurrir a una tecnología más simple. De todos modos, este modelo dejará de fabricarse en el segundo semestre, para ser reemplazado por el nuevo 308 III, para el cual ya se espera haber solucionado el problema de suministro de chips.

El diario La Nación publicó el sábado pasado un informe completo acerca de cómo está impactando la crisis de los microchips en la industria automotriz mundial.

FUENTE; AUTOBLOG.COM.AR 15/06/2021