La venta de 0km empieza a sentir las consecuencias de los cambios económicos y la incertidumbre política que se generó en los últimos meses. A un i
La venta de 0km empieza a sentir las consecuencias de los cambios económicos y la incertidumbre política que se generó en los últimos meses.
A un incremento del 35% del valor del dólar entre fines de abril y junio, se sumó la inflación en pesos que no se detiene y un sinfín de cambios en el gabinete que no hacen más que aumentar las dudas a futuro.
Si bien en mayo los patentamientos lograron sostenerse y tuvieron un resultado favorable frente al mismo mes del año anterior, en junio la situación parece complicarse y en los concesionarios ya advierten un enfriamiento total de las operaciones.
De acuerdo a datos a los que pudo acceder iProfesional, hasta el viernes pasado, la cantidad de patentamientos apenas superó los 40.000 autos, frente a los 60.000 alcanzados en el mismo período del mes anterior.
Si bien la última semana es clave para cerrar los números, porque en tres días hábiles se pueden patentar más de 20.000 autos (el mes pasado se realizaron hasta 8.000 operaciones en un solo día), se espera que el cierre quede lejos de las 82.000 unidades que antecedieron a junio.
De acuerdo a los concesionarios consultados por este medio, la gente empezó a dudar sobre la conveniencia de gastar sus ahorros en un 0km o esperar que pase este momento de crisis. «Cambio el auto o me compro dólares«, es la gran duda de quienes llegan a un salón de ventas y averiguan el precio de los vehículos.
A esto se suma que en menos de un mes, el precio de los 0km se incrementó hasta un 16% en algunos segmentos y modelos, con el retoque más bajo que fue de 7% en marcas como Toyota y un promedió del resto del 10 por ciento.
Además, en algunos casos, se hicieron tres listas de precios en un mes, de modo que aquel que consultó por un auto una semana y no se decidió, cuando fue a la semana siguiente se encontró con variaciones.
Otro dato que confirman los vendedores es que los segmentos afectados son todos. Si bien primero se frenan las ventas de los más chicos, que son los que representan el mayor volumen, luego los medianos también empiezan a sufrir, especialmente porque los precios se «fueron por las nubes».
Por ejemplo para llegar a un clásico sedán mediano, como puede ser un Toyota Corolla o Ford Focus, hay que pensar en promedio en $600.000. La entrada de gama arranca en $500.000, pero son modelos que ni siquiera tienen llantas, detalles a los que los argentinos se fueron acostumbrando.
Luego, un tope de gama, como un Ford Focus Titanium, ya está por arriba de los 700.000 pesos.
Entre los más chicos y económicos, solo queda el Chery QQ en sus dos versiones por debajo de los $300.000. Luego, solo se puede elegir la opción base de Volkswagen Up!, Renault Kwid, Nissan March y Ford Ka. Ya quien busca una opción aunque sea intermedia, el precio lo supera ampliamente.
De modo que, comprar un modelo chico con un nivel de equipamiento medio, ni siquiera full, implica gasta en promedio 350.000 pesos.
Un Volkswagen Gol Highline, el tope de gama, supera los 400.000 pesos.
Según explicaron en un terminal, el incremento de precios tan abrupto es uno de los factores que más afecta las ventas y eso se está sintiendo.
A las automotrices se les suma, además, que las cosas en Brasil no están del todo bien, y las que fabrican en la Argentina exportan el 70% de su producción a ese mercado.
¿Qué se espera hacia adelante?
Por ahora el escenario no es claro. Si esta semana se normaliza el dólar (el viernes tuvo un buen cierre por debajo de los $28) y las medidas del Banco Central con su nuevo líder, Luis Caputo, dan resultado, el mercado podría empezar a normalizarse.
Para junio, con toda la furia y sabiendo que las marcas recurren al famoso «autopatentamiento» y las promociones de emergencia, porque deben alcanzar los objetivos de ventas, se podrían alcanzar las 70.000 unidades.
Esto implicaría estar por debajo de mayo, cuando se llegó a las 82.000 y por debajo de junio de 2017, cuando se pasaron las 76.000 unidades.
Es muy temprano para pronosticar qué puede pasar de ahí en más. En algunas marcas dicen que con estos números ya hay que despedirse de la ilusión de llegar al millón de unidades.
Sin embargo este sector no para de dar sorpresas. Cuando en enero se logró un patentamiento récord, las automotrices quedaron sorprendidas.
Luego, hasta mayo, se creció un 16% frente a los primeros cinco meses de 2017, lo cual también dejó sorprendidos a varios, porque se esperaba un crecimiento de 4% para el año.
De esta manera, pensar que la cifra final esperada para este año debe bajarse raudamente por un mes es un poco acelerado. Por lo menos habrá que esperar qué pasa en el segundo trimestre de 2018.
FUENTE; IPROFESIONAL.COM 26/06/2018