La suba del dólar, que llegó a romper la barrera de los $23 para luego bajar unos centavos, cae en un mal momento para la industria automotriz. Jus
La suba del dólar, que llegó a romper la barrera de los $23 para luego bajar unos centavos, cae en un mal momento para la industria automotriz.
Justo cuando viene de cerrar el mejor cuatrimestre de la historia -con más de 352.000 unidades vendidas, un 18% más que en igual período de 2017-, el fuerte avance del billete verde pega en la variable que más necesita el sector: la estabilidad de precios.
La principal razón que explica por qué los patentamientos vinieron creciendo de manera tan acelerada obedece, justamente, a que los valores de los vehículos en los últimos meses se habían movido por debajo de la inflación general y de los salarios.
Pero esto está cambiando: los importados, que cotizan al ritmo del billete verde, promediaron una suba del 10% en las últimas dos semanas.
En tanto que los modelos de marcas generalistas ya pasaron las nuevas listas con ajustes de entre el 1,5% y el 4,5%, si bien hay casos muy puntuales con incrementos del 6,5%.
Claro que en el mercado consideran que esta es apenas la primera «tanda» de subas. En cuanto se supere la volatilidad y se defina el nuevo piso para el billete verde, se definirá el resto de los ajustes.
«Nuestros costos están muy atados a la evolución del dólar. Un peso más devaluado nos pone en una situación compleja», reconoció Luis Pérez Gamboa, presidente de la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) y de Renault.
«Indiscutiblemente, la suba del dólar va a impactar en los precios del mercado«, agregó.
Por su parte Hernán Vázquez, Ceo de Volkswagen Argentina, afirmó que el avance del billete verde genera el riesgo de «afectar las expectativas de los consumidores».
En este contexto, la volatilidad cambiaria hoy preocupa a los directivos de todas las marcas y segmentos:
-Entre las premium hay preocupación. En este caso, el ajuste es inmediato. Son modelos que habían logrado volver a crecer en ventas en los últimos meses, de la mano de la apertura de las importaciones y lo que hasta hace poco fue la estabilidad del dólar.
Para este 2018, casi todas las empresas de esta categoría estaban enfocadas en el objetivo de ampliar la gama de productos, gracias a que en determinados segmentos ya podían competir con valores muy cercanos a los vehículos más equipados de las masivas.
A esto se suma que la devaluación revivió el temor por el impuesto interno, ya que la segunda escala está vigente y cada vez más modelos pueden caer bajo la barrera del tributo.
-Entre las generalistas, tanto importadoras como fabricantes, la preocupación se repite, dado que los costos están muy atados a lo que sucede con el tipo de cambio. Por eso, las marcas ya avisaron que las próximas listas llegarán con aumentos más marcados que en meses anteriores.
-Entre las chinas, se abre un interrogante: todas pelean por precio, de modo que la devaluación complica sus planes de comercialización.
Sucede que algunas de ellas tienen sus listas en dólares, de modo que la brecha respecto de sus competidores más reconocidos podría empezar a reducirse.
-El temor también llegó a los concesionarios: por un lado, confirmaron que bajó el ritmo de consultas, algo que sucede cada vez que la divisa entra en un terreno de volatilidad, especialmente entre las marcas premium.
En paralelo, en las agencias tampoco hay mucha ansiedad por vender, ya que desconocen el valor de reposición que tendrán -en cuestión de días- las unidades que hoy tienen en stock.
“Estamos viviendo una situación compleja. De recibir muchas consultas diarias, ahora nos encontramos con una actitud más conservadora«, confirmaron desde un concesionario oficial de una marca líder.
Los premium sufren por la volatilidad
Las marcas que ofrecen vehículos de alta gama viven un momento de incertidumbre, por tener sus listas dolarizadas.
Aunque las compañías pueden mantener los valores sin retocarlos durante meses, el salto de la divisa complica a quienes tienen pesos en sus manos.
De hecho, desde una concesionario BMW aseguraron a iProfesional que, durante las jornadas de mayor volatilidad, los teléfonos dejaron de sonar, dado que los clientes prefieren no cerrar la operación en momentos como este.
En este segmento, el encarecimiento fue automático: por ejemplo quien en estos días compró un Audi A3 1.4 TFSI de 150cv, entonces pagó $68.000 más que hace un mes.
En el caso de un modelo más caro, como por ejemplo un Audi A4 2.0 TFSI Quattro S-Tronic de 252cv, pasó de costar $1.390.000 a unos $1.520.000, casi 10% más.
«En estos casos, quien tenía guardados los dólares debajo del colchón habrá hecho un mejor negocio. Pero la realidad es que mientras el mercado siga muy volátil no serán muchos los que avancen con una operación de compra«, señaló el gerente de un concesionario de alta gama.
Este cambio en la cotización de la moneda impactará en las previsiones de ventas de este segmento, que si bien no llegan al 2% del mercado total, con la cantidad de lanzamientos y novedades que hubo el año pasado y estaban pautadas para este 2018, esperaba crecer en market share y acercarse al 3%.
Otro problema es para los compradores, especialmente para quienes ya señalaron o reservaron un auto de alta gama pero todavía no fue facturado.
Habiendo podido comprarlo con un dólar a $20,4, ahora tendrán que cerrar la operación con una cotización superior a los $22, una diferencia que terminará significándoles una erogación de decenas de miles de pesos, en el caso de un modelo premium.
«Es común que haya vehículos que no están disponibles. Por eso, hasta que no tenemos número de chasis y motor, no se facturan. En estos casos, el cliente tendrá que pagar a la cotización del día en que se cancela la operación. No queda otra alternativa», explicaron desde una marca premium.
Más autos con impuestos
La acelerada del dólar también volvió a poner en el centro de la escena a una cantidad de modelos que podrán verse afectados por el tributo interno a los 0Km.
Como sucedió a comienzos de año, el llamado impuesto al lujo fue eliminado en su primera escala, pero sigue vigente para la segunda, afectando a aquellos modelos que tienen un valor de venta al público de aproximadamente $1.250.000.
El problema es que los vehículos que estaban al filo del gravamen, terminarán pegando un salto del 20% si sobrepasan el límite.
Por ejemplo, un auto que actualmente tiene un valor de u$s56.300 podría, en pocos días, superar los u$s67.000, si es que la marca no absorbe el aumento.
No solamente los modelos de marcas premium corren ese riesgo, sino también algunos de marcas masivas.
Por ejemplo, el Peugeot 3008, que fue lanzado el año pasado, tiene un precio de $1.097.800 en su versión más equipada, mientras que la versión de 7 asientos, el 5008, sale $1.1141.000.
En estos casos, cualquier mínimo ajuste que se produzca, podría disparar sus valores, afectando las ventas.
Algo similar ocurre con la Toyota SW4 Diamont, fabricada en Argentina, que cotiza a $1.223.700, mientras que otra versión, como la SRX, sale $1.177.200.
En el caso de Renault, la recientemente lanzada Koleos (que se había discontinuado cuando se impuso el impuesto en 2014, durante el kirchnerismo), tiene un precio de $1.074.000, también muy cerca del límite.
«En estas condiciones, cada vez serán más los modelos que caerán bajo el impuesto. Esto va a volver a provocar distorsiones que creíamos haber superado», se quejó el directivo de una marca premium.
Los masivos y nacionales
En el caso de los modelos de marcas masivas, el impacto en las listas también se acelera.
Si bien para este año se estimaba un incremento promedio anual de 1,5%, entre abril y mayo ya hubo marcas cuyas tasas de incremento superaron largamente esa cifra.
Por ejemplo, un Renault Sandero entrada de gama que hace un mes tenía un precio de $260.600, ahora se ofrece por $266.800, un 2,45% más.
Si se tiene en cuenta que el mismo modelo tenía un precio de $245.800, esto implica que en poco más de cuatro meses se encareció un 8,5%.
Otro caso es el Renault Captur, un SUV de los más nuevos y exitosos. Este modelo, en la versión de entrada de gama, pasó de $441.500 a $451.700, es decir, subió 2,3% en 30 días.
En el caso de Citroën, tomando como referencia el C4 Lounge más equipado, hubo variaciones incluso más notorias: de un valor de $561.000 en abril, pasó a $598.000 en mayo, un alza del 6,5% en apenas un mes.
Tomando un modelo más económico de la marca, como el C-Elysée SÉE VTi 115 Live, el mismo ascendió de $349.000 a $364.5000, es decir, un ajuste del 4,4 por ciento.
Por otro lado, en las agencias aclaran que el mayor rebote se podrá ver en las próximas semanas, cuando el dólar vaya estabilizándose y todas las marcas pasen a adecuarse a la nueva referencia.
Los modelos de fabricación local no escaparán de la tendencia, dado que el máximo de integración local que tiene un auto producido en la Argentina es del 50% -como es el caso de Toyota Hilux-. El resto promedia el 30%.
«Es inevitable trasladar a precios la suba del dólar, porque nosotros compramos el 70% de las piezas al exterior, y tenemos que pagar en dólares», explicó el director de una de las once terminales locales.
Los chinos, ¿dejan de ser tan baratos?
Una de las ventajas que desde su llegada al país trataron de comunicar las marcas chinas fue la de ofrecer bajos precios.
En general, la diferencia por segmento se estima en un 25%. Esta ventaja se nota especialmente en el segmento de los city car, donde compiten marcas como Chery y Geely. También la competencia es grande entre los SUV, donde hay mayor oferta.
Sin embargo, algunas de las marcas, como Shineray, JMC, Haval y Great Wall, tienen sus precios en dólares, y esto hace que sus valores también cambien y las diferencias se achiquen frente a la competencia, que cuenta con más espaldas y trayectoria.
Por ejemplo entre los SUV, Haval, recientemente lanzada al país, tiene un H1, que es un pequeño aventurero, a un valor de u$s17.000. Es el más pequeño de entrada de gama. Eso equivale a $377.400, tomando un dólar a poco más de de $22.
Como contrapartida, otro modelo con estética aventurera, como el Onix Active de Chevrolet, cotiza a un valor muy cercano: $377.900.
Ante la similitud en precios y la enorme brecha en cuanto a la trayectoria de cada una de las marcas, será muy difícil competir para algunas asiáticas en un escenario de volatilidad cambiaria.
FUENTE; IPROFESIONAL.COM 11/05/2018