La producción de vehículos en la Argentina avanzaba a paso firme: tras un enero complejo, a partir de febrero el ritmo de fabricación se disparó, con
La producción de vehículos en la Argentina avanzaba a paso firme: tras un enero complejo, a partir de febrero el ritmo de fabricación se disparó, con un salto de más del 50%.
Luego, siguieron dos meses muy buenos para las terminales radicadas en el país, como fueron marzo y abril, con un crecimiento del 25% y 21%.
Sin embargo, los datos de mayo muestran que hubo una preocupante desaceleración, atribuida a una caída de la demanda de vehículos por parte de la red de concesionarios, en un contexto en el que la corrida cambiaria y la devaluación pegaron con fuerza en las expectativas del sector.
En mayo se fabricaron poco más de 46.800 unidades, anotando así un incremento de apenas 3,5% respecto del mismo mes del año anterior.
Esta desaceleración impactó en la cifra acumulada: en el primer cuatrimestre, la industria registraba un crecimiento del 20%, mientras que para el período enero-mayo, la tasa de variación se redujo al 16%.
El dato que genera preocupación está vinculado con las ventas que las terminales hacen a la red de concesionarios.
Las mismas alcanzaron las 75.750 unidades, lo que implicó una caída de casi 5% respecto de mayo del año pasado, luego de 22 meses de crecimiento.
Sin embargo, al analizar los datos de ADEFA se observa que la peor parte se la llevaron los vehículos de producción nacional: las automotrices despacharon a las agencias unas 21.084 unidades, marcando así una contracción interanual del 7%, contribuyendo así a la baja de la producción local.
En el sector señalan que en mayo, si bien se registró un crecimiento de los patentamientos del 6,6%, la devaluación se sintió con fuerza tanto en agencias como en terminales, dado que debieron alterar listas de precios. Incluso, algunos concesionarios dejaron frenaron operaciones hasta tener más certeza sobre la evolución del tipo de cambio.
Luis Fernando Peláez Gamboa, titular de ADEFA, adelantó que «en los próximos meses se deberá ir monitoreando el impacto tanto de la corrección cambiaria como del comportamiento de las tasas de interés, variables que influyen sobre la producción, exportación y venta de vehículos.
El «efecto Brasil»
En paralelo, los directivos de la industria culparon a la crisis política que se desató en Brasil y que paralizó a esa economía por al menos diez días.
«Estamos en pleno análisis del efecto que la huelga de camioneros en Brasil ha tenido sobre nuestra actividad», destacó Fernando Peláez Gamboa.
Según detallaron, la huelga afectó el abastecimiento de partes y piezas al mercado local obligando a concretar paradas de plantas, situación que «llevará varios días hasta tanto se normalicen los procesos y el normal funcionamiento productivo».
Según la consultora Abeceb, los diez días de huelga convocada por los camioneros, en virtud del aumento del precio del combustible impactaron fuertemente en las importaciones brasileñas, en las que las autopartes tienen un peso relevante.
«La huelga se ha hecho sentir en el dinamismo de la economía brasileña. Vuelos cancelados, supermercados desabastecidos y cortes en las principales carreteras del país dan cuenta de la magnitud de la protesta. En el caso del intercambio comercial, el desabastecimiento producto de la medida de fuerza en el transporte terrestre tuvo efectos nocivos sobre las importaciones«, indicaron. +
En paralelo, las exportaciones se movieron en terreno positivo, pero el crecimiento sigue siendo mesurado.
En mayo se exportaron 21.430 vehículos, un 7% más respecto del mismo mes de 2017, una tasa de variación similar a la de abril, pero muy por debajo de los niveles de febrero y marzo (48% y 58%, respectivamente).
FUENTE; IPROFESIONAL.COM 05/06/2018