Cuando en 2009 el Tata Nano, un miniauto básico con un precio de unos u$s2.000, fue lanzado al mercado, se promocionó como un auto que transformaría l
Cuando en 2009 el Tata Nano, un miniauto básico con un precio de unos u$s2.000, fue lanzado al mercado, se promocionó como un auto que transformaría la forma en que se desplazaban la clase media emergente de India y otros países en desarrollo.
Pero la revolución automotriz de bajo costo se desvaneció. Con ventas débiles en India y las exportaciones en picada, el Nano se convirtió en una historia que advierte sobre las ambiciones fuera de lugar, además de un peso muerto para las ventas y ganancias de Tata Motors, la cuarta mayor automotriz de India y dueña de los fabricantes de autos de lujo Jaguar y Land Rover.
Resulta que las personas que ascienden a la clase media de India quieren autos baratos, pero no quieren autos que parezcan baratos, y están dispuestos a pagar más de lo que creía Tata por un vehículo con una imagen de calidad superior.
Ahora, Tata intenta convertir el «auto del pueblo» en el «auto de la gente cool». Para ello, renovó el vehículo, agregando un sistema de sonido, tapas para las ruedas y acabados en cromo, además de subir el precio y lanzar una nueva campaña de marketing para darle más prestigio.
Si la versión renovada no logra impulsar las ventas del Nano, un pilar de Tata, el panorama podría ser sombrío para la empresa, según WSJ.
Tata Motors ha despedido empleados y ha reducido la producción. Analistas indican que sin un repunte de la demanda del Nano, la automotriz podría eliminar más puestos de trabajo el año próximo.
«Este era el producto bandera del mercado de autos de pasajeros. Las ventas decepcionantes son un (punto) bastante negativo para el grupo», indicó Anil Sharma, analista de la consultora IHS Automotive.
Tata apostó en grande al Nano. Gastó cerca de u$s400 millones en desarrollar el auto y cientos de millones más en construir una planta capaz de producir entre 15.000 y 20.000 unidades por mes.
En su momento también se habló de ambiciosos planes de expansión global, especialmente a otros mercados emergentes como América Latina, pero nunca se materializaron.
Ahora las ventas se ubican en alrededor de 2.500 autos mensuales, un descenso desde un máximo de unos 10.000 en abril de 2012. Esto se traduce en mucha capacidad sin utilizar en la planta en el estado de Gujarat, al oeste de India, y muchos concesionarios de Tata frustrados en todo el país.
Las ventas de Tata en India en septiembre cayeron 40% frente a un año antes. El ingreso neto del segundo trimestre para la empresa en conjunto bajó un 23% interanual, a pesar de un alza en los ingresos gracias a las ventas de vehículos de Jaguar y Land Rover. Fue la tercera caída trimestral consecutiva en las ganancias de la compañía.
La marcada desaceleración de la economía india este año tampoco ayuda. «Creo que sería imprudente decir que no estamos preocupados. Lo estamos», reconoció Ankush Arora, director del negocio de vehículos de pasajeros de Tata.
Cuando la automotriz diseñó el Nano por primera vez, los ingenieros intentaron reducir sus funciones para disminuir los costos. Cuando salió era el auto producido en masa más barato del mundo.
El primer modelo básico no tenía aire acondicionado ni sistema de sonido y venía con sólo un parabrisas. El interior austero no incluía guantera y los asientos muy poco acolchados no se podían ajustar.
Kunal Bahl, un agente de ventas de 28 años, consideró el Nano en 2011 cuando buscaba su primer auto. «No me gustó el sonido del motor, parecía un auto-rickshaw», dijo, en referencia a un vehículo de tres ruedas que es común en India.
Los nuevos modelos tratarán de atraer a los compradores de menos de 35 años y ser «un poco más aspiracionales».
El nuevo Nano LX, el modelo más completo, costará u$s3.578. Tendrán un sistema de sonido con cuatro parlantes, dos guanteras e interiores mejorados, además del exterior renovado. El lema de su campaña publicitaria es «Celebra lo increíble».
FUENTE: IPROFESIONAL.COM 17/10/2013