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El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, recibirá hoy a los fabricantes de autos que, en estado de shock, todavía no pudieron digerir el impuestazo a la compra de 0 km que está incluido en el megapaquete de ley que esta tarde comenzará a tratar la Cámara de Diputados. La reunión -pedida por las empresas- está prevista para las 15 con las autoridades de ADEFA que tratarán de poder flexibilizar, en algo, el proyecto de Impuestos Internos. Así, este funcionario y los empresarios se verán las caras por segunda vez, en menos de 48 horas, aunque no será con el semblante festivo que tuvieron en el lanzamiento del Plan Automotriz en SMATA sino todo lo contrario.
El impuestazo a la compra de autos que quiere aplicar el Gobierno, afectará al 43% de los modelos que se venden en la Argentina. A partir de la aprobación de la ley, que se espera para los próximos días, los precios de estos 0 km aumentarán entre el 25% y el 4%.
Con esta futura normativa, de los 978 modelos que se comercializan en el país, 557 quedarán exentos, es decir el 57%. Unos 182 modelos comenzarán a pagar la primera alícuota (19%), mientras que 239 vehículos (el 24%) pagarán la segunda escala.
Esto, según estiman en el mercado, provocará una fuerte caída de las ventas. “Lamentablemente este proyecto es como echar nafta para apagar un incendio. Espero que las autoridades puedan reflexionar y aceptar modificaciones en las bases y/o alícuotas”, señaló Ernesto Cavichiolli, vicepresidente de Hyundai Argentina, quien realizó el estudio sobre la cantidad de modelos que estarán afectados. En un relevamiento realizado por Ámbito Financiero por las empresas del sector había un estado de desolación. Primero, por no entender la estrategia del Gobierno de alentar un acto de fuerte impacto político, el martes por la mañana en la sede del SMATA, para darle casi “cuestión de Estado” al plan que elaboró la industria automotriz en su conjunto, prometerle apoyo y, no más de una hora después, recibir el “impuestazo” sin ninguna señal o aviso. Segundo, por el impacto que la medida tendrá en el sector. Los vehículos de más de 3,5 millones de pesos, directamente, desaparecerán del mercado. Es cierto que es un volumen pequeño y apunta a un público ABC1, pero hay muchos puestos de trabajo en juego en toda la cadena comercial. Los modelos afectados por la primera escala, desde $1.700.000 aproximadamente para adelante, tendrán una caída de ventas importante que todavía no se puede estimar.
Hay otro problema que es la cantidad de vehículos que están llegando al país que fueron comprados con un escenario impositivo pero que deberán pagar una carga tributaria inesperada. Habrá pérdidas importantes para los importadores y reclamos judiciales. Es por eso, como adelantó Ámbito Financiero días atrás, que esta semana se apuraron a nacionalizar todas las unidades posibles para escapar al nuevo impuesto. Desde las concesionarias trataban ayer de comprar de los distribuidores la mayor cantidad posible de autos ya que serán los últimos que conseguirán a precios accesibles. “Es una locura. Tenemos que hacernos de la mayor cantidad de autos porque con esto tenemos que vivir el mayor tiempo posible. Después no sé qué vamos a hacer” se confesó el dueño de una concesionaria. Desde un distribuidor de una marca de lujo, directamente, pintaron un panorama dramático: “Venderemos lo que tenemos y después trataremos de mantener la mínima estructura para atender la post venta. Por más plata que tenga un sector de la sociedad, nadie va a pagar por un auto el doble de lo que vale en otro país. No son estúpidos”.
El proyecto establece el desdoblamiento de la alícuota de Impuestos Internos que estaba vigente hasta ahora. A partir de $1.300.000 de precio mayorista (alrededor de $1.700.000 al público) pagará un tributo del 20% que representará una suba del precio del 25% por la forma en que se calcula este gravamen. En tanto, habrá una segunda escala a partir de $2.400.000 de salida de fábrica (alrededor de $3.700.000 al público) que tributará un gravamen del 35%, lo que hará que el precio salte un 54%. En los últimos cuatro años se había operado con una alícuota única, después de que el expresidente Mauricio Macri decidiera eliminar la segunda banda que existía hasta fin de 2015. Dos años antes, cuando asumió Axel Kicilloff en el Ministerio de Economía, se decidió aumentar este tributo para frenar la salida de dólares. Se dispusieron dos bandas de 25% y 50% de impuestos. Eso provocó que el mercado se derrumbara de las 950.000 unidades de 2013 hasta menos de 700.000 en 2014. Ahora esperan una caída importante. El problema es que se parte de un nivel muy bajo de 450.000 vehículos. Es por eso que el argumento de mejorar la recaudación queda sin sentido ya que, por la baja de las ventas, los ingresos más que subir van a bajar.
FUENTE; AMBITO.COM 19/12/2019