El referente de los SUV compactos se renueva. El CR-V de Honda suma confort, diseño más moderno y buenas prestaciones. Además incorpora la función Eco
El referente de los SUV compactos se renueva. El CR-V de Honda suma confort, diseño más moderno y buenas prestaciones. Además incorpora la función Econ que ayuda a un consumo más moderado y menos contaminante.
Es difícil recordar cuando los 4×4 no sólo se diferenciaban del resto de los autos por el sistema de tracción sino por una imagen robusta o por sus líneas fuertes y agresivas. Su silueta era inconfundible y, una vez en su interior, el ambiente también marcaba claramente que se estaba sobre un todoterreno. Si bien sigue habiendo modelos que conservan ese espíritu, son cada vez menos. La tendencia actual es mantener las prestaciones de ese tipo de vehículos, pero dotándolos de un diseño y un confort más urbano y más acordes con las reales necesidades de los consumidores. Éste es el caso del nuevo CR-V de Honda, un referente en el segmento de los SUV compactos, que ya va por su cuarta generación y que ya se comercializa en el mercado argentino.
Presenta un exterior refinado, elegante, ligeramente más bajo y largo que su antecesor. Esto afianza el concepto de mimetización con otros vehículos más ciudadanos y que atraiga el interés de un abanico más grande de consumidores.
El interior también es una muestra de esa metamorfosis que viven los todoterrenos. Salvo por algunos detalles, como una posición de manejo más elevada (no tanto como la versión anterior), la sensación que se tiene es que se está en un sedán de gama superior. Un ambiente espacioso, luminoso y confortable domina el habitáculo del CR-V. Los asientos traseros son sumamente amplios. El tablero fue totalmente renovado y modernizado con una pantalla en la que se pueden controlar las distintas funciones del vehículo. Un equipamiento muy completo en los que se destaca la cámara trasera para asistencia de estacionamiento y el techo solar eléctrico. Una agradable sorpresa es la gran cantidad de espacios portaobjetos (especialmente uno de grandes dimensiones entre los asientos delanteros) que son muy útiles en vehículos como éste, pensados para largos viajes. Una vez puesto en marcha, el CR-V ratifica la impresión causada por el diseño y el confort. Sumamente ágil y suave para manejar en la ciudad, lo que logra hacer olvidar que se está sobre un 4×4. Quizá el radio de giro no es tan generoso como un auto convencional, pero no es limitante. Está equipado con un único motor de 2.4 litros y 185 CV, algo más potente que los 170 de la versión anterior. El equipamiento de la unidad probada cuenta con caja automática y tracción integral.
En ruta se comporta de manera firme, sin oscilaciones y donde se destaca la muy buena insonorización. Cuenta, como el Honda Civic, con la función Econ, que se activa mediante un botón y que ayuda a un manejo más ecológico y de menor consumo, ya que adapta distintas funciones del vehículo para lograr ese objetivo. También mediante el cambio de colores de detalles de luces en el tablero el conductor puede tener una ayuda para saber si acelera más de lo necesario. Por el tipo de vehículo (no está pensado para prestaciones deportivas) hay que tenerle paciencia al motor ya que es un tanto perezoso. En la Ciudad, se comporta de manera ágil con una suspensión que neutraliza correctamente las irregularidades de las calles porteñas.
En cuanto a su comportamiento offroad, el CR-V está pensado principalmente como un vehículo urbano que puede ampliar sus funciones fuera del asfalto pero no es un 4×4 extremo. Pero éste es un punto a tener en cuenta ya que la mayoría de los usuarios no tienen pensado lanzarse a arriesgadas travesías sino que buscan un vehículo con el que puedan animarse a algunos médanos o caminos embarrados con cierta dificultad. Para eso, la CR-V es un modelo que cumple con esas condiciones en un ambiente de gran confort.
FUENTE: AMBITO.COM 10/04/2012