A casi dos años de su lanzamiento, el Ford Focus III de producción nacional recibió una actualización que incluye agregados tecnológicos de seguridad
A casi dos años de su lanzamiento, el Ford Focus III de producción nacional recibió una actualización que incluye agregados tecnológicos de seguridad y de confort, y cambios estéticos que lo equiparan al modelo que se comercializa en otros mercados, como Estados Unidos y Europa.
La presentación se realizó en la localidad brasileña de Fortaleza para toda la región. Si bien se fabrica en la Argentina, el 70% de las unidades embarcan rumbo a Brasil, razón que explica este lanzamiento del otro lado de la frontera.
El Focus, cuya primera generación data de 1999, es un producto clave para Ford. Fue el auto más vendido del mundo en 2012 y 2013 y está presente en 120 mercados. Bajo el plan One Ford, la firma apunta a ofrecer el mismo modelo en todos los países. Y es por eso que este rediseño le estampa el ADN global al vehículo made in General Pacheco, una de las siete plantas donde se fabrica y la que, junto a la de Michigan (Estados Unidos), abastece a América.
En nuestro país, el Focus lidera el segmento C -que aporta 47 mil ventas al año- con el 26% de participación. Si se desdobla esta categoría de medianos, en hatchback tiene un 44% de market share y lo escolta el Peugeot 308 con el 37%. Entre los sedán, está 20 puntos debajo del Toyota Corolla, que ostenta el 33% de los patentamientos.
Para conocer los valores de este Focus habrá que esperar unas semanas. En julio debe actualizarse el mínimo imponible del impuesto interno y en Ford esperan conocer esa variable para redactar la lista de precios.
Estética y confort
Los cambios de diseño del Focus abarcan exterior e interior y lo hacen más atractivo. En el frontal, las novedades incluyen nuevas ópticas y antinieblas, capot con nervaduras de toque deportivo y la adopción de la ya clásica parrilla trapezoidal de los últimos lanzamientos del óvalo. También renueva las llantas, que inclusive difieren en las versiones con baúl y sin baúl -las del hatch son más jugadas-. En la parte trasera, las ópticas se reducen y se estilizan.
El interior gana en sobriedad respecto del modelo antecesor: pierde apliques metalizados que fueron reemplazados por otros de tono negro. Además, hay nuevos volante, infografía, comandos de climatización y de audio, así como una mayor superficie cubierta con materiales blandos.
Sin embargo, el punto más destacado pasa por el nuevo equipamiento del Focus, que eleva la vara del segmento en materia de tecnologías, un rubro en el que Ford pone todo el foco. En primer lugar, mejora el asistente de estacionamiento. Ahora, el auto realiza de forma automática toda la maniobra para entrar y salir de espacios paralelos y también perpendiculares.
En materia de motorizaciones no hay variaciones: siguen vigentes los propulsores nafteros 1.6 de 125 CV y el 2.0 de 170 CV. Aunque sí hay un agregado para la caja automática Powershift de seis velocidades: suma levas al volante para facilitar el uso en modo secuencial, herramienta práctica, por ejemplo, para hacer rebajes en sobrepasos en ruta. O bien para sentir la diversión de «tirar» cambios. Esta caja tiene modo Sport que eleva el régimen de vuelta en cada marcha. La opción manual de cinco velocidades también está disponible.
Seguridad
Las otras grandes novedades aplican a la seguridad, aspecto donde el Focus argentino ya había recibido cinco estrellas para pasajeros adultos por el organismo LatiNCAP. Mantiene ítems como la carrocería ultrarrígida, seis airbags o control de descenso y suma otros, como los faros bixenón que en este rediseño son direccionales y adaptativos. Es decir, ajusta el ancho y el largo del haz de luz de acuerdo con la velocidad o, por ejemplo, activa luces laterales al doblar en las esquinas.
De la misma manera, hay ajustes en el Control de Estabilidad, que añade el término «preventivo»: anticipa maniobras y antes de que se produzca un derrape aplica frenos y reducción de torque de acuerdo con las necesidades. En esta línea, aparece el sistema My Key, que permite personalizar el vehículo y es ideal para padres de hijos en edad de conducir: se puede configurar volumen del equipo de audio, la activación permanente de los sistemas de seguridad, limitar velocidades máximas y hasta el apagado del estéreo si hay cinturones de seguridad desabrochados.
Pero la estrella es el Active City Stop, que por primera vez aparece en la industria nacional. Mediante sensores, el auto frena automáticamente si circula a menos de 50 km/h y está ante una eminente colisión. Si el auto va a menos de 20 km/h, Ford asegura que se puede evitar el choque. Entre 20 km/h y 50 km/h, lo minimiza.
FUENTE: AMBITO.COM 30/06/2015