El anuncio realizado esta semana por el fabricante estadounidense Ford, de cerrar las dos plantas de ensamblaje de vehículos de Australia, hizo saltar
El anuncio realizado esta semana por el fabricante estadounidense Ford, de cerrar las dos plantas de ensamblaje de vehículos de Australia, hizo saltar la alarma en este país donde se cuestiona la viabilidad de la producción local.
Ford apuntó que sus dos fábricas, de las que salen turismos, camionetas y otros vehículos comerciales, dejarán de funcionar en 2016 y que la decisión fue adoptada tras las importantes pérdidas económicas registradas durante los últimos cinco años.
La filial australiana de Ford fue fundada en 1926 en la ciudad de Geelong, en el estado de Victoria, y de su planta de Campbellfield, en Melbourne, han salido modelos de gran éxito comercial como el Falcón y el popular SUV Territory.
Esto es una muy mala noticia para los 1.200 operarios que perderán su empleo, pero también para una tradición muy argentina, como es el Falcón, el cual durante mucho tiempo se fabricó en la planta de Pacheco.
Desde Ford confirmaron que este nombre no tendrá continuidad en el futuro, para acoplar al mercado australiano a la estrategia One Ford.
El Falcón se lanzó a la venta en Australia en 1960, donde todavía se comercializa junto a Nueva Zelanda y otros pequeños mercados de Oceanía.
El anuncio, que supone la extinción de unos 1.200 empleos, ha provocado el temor a que se produzca en el país oceánico el llamado efecto dominó, según el diario El Mundo.
En el punto de mira están el fabricante Holden, subsidiario de General Motors, y Toyota Australia, así como más de 150 empresas locales y de capital mixto que hacen componentes para la industria local
La Central Sindical de Australia cree que la decisión de Ford puede poner en peligro la continuidad de unos 10.000 puestos de trabajo en la industria del automóvil, que según datos oficiales, da empleo directo a cerca de 55.000 personas.
Causas de la crisis
La industria automotriz australiana echa en gran parte la culpa de la actual situación a la fuerte apreciación registrada durante los últimos años por el dólar australiano, la crisis que ha afectado a los mercados que importan sus unidades, así como a los crecientes costes de producción y altos aranceles a los que está sujeta en Australia la exportación de vehículos.
Según los datos facilitados por la Federación Australiana de Fabricantes de Productos Automotrices, en 2011 se vendieron más de un millón de coches, de los que el 86% fueron importados por el país oceánico con un arancel del 5 por ciento.
El ejemplo de Tailandia
La federación ha llamado la atención al Gobierno de Canberra exponiendo el ejemplos de Tailandia, que considerada la «Detroit del sudeste de Asia», impone un arancel del 80% a los coches que importa de Australia, de acuerdo al diario The Age.
Por ello, un grupo de legisladores ha pedido al Ejecutivo federal de la primera ministra, Julia Gillard, que restituya el arancel del 10% para todos los vehículos de importación. La aplicación de esta medida supondría un aumento próximo a los 2.522 dólares (1.957 euros) en el valor de los vehículos de importación destinados al mercado australiano.
Con motivo del anuncio hecho por Ford y las quejas de la industria local, Gillard ha descartado un aumento de arancel al considerar que esa medida puede ser calificada de «represalia comercial», es además incorrecta y, según precisó, tampoco «ayudará a nuestros fabricantes a largo plazo».
FUENTE: IPROFESIONAL.COM 28/05/2013