El saldo de préstamos prendarios de los últimos cinco años disminuyó 30% en valores reales ajustados por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del
El saldo de préstamos prendarios de los últimos cinco años disminuyó 30% en valores reales ajustados por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC, aseguró un informe de First Capital.
«Un análisis detenido de la evolución de los créditos prendarios de los últimos cinco años, demuestra que el volumen de financiamiento ha venido cayendo en la medida en que se va desvalorizando la moneda nacional. A principio de 2014, el stock alcanzaba los $ 31.652 millones, los cuales ajustados por la variación del índice de precios al consumidor equivaldría a $ 139.153 millones, mientras que, a fines de 2018, el saldo real apenas superaba los $ 97.000 millones, un 30% menos», sostuvo.
Cerrando 2018, los préstamos prendarios en términos nominales mostraron una tendencia declinante durante los últimos cuatro meses, una baja equiparable en cuanto a duración a la de principios de 2014.
El saldo alcanzó los $ 97.398 millones para el total acumulado en diciembre, una suba interanual del 9,9%, contra los $ 88.639 millones al cierre del mismo mes del año anterior en términos nominales, lo cual «está claramente por debajo de la inflación del mismo período».
«Muchos factores se asociaron para arrojar este resultado. El más notorio y evidente: el alza de la tasa de interés activa, lo que desalentó la renovación de vehículos que se encontraban dentro del rango de uso normal, por lo cual se puede esperar a producir el recambio en mejores condiciones», explicó Guillermo Barbero, socio de First.
Analizando las variaciones de los saldos de préstamos prendarios en pesos de los últimos cinco años, el saldo acumulado al cierre de cada mes, en líneas generales, vino creciendo.
Enfocándose en la tasa de variación nominal de un mes respecto al anterior, hubo un extenso período de crecimiento sostenido (30 meses ininterrumpidos) con aumento de los saldos con relación al mes anterior. El volumen de financiamiento cayó desde enero 2014 hasta julio de 2016, con una breve recuperación durante la «primavera preelectoral» de 2015 y retomó una tendencia alcista durante el segundo semestre de 2016, según consigna El Economista.
El «lapso de bonanza» se extendió desde entonces hasta fines de 2017 y, luego, a medida que se fue desvalorizando el peso comenzó una sostenida baja de los saldos financiados con prendas.
Volatilidad
Por otra parte, la volatilidad de la tasa trajo una disminución de los plazos que se ofrecían en las financiaciones, «ítem de suma importancia porque los plazos requeridos son en general superiores a 24 meses». «Además, el alza del tipo de cambio se trasladó en gran medida al precio de las unidades nuevas, algo que junto a los anteriores factores hicieron inalcanzable el crédito para amplios sectores de la población», aseguró Barbero.
«Por último, un factor que no debemos desestimar, ha sido el ‘efecto pobreza’ que generó la sequía sobre uno de los sectores más dinámicos de nuestra economía y un gran consumidor de rodados. Los magros resultados de la cosecha anterior, derivaron en una abstención en todo tipo de consumos que no sean estrictamente necesarios para la subsistencia familiar y la manutención de la fuente de producción»,
FUENTE; IPROFESIONAL.COM 25/02/2019