rojo profundo", esa es la definición brindada a iProfesional por un directivo del segmento de préstamos prendarios, ante la consulta sobre la situació
rojo profundo», esa es la definición brindada a iProfesional por un directivo del segmento de préstamos prendarios, ante la consulta sobre la situación que atraviesa esta unidad de negocios.
Claro que esta difícil realidad no es privativa de este rubro, sino que se extiende al conjunto de la industria automotriz.
En efecto, al tiempo que desde la Asociación de Fabricantes de Autos (AdeFA) señalan que el sector atraviesa su peor crisis desde 2009, los directivos vinculados con el otorgamiento de créditos dan cuenta de un desplome de casi 30%.
El dato cobra relevancia porque casi uno de cada dos vehículos que se patenta no es pagado totalmente en cash sino que su adquisición se apalanca con algún tipo de financiamiento.
Y el nivel de operaciones habla a las claras del enfriamiento: en los primeros nueve meses del año se firmaron unos 237.000 contratos prendarios, lo que implica un retroceso del 26% frente a igual período de 2013.
Del total de prendas acordadas por las diferentes instituciones, las pactadas con los bancos fueron las que más se derrumbaron (50%), seguidas por las realizadas con compañías financieras de las propias automotrices (40%).
En el siguiente cuadro se pueden observar las caídas en cada segmento:
En el caso de los préstamos otorgados por las entidades bancarias, la menor cantidad de prendas tuvo su correlato en los montos colocados.
En los primeros nueve meses del año se desplomaron, en términos nominales, alrededor del 35%. Y si esta cifra se ajusta por la variación de precios al consumidor, el descenso alcanza el 50 por ciento.
Dólar ahorro, competencia para prendarios
Atrás quedaron esos tiempos de boom de ventas -que se extendiera hasta el año pasado- cuando buena parte de la sociedad veía en la adquisición de un automóvil una forma de poner a resguardo su dinero frente a la inflación.
En ese entonces, no existía la posibilidad de comprar «dólares ahorro» que -a partir de su instrumentación en enero-, comenzaron a competirle al pago de una cuota de un 0km como destino de los pesos.
De hecho, el acumulado autorizado para adquisición de billetes verdes para atesoramiento por parte de ahorristas totalizó hasta no unos u$s2.500 millones (ver cuadro).
Esta cifra más que triplica el monto que los particulares destinaron a los créditos prendarios, que asciende a u$s700 millones en igual lapso (tomando el valor del tipo de cambio oficial más un 20% como referencia)
«La posibilidad de hacerse de dólares a una buena cotización -por debajo de la del blue- ha hecho que muchas personas que antes canalizaban esos pesos a la cuota de un 0km, ahora se inclinen por comprar billetes verdes», sostiene el directivo de una de las principales compañías dedicadas a financiar créditos para autos.
Tal como diera cuenta iProfesional, muchos particulares (especialmente hasta comienzos de octubre), optaron por hacer «la bicicleta», es decir, adquirir divisas en ventanilla oficial y revenderlas en el circuito blue, con lo que mes a mes se hicieron de una buena diferencia.
A este cambio en el destino que se le da a los pesos se suman otras cuestiones que han enfriado la búsqueda de créditos para financiar las compras de vehículos, entre ellas:
1. El encarecimiento de los autos, por la devaluación y el impuestazo.
2. La suba de tasas de interés de los créditos, incluido la de prendarios.
3. El «encanutamiento» de concesionarias, ante costos de reposición inciertos.
4. Asociado al punto anterior, las demoras en las entregas, que incluso superan los 90 días.
5. Las mayores restricciones presupuestarias de los particulares.
6. La cautela de las personas ante la inestabilidad en el empleo.
El encarecimiento de los vehículos en términos de salarios quebró la tendencia a la baja que venía registrándose en años previos y que había contribuido al boom del sector.
Considerando como referencia un Volkswagen Gol Power -con motor 1.4, aire y dirección-, uno de los más accesibles del mercado, en 2011 se requería el equivalente a 10 salarios.
A fines de 2013, en tanto, se llegó a uno de los momentos más convenientes: para acceder a ese vehículo, se necesitaban apenas 8,9 ingresos.
Tras la abrupta suba de precios, en la actualidad pasaron a requerirse de 11 sueldos promedio para poder subirse a ese mismo vehículo (ver cuadro).
Es decir que la relación precio/salarios volvió a ubicarse en su nivel más alto de los últimos cuatro años.
Incrementos salariales corriendo por debajo de la inflación y las fuertes subas de precios de vehículos impactaron en las ventas y en la búsqueda de créditos.
En este sentido, en los últimos 12 meses se registraron alzas de hasta un 60% en las cotizaciones de algunos modelos, mientras que las mejoras en las remuneraciones fueron, en el mejor de los casos, la mitad de ese porcentaje.
El siguiente cuadro da cuenta del encarecimiento de algunas unidades tomadas a modo de ejemplo.
«La caída de los préstamos prendarios se debe en gran medida al encarecimiento de los 0km, que se alejaron del bolsillo», resume Andrés Méndez, director de AMF Economía.
«Los precios de muchos modelos quedaron muy desacomodados frente al incremento del 30% en los salarios. De hecho, ya no quedan autos por debajo de los $100.000 y una gran mayoría supera los $300.000, una cifra muy elevada para la clase media», completa el analista.
Créditos más caros
Otro factor que complica el panorama de quienes tienen intenciones de ir por un 0km, es el encarecimiento de los créditos.
En el término de un año, la tasa de interés anual (TNA) promedio de un préstamo prendario pasó del 13% al 40%.
En tanto, el costo financiero total -que incluye la TNA más los gastos administrativos y de seguros- se elevó de un 20% a casi un 60%.
A este fuerte encarecimiento se suma la desaparición de las ofertas promocionadas por las financieras de las propias automotrices.
En años previos, cuando estaban «más dulces» de caja y con menos complicaciones para el ingreso de autopartes, llegaron a proponer tasas de un dígito. Esto, prácticamente desapareció.
En consecuencia, aquellos interesados en financiar, por ejemplo, el 60% de un vehículo, hoy se encuentran con la triste realidad de que, en el término de un año, la cuota mensual aumentó hasta un 80%, para el caso de los modelos más vendidos.
«Aun entregando un auto usado como parte de pago, se debe abonar por un préstamo cuotas mensuales que pueden ser superiores a los $5.000 y acercarse a los $8.000. Esto, en un momento en el que la economía no está bien y hay mayor cautela de la sociedad para ir en busca de un bien durable», sostiene Méndez.
El siguiente cuadro muestra el valor de los pagos mensuales que deberán afrontar quienes abonan el 40% en cash (o entregan su auto usado a la concesionaria) y deciden financiar el 60% restante:
A modo de ejemplo, para financiar el 60% de un Chevrolet Onix se deberán afrontar pagos mensuales de casi $6.600, un 85% más que hace un año ($3.500).
Aquellas cuotas que a finales del 2013 eran de $2.500 pasaron a ser de $4.000 (+60%).
Las que eran de $3.200 subieron a casi $5.400 (+68%) y las de $5.500 a algo más de $7.800.
Para un Ford Ecosport la cifra mensual se eleva a $7.800 y para un Volkswagen Gol a casi $4.000.
Comprar uno, cancelar dos
Quien opte por un préstamo a tres años para financiar el 60% de una unidad terminará restituyendo hasta dos veces más que el valor solicitado.
Esto es consecuencia directa de la alta inflación y del elevado costo financiero total que se aplica.
En este punto, los puestos de vanguardia lo ocupan Mercedes Benz Compañía Financiera, Creditanst, Columbia, Cetelem y Cuenca.
El panorama mejora para el particular en caso de acercarse a uno de los bancos líderes. A partir de la restricción que impuesta por el Banco Central respecto a las tasas máximas que pueden cobrar, el costo financiero total se redujo sustancialmente.
En líneas generales, el interesado terminará pagando 1,7 veces el importe requerido (ver cuadro).
El impacto de ProCreAuto
El desplome en la comercialización de unidades viene generando fuertes dolores de cabeza a los ejecutivos del sector, en un contexto en el que el plan ProCreAuto -el caballito de batalla impulsado por el Gobierno- no contribuyó mucho a revertir la baja.
Según datos de ACARA, las ventas cayeron cerca del 37% en octubre, y en todo el año los patentamientos se contrajeron casi un 30%.
En cuanto a la financiación que propone ProCreAuto, el plan se llevó una porción de las operaciones que antes se canalizaban por diferentes bancos, algo que influyó en la caída de los prendarios.
En concreto, desde su lanzamiento a fines de junio, por el plan oficial se aprobaron unos 33.000 créditos pero se concretaron unas 20.000 entregas.
Si se compara esta cifra con las 77.000 prendas firmadas en igual lapso, su incidencia en el total es del orden del20% del mercado.
Luego de los problemas generados en la implementación de la primera etapa, ProCreAuto «fase II» recién pudo implementarse hace escasos días, con una demora de casi dos meses desde que fuera anunciado. Los innumerables inconvenientes burocráticos que deben enfrentar los particulares, sumado a la falta de unidades, contribuyeron a que la iniciativa oficial no esté levantando vuelo.
Esta segunda etapa estará vigente hasta enero. Los modelos que aún se mantienen en la grilla llegaron con subas de hasta el 7,5% y con automotrices que decidieron bajarse de la iniciativa, como Fiat, General Motors y Honda.
La situación de Renault, en tanto, es confusa: si bien los modelos de la marca figuran en el listado oficial publicado por el Ministerio de Economía, desde la compañía aseguran que no tienen autos disponibles para entregar bajo el plan.
De cara al año próximo, desde Abeceb prevén un nuevo achicamiento en el nivel de patentamientos: estiman que se comercializarán 630.000 unidades frente a los 680.000 de este 2014. De modo que los prendarios deberán prepararse para atravesar nuevos meses de turbulencia.
FUENTE: IPROFESIONAL.COM 28/11/2014