Automotrices recibirán u$s100 millones por mes para importar si no suspenden personal

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Automotrices recibirán u$s100 millones por mes para importar si no suspenden personal

El Gobierno le garantizará a las automotrices 100 millones de dólares por mes para la importación de autopartes a cambio de que no haya suspensiones e

El Gobierno le garantizará a las automotrices 100 millones de dólares por mes para la importación de autopartes a cambio de que no haya suspensiones en el sector.
Ese fue el resultado las reuniones que mantuvieron este viernes la ministra de Industria, Débora Giorgi, con autoridades de la ADEFA y con directivos de las empresas Peugeot-Citroën, Renault y Honda, según informaron participantes del encuentro.
Fuentes empresarias consultadas por DyN admitieron que el monto autorizado es «algo escaso», teniendo en cuenta que además de dólares para importación, algunas terminales están desarrollando inversiones que también requieren de divisas.
Giorgi -quien estuvo acompañada por el secretario de Planeamiento de Industria, Horacio Cepeda, y por la subsecretaria de Competitividad, Mariana González- se entrevistó en primer lugar con la cúpula de ADEFA, encabezada por Enrique Alemañy (Ford) y Cristiano Rattazzi (FIAT).
Posteriormente, se reunió de manera individual con Luis Ureta Sáenz Peña, de Peugeot-Citroën, Thierry Koskas, de Renault, y con Hideki Kamiyama y Martín de Gaetani, de Honda.
De acuerdo con fuentes cercanas, «las reuniones se desarrollaron en un buen clima, el Gobierno ratificó que el plan ProCreAuto se extenderá hasta fin de año y que hasta el 24 de este mes continuará la fase uno del programa, con las condiciones ya acordadas con las automotrices».
Las fuentes señalaron que ADEFA desestimó las versiones sobre un pedido de incremento del 12% para los modelos comprendidos en el ProCreAuto, pero sostuvieron que el Gobierno reconocería durante la segunda fase -que iría desde el 25 de setiembre hasta fin de año- «los mayores costos» en los modelos incluidos en el plan, que oscilarían «entre un tres y un cinco por ciento».
Las fuentes destacaron que «el Gobierno va a garantizar a partir de setiembre 100 millones de dólares para que las automotrices importen autopartes» y señalaron que «esa cifra podría aumentar» en el futuro.
A su vez, las empresas se comprometieron a terminar a «adecuar las líneas de montaje» para satisfacer la demanda por los modelos del Procreauto.
Además, las compañías informarán en los próximos días los modelos que estarán incluidos en la segunda fase del plan y se comprometieron a «disminuir los niveles de quejas por incumplimientos» que detectó la Secretaría de Comercio.
Las compañías reconocieron que «el interés del público creció» y puntualizaron que «intentarán mejorar su ecuación entre exportaciones e importaciones a través de la búsqueda de nuevos mercados, como consecuencia de la caída de las ventas a Brasil».
Paralelamente, se indicó que «se entregaron más de 11.000 vehículos» en tanto que se recibieron «alrededor de 17.000 solicitudes» para la adquisición de vehículos incluidos en el plan.
Descalce cambiario
La postura del Gobierno es que, durante una década, el Central puso sobre la mesa dólar sobre dólar y sin chistar, para que la industria funcione a toda marcha. De modo que, bajo esa óptica, ahora son las empresas las que deberán poner su «granito de arena».
¿Qué están haciendo las empresas a las que les están cortando el financiamiento? Según confirmó Miguel Ponce, gerente de la Cámara de Importadores (CIRA), «en la desesperación, por falta de insumos, sabemos que algunas se vieron obligadas a adquirir dólares vía el mercado de contado con liquidación», es decir, el mecanismo legal que permite hacerse de divisas a través de acciones que cotizan tanto en Buenos Aires como en el exterior.
Claro que este esquema se vuelve insostenible para las terminales dado que, por cada dólar que exportan le liquidan $8,4, pero previamente, para importar y poder producir, deben comprar los billetes verdes en el «conta con liqui» a unos $13.
«Esto les representa un sobrecosto cambiario de más del 50% y se torna inviable», disparó Ponce.
¿El mercado está «encanutando»?
El «cerrojo», sumado al achicamiento del mercado, provocó un fuerte desplome de las importaciones provenientes de Brasil.
Según datos del Ministerio de Desarrollo de ese país, entre enero y agosto, la Argentina compró autos por u$s1.800 millones, casi 40% menos que en el mismo lapso del año pasado.
Pero la caída de las importaciones también estuvo explicada por derrumbes en el ingreso de chasis, motores, carrocerías, amortiguadores, partes para cajas de cambio y neumáticos, entre otros rubros. Es decir, todos insumos clave para la fabricación de vehículos.
Incluso, a través de un comunicado, ADEFA denunció días atrás que «en los últimos meses, el acceso a divisas fue decreciendo hasta alcanzar niveles que dificultan sostener el actual nivel de actividad».
Es decir, el argumento de las empresas es que el stock se achicó y faltan unidades, tanto nacionales como importadas.
Sin embargo, desde el Gobierno vienen negando sistemáticamente que haya problemas en el normal abastecimiento de autos y autopartes.
No sólo eso, a la hora de justificar el pobre desempeño de ProCreAuto , la administración K apuntó a un liso y llano boicot por parte de las terminales.
Luego de disculparse por utilizar el término «encanutar» -según dijo, por no ser propio de su investidura- la Presidenta volvió a insistir con que hay autos en stock pero «que los esconden o los retacean».
«En algún lado los tienen», disparó.
Acto seguido, aseguró que las importaciones totales vienen cayendo menos que los patentamientos. Es decir, dio a entender que están comprando más pero entregando menos.
Estas palabras retumbaron en los despachos de los directivos. El temor en el sector -a una semana de que Diputados trate la modificación de la Ley de Abastecimiento-, es que haya una embestida oficial.
Por ahora, hubo algunas visitas a concesionarios y rumores de amenazas de controlar más de cerca a las terminales.
Pese a las voces del sector privado que niegan estas prácticas, desde una automotriz reconocieron, bajo estricto off the record, que «Cristina algo de razón tiene».
Y apelaron, justamente, al riesgo de «descalce» que implica para las terminales importar a crédito un auto en dólares, venderlo a un concesionario en pesos y después tratar de reponer la unidad a un tipo de cambio que es más elevado.
Para las agencias también existen riesgos: el comercio que compra un 0Km «cash» para entregarlo a un particular, se enfrenta a la posibilidad de perder toda la rentabilidad o incluso, a operar a pérdida cuando salga a comprarle otra unidad a la fábrica.
El problema es claro: en tanto y en cuanto esa deuda de cerca de u$s2.500 millones que tiene el Banco Central con las terminales se mantenga, la especulación estará a la orden del día.
Problemas para importar
Según datos de la consultora Market Researh & Technology, dados en exclusiva para iProfesional, la marca del rombo sufrió un fuerte desplome en los permisos de importación de algunos de sus modelos más exitosos.
En el caso de la Duster, de casi 15.400 unidades que pudo nacionalizar en la primera parte de 2013, este año pasó a menos de 4.300, lo que significó un desplome del 72%.
En tanto que del popular Sandero pasó de importar 10.600 autos a tan solo 4.900, con un derrumbe del 54%.
Claro que no fue la única marca con problemas: Volkswagen también tuvo serias dificultades para ingresar tres de sus vehículos más populares, como el Gol, Fox y Voyage, que mostaron fuertes caídas del 66%, 63% y 53%, respectivamente.
En todos los casos anteriormente mencionados, las tasas negativas de variación son mucho más profundas que el porcentaje de baja de los despachos desde las terminales a concesionarios (-39%), lo que deja entrever que pudo haber otros problemas más que el descenso de la demanda.
Temor por plan industrializador «a la fuerza»
Si hubo un concepto novedoso en el discurso que pronunciara Cristina al momento de anunciar la continuidad de ProCreAuto, ese fue el reconocimiento público, por primera vez en toda la década, del fracaso del plan de sustitución de importaciones en la industria automotriz.
Por cierto, todo un giro en el relato K, que durante años se encargó de ensalzar a esta rama de actividad como el «mejor alumno» en materia de inversiones, innovación y reindustrialización.
Ahora, el discurso dio un inédito giro de 180 grados. La propia Presidenta les echó en cara el hecho de ser «deficitarias» y de haberle generado al país un rojo de u$s33.000 millones desde 2003 hasta la fecha.

FUENTE: IPROFESIONAL.COM 15/09/2014