“Ariel”: un auto híbrido que no parece tener sentido, pero es parte de un experimento Este prototipo se construyó con una concepción completament
“Ariel”: un auto híbrido que no parece tener sentido, pero es parte de un experimento
Este prototipo se construyó con una concepción completamente diferente a la convencional. Su nombre es “Hipercar”, aunque esa es una sigla y no una categoría. Y su diseño y potencia son un experimento que cuenta con financiación del gobierno inglés
La pandemia detuvo algunos proyectos, y a otros solo los retrasó algún tiempo. Aun hoy, después que el mundo lleva más ya más de un año de haber recuperado cierta normalidad, todavía siguen apareciendo historias de ambos lados, de los que pudieron concretarlos y de quienes quedaron en el camino.
La fábrica de motos inglesa Ariel, había comenzado en 2017 un desarrollo completamente innovador de automóvil de alta performance con un modo diferente al convencional, incluso para vehículos artesanales como en este caso.
Lo llamaron Ariel Hipercar, y no es un error de ortografía que se haya escrito con “i” en lugar de “y”, sino que es un juego de palabras que ponía el concepto actual de automóviles superpotentes asociado desde una sigla a otro significado. Hipercar era el modo abreviado de “High Performance Carbon Reduction”.
Se trataba de un tren motriz híbrido entre gasolina y electricidad, que estaba construido alrededor de una pequeña turbina que enviaba electricidad a un paquete de baterías de iones de litio para luego alimentar los motores eléctricos en las ruedas. Esos motores eran dos APM radiales internos Equipmake instalados en el eje trasero, uno para cada rueda. Cada motor producía 295 CV de potencia con 450 Nm de torque, lo que llevaba los valores finales a 590 CV y 900 Nm respectivamente.
El freno de la pandemia permitió evolucionar tanto el concepto que ahora se presenta con una versión de cuatro ruedas motrices y, naturalmente, 4 motores eléctricos a razón de uno por rueda. La potencia se multiplicó por dos y entonces el vehículo en su versión más avanzada permite tener una potencia nominal de 1.180 CV y un torque de 1.800 Nm.
Los fabricantes aseguran que tiene una autonomía de 240 Kilómetros o unos 20 minutos en un circuito cerrado de carreras, pero adicionan un extensor de rango que consta de una turbina en miniatura producida por Cosworth, que produce otros 47 CV extra y puede funcionar con combustible convencional, combustible de competición e incluso con combustible sintético.
El vehículo es una estructura de aluminio plegado con CNC y cortado con láser, que se une a bastidores auxiliares también de aluminio en la parte delantera y trasera. Tiene suspensión independiente Bilstein. El rodado es 265/35/R20 en la parte delantera y 325/30/R20 en la parte trasera. Los frenos son discos de 14,5 pulgadas con pinzas AP Racing de seis pistones en el tren delantero y de 12,9 pulgadas con cuatro pistones en las ruedas posteriores. A través de un interruptor, el conductor decide activar o desactivar el freno regenerativo de energía.
La forma es algo extraña y no tiene curvas limpias sino más bien algo complejas de entender. Está construida con paneles impresos en 3D en este modelo, aunque el auto de producción tendrá esos elementos íntegramente construidos en fibra de carbono. El alerón de doble plano en la parte delantera suma más carga que un spitter convencional, los derivadores sobre los guardabarros delanteros envían el aire esquivando los espejos laterales, y la toma de aire del techo envía aire a la microturbina. Dos aletas laterales y una aleta dorsal central en la parte trasera, le dan mayor estabilidad a altas velocidades, además de dos voluminosos difusores en el piso. Algunos de estos aditamentos tienen similitud con el McMurtry Speirling visto este año en el Festival de la velocidad de Goodwood.
La gran pregunta que se hacen muchos es la razón de ser de este tipo de vehículo tan particular. De hecho, buena parte de la financiación del proyecto proviene de fondos oficiales del gobierno británico, que ha destinado un monto importante de dinero para propiciar el desarrollo de vehículos eléctricos, intentando contribuir así a alcanzar su objetivo de cero emisiones netas de carbono para 2050.
Y si bien el Ariel, como el McMurtry no serán vehículos para las calles sino más bien para quebrar récords de velocidad, es considerado un extremo dentro de los desarrollos posibles con esta tecnología. Las pruebas y los resultados que se van obteniendo de este tipo de proyectos, simplemente son muestras del alcance que, por distintos caminos, puede tener invertir en experiencias aunque parezcan remotas o alocadas.
FUENTE; INFOBAE.COM.AR 08/09/2022