Aire acondicionado, ventilación y calefacción: cómo funciona la climatización en el auto De forma aislada o mancomunada, cada sistema cuenta con
Aire acondicionado, ventilación y calefacción: cómo funciona la climatización en el auto
De forma aislada o mancomunada, cada sistema cuenta con sus propias partes y características. Mantenerlos en buen estado es clave para prolongar su vida útil
Aunque parezca sencillo, climatizar el interior de un automóvil tiene sus complejidades. Y tal es así que aún hoy, a casi 130 años de que comenzó a utilizarse este medio de transporte, sigue en continua evolución. Lo primero que se inventó fue el sistema de calefacción, y mucho después apareció el aire acondicionado.
Había tres pautas a respetar como principios básicos del sistema: debía ser posible regular la temperatura del aire caliente en la cabina de un auto; tenía que ser capaz de calentar rápidamente (porque los viajes eran generalmente breves), y debería poder distribuirse en todo el habitáculo. Si esto se conseguía, el siguiente paso era que el aire fuese lo más puro posible, que sirviera para desempañar las ventanillas y que fuera lo más simple de accionar.
Pero todo empezó con la ventilación del interior, la que se consigue a través de la rejilla que está debajo del parabrisas. Ese es un lugar en el que, por diferencia de presión, el aire entra más fácilmente a una cámara que está situada en el interior del tablero a esa misma altura, dentro del auto. De allí hasta el habitáculo, un motor eléctrico o forzador, se encarga de dar más o menos caudal de aire.
La calefacción surgió después, utilizando el calor del motor para que en lugar de perderse, ingrese al habitáculo, aunque no directamente. Lo que se hace a través del termostato que regula la temperatura de agua del motor, es calentar un flujo de aire que pasar por una matriz instalada a tal efecto. Si se quiere aire más caliente, la abertura que proviene de esa matriz es mayor y si se quiere un aire más tibio, se combina con el exterior con una aleta que se abre más o menos.
El aire acondicionado llegó en 1939, a través de un sistema llamado “serpentina de enfriamiento”, que incorporó la marca Packard y fue el precursor de un sistema que funciona incluso hoy mismo gracias a un cambio de estados de un gas. Ese gas puede ser el R134a o el más desarrollado R1234yf, homologado con las nuevas normas anticontaminación vigentes desde 2018.
Un compresor se encarga de aumentar la presión del gas en el circuito de aire acondicionado. Este se enciende al presionar el botón de AC en el tablero de instrumentos del auto. Luego de pasar por un deshidratador intermedio, ese gas a presión llega al condensador, que es un radiador similar al de refrigeración del motor, que está situado por delante en el mismo lugar del compartimento delantero de los autos.
Ese condensador convierte el gas en líquido, que se lleva hasta un evaporador que lo vuelve a convertir en gas y un ventilador lo introduce al habitáculo de acuerdo a la intensidad que los ocupantes deseen.
Con la llegada de los controles automáticos de temperatura, tanto el calor como el frío se regulan electrónicamente a partir de sensores ubicados dentro del habitáculo, pero hay muchos motivos por los que, especialmente el aire acondicionado, pueda no funcionar como se espera. El filtro de polen del habitáculo es uno de los puntos más simples de verificar porque si está tapado, quizás el aire no entra, pero sí está correctamente en la temperatura elegida.
Otro motivo puede ser que el depósito de líquido refrigerante del motor esté en su nivel adecuado. Si eso no es así, el sistema no funcionará como debiera y el aire no se enfriará lo suficiente. Pero si todos esos métodos no funcionan, hay que revisar el nivel de gas del equipo, el estado del condensador, que por su posición puede tener suciedad como bichos o detritos de la calle y especialmente de las rutas. Salvo que el compresor sea el que está descompuesto, con esos elementos en condiciones, el equipo tiene que funcionar normalmente.
Un consejo adicional es mantener limpia la entrada de aire del sistema de ventilación, la rejilla que está en la base del parabrisas, que suele obstruirse de hojas especialmente en las estaciones del año en las que los árboles pierden hojas o flores. Es un trabajo algo engorroso porque hay que desmontar las escobillas del limpiaparabrisas y luego retirar las rejillas con cuidado de no romper las “orejas” con las que se fijan a la carrocería.
FUENTE; INFOBAE.COM.AR 05/01/2023