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El mercado argentino se «inunda» de autos brasileños

A contramano de las principales variables de la economía, el mercado automotor está atravesando un período de expansión en términos de ventas que entu

A contramano de las principales variables de la economía, el mercado automotor está atravesando un período de expansión en términos de ventas que entusiasma a los directivos, tanto de terminales como de marcas importadas.
En los primeros cuatro meses del año, el sector acumula un crecimiento interanual del 5%, de la mano de más de 221.500 unidades patentadas.
Sin dudas, el negocio de los 0Km se viene despegando de otras ramas de actividad, como la de motos que, en el mismo período, acumula una caída del 10%.
A la hora de buscar las razones de esta expansión, existe una variable fundamental: luego de dos años difíciles en materia de importaciones, la administración Macrista le puso fin a los problemas derivados de la falta de stock.
«Actualmente hay mucha más disponibilidad de oferta que hace unos meses. Este es uno de los principales cambios que está ayudando a que aumenten los patentamientos», indicó Gonzalo Dalmasso, economista de Abeceb.
Hasta fines de de 2015 se registraban grandes demoras para la entrega de determinados modelos. Los plazos, de hecho, podían extenderse hasta los cinco meses.
No sólo eso, debido a los fuertes desfasajes de precios y a la falta de valores de referencia –en un contexto en el que se palpitaba una devaluación y cambios al impuesto interno a los 0Km- en los salones de venta faltaban versiones.
Para ponerle fin a un mercado plagado de distorsiones, el Gobierno actuó en dos frentes:
• Con la supresión de los cupos y una entrega más fluida de divisas, ayudó a las automotrices a ponerse al día con sus deudas en dólares con casas matrices y proveedores, lo que les permitió reactivar líneas de crédito y normalizar los cronogramas de compras. En este sentido, directivos de varias automotrices confirmaron a iProfesional que ya pudieron regularizar prácticamente la totalidad de los pagos al exterior
• Además, el Marismo aprobó un importante remanente de permisos de importación que había quedado pendiente de la época kirchnerista. Con ese caudal habilitado, hubo automotrices que pudieron cubrir sus necesidades hasta comienzos de mayo.
Este combo permitió que el ingreso de 0Km del exterior experimentara un dinamismo que hacía tiempo no se veía. Especialmente por parte de aquellos vehículos procedentes de países «extra Mercosur». Es decir, mercados proveedores como México, Asia y Europa.
Según datos oficiales, entre enero y marzo las importaciones «extra zona» totalizaron u$s160 millones, lo que implicó un salto de casi 80% respecto a los u$s91 millones del mismo período del año anterior.
Sin embargo, por su peso específico, los vehículos brasileños son los que coparon el mercado.
De la mano de una tasa de crecimiento también importante, de casi 40%, las importaciones de 0Km procedentes del país vecino superaron los u$s770 millones.

Esta es una «factura» a pagar muy similar a la que se observaba, por ejemplo, en 2013, el último año récord de ventas.
La participación que han ganado los autos de Brasil ha sido notable: hoy «aspiran» el 83% de las divisas que demandan las automotrices para el pago de importaciones, 22 puntos más que en 2013, cuando crecían a más altas tasas los modelos Premium, procedentes de Europa y Asia.
Los importados ganan terreno
Esta mayor disponibilidad de vehículos del exterior está permitiendo, según Dalmasso, que haya una «puesta al día del consumo».

Especialmente en aquellos modelos que durante los dos últimos años habían quedado casi discontinuados en los concesionarios.
Si bien la cámara que nuclea a las agencias no publica más la estadística desagregada con datos de patentamientos por origen, la entidad que engloba a las terminales sí lo consigna en su informe mensual que incluye sus ventas mayoristas.
Así, según se desprende de las estadísticas de ADEFA, durante el primer cuatrimestre del año los vehículos importados mostraron un dinamismo que superó ampliamente a la performance de los 0Km nacionales.
En efecto: entre enero y abril las automotrices despacharon a la red comercial 133.500 unidades del exterior, lo que implicó un salto del 46% respecto al mismo lapso de 2015.
Esta tasa más que triplicó a la que mostraron las ventas de autos fabricados en la Argentina, que crecieron apenas 14%.
Además, el aumento en la comercialización de unidades importadas (+46%) contrastó con el nivel de producción, que en dicho período cayó un 13%.
De la mano de esta tendencia, las ventas mayoristas de autos traídos de afuera –principalmente de Brasil- hoy tienen un share del 60%, seis puntos por encima del registro del año pasado.
Apunten contra Brasil
Tras un largo período en el que las importaciones estuvieron reprimidas por el kirchnerismo, el plan Macrista que busca normalizar las relaciones con los principales socios comerciales de la Argentina suma voces a favor y en contra.
En esta última vereda se nuclean los gremios, que observan con preocupación la tasa de crecimiento de las compras al mundo en un contexto en el que, según la consultora Tendencias Económicas, el mercado laboral asistió a un promedio de casi 1.200 despidos por día.
Uno de los sindicatos más combativos contra las importaciones es SMATA, conducido por Ricardo Pignanelli.
Su gremio apunta sus críticas en contra de las automotrices que, en las últimas semanas, «avanzaron con promociones de hasta un 40% en la venta de unidades brasileñas», en un contexto en el que «aumentan el precio de los autos nacionales».
En el Congreso Nacional de Delegados de SMATA, de hecho, advirtieron que “hoy el negocio es la importación y no la producción” y que ese esto «puede dejar sin sustento a miles de compatriotas”
La oleada de importaciones brasileñas –motorizadas por la compra de vehículos y autopartes- llevó a que el déficit comercial bilateral alcance los casi u$s1.400 millones durante el primer cuatrimestre.

Esta cifra viene a ser el triple que el registro del año pasado.
En diálogo con iProfesional, Diego Coatz, economista jefe de la Unión Industrial Argentina (UIA), sostuvo que esta dinámica está relacionada con la fuerte caída del consumo en el mercado brasileño.
La industria automotriz es una de las ramas de actividad que más padece la crisis: entre enero abril, la producción de autos en el país vecino acumula un desplome del 26%.
En paralelo, los patentamientos en el mercado brasileño se derrumbaron a una tasa mayor, del orden del 28%.
En este contexto, el stock de vehículos sin vender en ese país está superando los 46 días, un número que se ubica muy por encima del nivel considerado como «saludable», que es de un mes.
A su vez, esta caída en el ritmo de patentamientos está pegando con fuerza en el mercado laboral: en los últimos doce meses, 11.100 personas que trabajaban en la industria automotriz brasileña perdieron su empleo.
Según datos de ANFAVEA, la entidad que nuclea a las terminales de la nación vecina, esta mala performance está obligando a retocar las proyecciones de ventas para todo el año.
Mientras que en enero se estimaba una caída del 5% para todo 2016, ahora se prevé que la caída en el nivel de patentamientos llegue al 10% y que el mercado brasileño alcance apenas las 2,32 millones de unidades.

Redireccionando producción
Frente a este cuadro, Dalmasso señaló que «para este año, el escenario más optimista es que las exportaciones de autos nacionales hacia Brasil totalicen las 155.000 unidades, frente a las 191.000 que se alcanzaron en 2015, lo que arrojaría una baja de casi 20%”.
Sin embargo, el analista afirmó que los últimos lanzamientos que protagonizaron las terminales locales permitirán reactivar otros mercados y compensar, en parte, el impacto negativo que llega desde la economía que ahora comanda Michel Temer.
«Las novedades que fueron llegando, como el restyling de la Ford Ranger, la nueva Toyota Hillux o el recién lanzado Cruze permitirán incrementar las exportaciones a otros destinos, especialmente en América latina», afirmó.
Por lo pronto, el Gobierno busca sellar un acuerdo con Colombia en julio, lo que posibilitaría colocar allí unas 20.000 unidades por año, y así hacer frente a la menor demanda brasileña.
Las automotrices también están apuntando sus cañones hacia mercados más pequeños como Costa Rica, Honduras, Guatemala, Nigeria y Argelia.
Pese a esto, desde Abeceb no prevén una recuperación de la producción nacional.
De hecho, se proyectan unas 500.000 unidades fabricadas durante este año, lo que implicaría una baja del 8%, que se sumaría a la caída del 12% que se había registrado en 2015.
También autopartes
Tal como diera cuenta iProfesional, fuentes de AFAC, la principal cámara de fabricantes de componentes del país, advirtieron que están perdiendo la pulseada con Brasil.
«Tienen una escala enorme y, con tal de cubrir una parte de los costos fijos, están cotizándoles a las terminales argentinas a precios alarmantemente bajos frente a los cuales los proveedores nacionales no podemos competir».
El «precio de saldo» al que están ingresando los componentes «Made in Brasil» llega a tal punto que –aseguraron desde AFAC a este medio- «las automotrices están dando una suerte de ultimátum a sus proveedores autopartistas argentinos para que bajen sus cotizaciones hasta un 40%.
En 2015, la Argentina viene de sufrir un mal trago con el país vecino, que generó un déficit bilateral, sólo por comercio de componentes para la fabricación de autos, de u$s1.900 millones.
Componentes eléctricos, carrocerías, llantas, neumáticos, motores y equipamiento interior son los productos que más contribuyeron a la consolidación de dicho déficit.
En este contexto, las expectativas están puestas en el plan de gobierno que acaba de presentar el presidente Temer, que será fundamental para revertir el escenario que hoy perjudica a las empresas locales.
«La Argentina necesita que Brasil empiece a encausar su economía, deje de caer y comience a traccionar», afirmó Dante Sica, director de Abeceb.
«Si la crisis política del país vecino en alguna medida comienza a tener una salida, independientemente del giro o signo político que se adopte, entonces cambiarán las expectativas y es probable que hacia fines de año Brasil deje de caer y pueda empezar un 2017 en recuperación»
FUENTE: IPROFESIONAL.COM 17/05/2016