En sintonía con los cambios que ha venido experimentando la economía en general, el mercado automotriz también sufrió importantes vaivenes. Hasta el a
En sintonía con los cambios que ha venido experimentando la economía en general, el mercado automotriz también sufrió importantes vaivenes.
Hasta el año pasado, por ejemplo, los modelos importados fueron los más castigados, tanto por el impuestazo como por las trabas a las compras al exterior y al giro de divisas, lo que redundó en un fuerte desplome de los patentamientos.
Sin embargo, hoy son las grandes «estrellas» del negocio: según datos oficiales, el ingreso de vehículos del exterior crece a una tasa de casi 50% en lo que va del año.
No sólo eso: los despachos de unidades importadas desde las automotrices a la red de concesionarios se mueven a un ritmo que más que triplica al de los nacionales.
Y así como los cambios beneficiaron a los modelos de afuera, ahora perjudican a los autos usados.
Estos últimos, en medio del descalabro general del mercado, tuvieron un 2015 realmente positivo: se comercializaron más de 1,7 millón de unidades, lo que implicó un crecimiento interanual del 8 por ciento.
Por cierto, esta expansión -en un escenario en el que el resto del sector se desplomaba-, obedecía a la escasez de oferta de 0Km, los fuertes sobreprecios que cobraban las agencias y a los largos plazos de entrega, que llegaron a superar los seis meses.
Sin embargo, la suerte cambió radicalmente para el mercado del usado: en lo que va del 2016, las operaciones caen a un ritmo del 11%, mientras que los patentamientos de autos nuevos suben casi 9 por ciento.
El principal problema que enfrenta hoy este sector es el de los desfasajes de precios. Éstos tuvieron su origen en 2014 y 2015, como consecuencia de la falta de oferta de 0km y del impuestazo.
Esto llevó a que tanto agencias como propietarios «defendieran» sus unidades seminuevas -con menos de tres años de uso-, incrementando las cotizaciones y aprovechando el «techo» más elevado que habían dejado los 0Km.
Pero todo cambió: con la llegada de las nuevas reglas de juego que propició el macrismo, ese mercado dominado hasta el 2015 por la falta de oferta y la escasez pasó a estar más que abastecido con la flexibilización de las importaciones.
Esto, sumado a la caída del poder adquisitivo y a los cambios introducidos al impuestazo, terminaron por trastocar el negocio.
Como consecuencia, no sólo muchos importados 0Km bajaron de precio. También las automotrices avanzaron con fuertes rebajas y promociones para alentar las ventas de modelos generalistas.
Así las cosas, hasta que las fichas vuelvan a reacomodarse, el mercado está viendo cómo algunos vehículos nuevos hoy cuestan casi lo mismo que unidades de la misma gama pero con dos o hasta tres años de uso.
Terminales como Chevrolet o Volkswagen lanzaron acciones tendientes a bonificar vehículos hasta por $50.000, haciendo que los 0Km se vuelvan mucho más tentadores que algunos usados.
Frente a este cuadro, Alberto Príncipe, presidente de la Cámara de Comercio Automotor (CCA) aseguró que «el mercado está en baja porque no se reacomodó. Los que tienen usados quieren ganar lo mismo que hace un año y eso tienen que cambiar”.
Un dato que sirve para explicar el parate del sector es que 7 de cada 10 compradores de vehículos 0Km suelen entregar una unidad usada como parte de pago. El problema es que los concesionarios no pueden quedarse con el capital parado.
Según el directivo de la CCA, los modelos nuevos tendrían que estar entre un 15% y un 20% más caros que aquellos con dos o tres años de antigüedad.
Incluso, para graficar el desfasaje actual, consideró que frente a la «guera de promos» que están entablando las automotrices, el gap hoy tendría que ser del 30 por ciento.
«Esta situación, si no se resuelve, comenzará a traer graves consecuencias. Hay que tener en cuenta que entre el 70% y 80% de las operaciones de compra de un auto nuevo se realizan entregando a cambio un usado. Si los concesionarios no pueden tomarlos, o si los toman pero no los venden, entonces se empezará a paralizar la venta de 0km”, advirtió Príncipe.
La brecha
Las diferencias de precios entre los autos sin patentar y los usados están muy lejos del gap señalado por la CCA. Por ejemplo:
• Un Volkswagen Gol Trend 0Km en su versión tope de gama (Highline) hoy tiene un valor de $264.000.
• En tanto que por un modelo 2015 se llegan a pedir $245.000.
En este caso, la diferencia es de apenas $19.000, es decir, una brecha menor al 8 por ciento.
Además, si se compara el valor del mismo Gol Trend usado, se puede observar que hoy resulta más caro que las un 0Km con equipamiento básico e intermedio, cuyos precios van de los $190.000 a los $220.000.
Además de esta diferencia de precios, Volkswagen ofrece financiación a tasa 0%, con un CFT del 2.4% y a 12 meses.
Las bonificaciones de la marca van desde los $20.000 hasta los $50.000 y se pueden elegir otros modelos, como Amarok, Voyage, Fox y Polo.
En el caso de la Toyota Hilux SRV las diferencias también saltan a la vista:
• La versión con cuero y caja automática 0Km cuesta unos $718.000, según el valor oficial publicado por la marca.
• Como contrapartida, por una usada 2015 se están pidiendo hasta $695.000.
En este caso, la diferencia es de tan sólo 3 por ciento.
Otro caso es el de Chevrolet, que está bonificando varios de sus modelos. En el caso de la Tracker:
• La marca ofrece la versión tope de gama a $459.000.
• ¿Cuánto se pide en el mercado por una unidad con más de 15.000 kilómetros y un año de uso? Entre $420.000 y $440.000.
• En este caso, el gap va del 4% al 10%, lejos de la brecha del 20% considerada «sana» para un mercado en equilibrio.
Las diferencias son aun más llamativas cuando se trata de modelos que, hasta el año pasado, estaban grabadas por el impuesto interno.
En el caso del Ford Focus Titanium, modelo que se fabrica en el país, se da el siguiente cuadro:
• Por esta versión, en la página oficial de la marca el precio de referencia es de $481.000.
• Los particulares, en tanto, están pidiendo hasta $445.000 por unidades patentadas en 2015 y con más de 10.000 kilómetros.
Así las cosas, el gap para este modelo de la marca del óvalo no llega al 10 por ciento.
Exigen medidas
Uno de los principales reclamos que realizan los referentes del mercado de los usados para recuperar terreno es que se brinden mejores condiciones para el financiamiento.
Cabe destacar que el Gobierno lanzó nuevos préstamos personales en consonancia con las terminales, el banco Provincia y el Nación, pero únicamente para la venta de 0km.
Para los que dependen de los usados, esto agrega un factor más de presión: “En las agencias se pueden ofrecer únicamente préstamos de bancos privados a tasas más elevadas. Esto juega en contra. Por otro lado, si en los puntos de venta tomamos los usados, hay que hacerlo a un precio real de mercado, y los particulares no quieren bajar el precio», comentó Príncipe.
Otro elemento que impacta negativamente para los empresarios del sector es que si ese capital queda inmovilizado, se convierte en un costo financiero muy difícil de sostener.
“El mercado es uno solo: si no funciona el de los usados, entonces el de los 0km tampoco lo hará. Quien compra un auto nuevo es usual que quiera entregar el suyo como parte de pago. Por eso es fundamental que se reactive el circuito”, agregó Príncipe.
El clima que se respira en los concesionarios de ventas de usados no es bueno. Los referentes de este negocio no consideran que pueda darse una recuperación sostenida a lo largo de este semestre.
“No hay señales que indiquen un rebote. Esperamos alguna medida de parte del Gobierno”, afirmó Príncipe, quien volvió a recalcar: «Si no se favorece al mercado del usado, entonces el riesgo es que se frenen los patentamientos».
FUENTE: IPROFESIONAL.COM 20/07/2016