En un contexto en el que la industria automotriz atraviesa una crisis de grandes proporciones, un anuncio de inversión no pasa desapercibido. Y más cu
En un contexto en el que la industria automotriz atraviesa una crisis de grandes proporciones, un anuncio de inversión no pasa desapercibido. Y más cuando proviene de una compañía que, hasta el momento, sólo era importadora y no tenía presencia fabril en la Argentina.
Pese a que en 2014 la producción de autos se desplomó más de un 20% y que las ventas a Brasil vienen sacando el pie del acelerador desde hace meses, debido a las complicaciones que atraviesan a esa economía, Nissan le dio un motivo de alegría al kirchnerismo, que supo hacer de esta rama de actividad uno de los grandes símbolos del modelo.
En concreto, la compañía de origen japonés informó que invertirá u$s600 millones en la planta que Renault posee en Córdoba para producir un nuevo modelo de pick-up: la Nissan NP300 Frontier.
Según señaló la propia Cristina Kirchner por cadena nacional, el desembolso significará «la generación de mil puestos de trabajo directo y otros miles indirectos en automotrices, proveedores, logística. Se transforma la vieja y querida fábrica de Santa Isabel en una de las más modernas plantas de todo el mundo».
La compañía prevé una fabricación anual de 70.000 pick-ups, de las cuales el 70% estará destinada a la exportación y el 30% restante al mercado interno.
José Luis Valls, titular de Nissan para América latina, sostuvo que «la Argentina, para nuestro plan de desarrollo estratégico a nivel Latinoamérica, es una plataforma fundamental». Además, destacó que con este desembarco Nissan «será protagonista en el mercado de pick-ups en particular y en la industria automotriz argentina en general».
Sin embargo, el proyecto no se detiene en ese único modelo. En la misma línea de producción, en siguientes etapas, también se fabricarán otras dos pick-ups: una bajo la marca Renault -que tendrá una tonelada de capacidad de carga- y otra de Mercedes Benz, por un acuerdo de colaboración entre la alianza Nissan-Renault y Daimler.
De la crisis a la oportunidad
Durante la presentación, la ministra de Industria, Débora Giorgi, aseguró que la «Argentina se consolida como plataforma regional de pick ups», para luego detallar que «en los últimos años, el sector más que quintuplicó la producción de camionetas», de la mano de modelos como «Hilux, Amarok y Ranger».
El hecho de que Nissan ponga un pie en el país y concrete su desembarco con una pick-up, por cierto, no es una estrategia aislada. Tampoco es casual que Renault y Mercedes Benz entren también en este segmento, cada vez más codiciado por las terminales.
Las razones del auge de este segmento de negocio responde, principalmente, a la irrupción del impuestazo a los 0Km, que tuviera lugar a fines de 2013 y que cambió completamente el mercado.
El tributo le dio un duro golpe a todas las marcas premium, que vieron cómo los precios de sus vehículos se dispararon hasta un 100% en cuestión de días.
En el portafolio de las automotrices de alta gama, los SUV (siglas de Sport Utility Vehicle), también conocidas masivamente como 4×4, fueron las que más padecieron el nuevo cuadro impositivo.
Se trata de un segmento que venía creciendo de manera sostenida y que en 2013, año en el que la industria automotriz alcanzó su pico histórico, vivió su último momento de esplendor.
Con la irrupción del tributo, los precios de la gran mayoría de los SUV importados se dispararon, llegando incluso a duplicarse. Así, el nuevo escenario derivó en que las ventas de los todoterreno quedaran prácticamente paralizadas.
Pero la crisis de un segmento se transformó en la oportunidad para otro.
Muchas marcas -que tenían o no opciones de SUV en su menú- salieron rápidamente a ampliar la oferta de pick-ups que, al ser consideradas «herramientas de trabajo», escaparon del impuestazo.
Las automotrices líderes entendieron que, tras los aumentos de precios -que llevaron a que varias 4×4 superen el millón de pesos-, podían encontrar un reemplazo más económico en las «chatas».
La clave, además del gran gap en los valores de venta al público, está en el fuerte salto que experimentaron estos vehículos en materia de equipamiento, dado que actualmente hay pick-ups con un nivel de confort que poco tiene que envidiarle a algunos SUV reconocidos.
Finalizado el 2014 y con los resultados del primer bimestre, los números dan prueba de los hechos y las automotrices admiten haber amortiguado un poco el desplome de los patentamientos gracias a los clientes que ganaron potenciando este segmento.
Capeando el temporal
El segmento de pick-ups fue el que menos cayó el año pasado. En 2014 cerró con casi 67.500 unidades patentadas, frente a las 75.750 del año anterior, lo que representó una caída cercana al 10%, muy por debajo del desplome de alrededor del 30% que experimentó el mercado en general.
En el caso de los SUV, las cifras de ventas quedaron para el olvido: se comercializaron 8.350 unidades frente a las 28.300 de 2013. Esto implicó un derrumbe del orden del 70% y dejó al descubierto el «fin de fiesta» para este nicho.
Y en el primer trimestre de este 2015, las estadísticas ratifican que los cambios en el negocio llegaron para quedarse: el mercado en general cayó un 28%, pero las pick-ups sufrieron una merma más leve, apenas superior al 10%.
En tanto que los SUV siguieron con su rally descendente, tras padecer una contracción del 73%.
«Son varios los factores que apuntalaron el segmento de las pick-ups. Por un lado, no fue afectado por el impuesto, como sí sucedió con otros modelos. A esto se sumó una migración que hubo de los clientes desde los SUV», destacó Enrique Agüero, gerente de la división vehículos livianos de Volkswagen.
El directivo explicó que las consultas que reciben en los concesionarios también son una prueba de la realidad, ya que cientos de personas se acercan explicando que no pueden cambiar su 4×4 y por eso eligen una «chata».
Desde Ford confirman la consolidación de esta tendencia. Mariano Menéndez, gerente de Productos de Ford, aseguró que las ventas de la Ranger se sostuvieron en un mercado que cae. Incluso, anticipó un buen 2015 para este modelo.
Paralelamente, las automotrices que fabrican pick-ups en la Argentina también encuentran fuertes estímulos en el negocio de exportación.
No casualmente el 70% de las unidades que producirá Nissan en el país se destinarán a los mercados externos.
Esto obedece a que las terminales locales se han venido posicionando con fuerza como proveedoras de camionetas para la región, especialmente para el mercado brasileño.
Para tener una referencia basta saber que durante 2014, entre los cinco modelos argentinos que más se vendieron al exterior, los tres primeros fueron pick-ups.
En concreto, la Toyota Hilux, la VW Amarok y la Ford Ranger pasaron a dominar el 60% de las exportaciones albicelestes, dejando el 40% restante en manos de otros 14 modelos de autos.
El siguiente cuadro muestra cómo es el share de los vehículos más vendidos al exterior y el fuerte dominio que exhiben las camionetas:
Versiones más equipadas
La ampliación de la oferta de pick-ups fue clave en el plan comercial de las marcas, que fueron lanzando versiones cada vez más equipadas, con especificaciones que no son requeridas especialmente por quienes la usan para el trabajo.
Ese camino lo inició Volkswagen, con la incorporación de la caja automática en la versión 4×2 de la Amarok, camino que luego siguió Ford.
Otro dato que demuestra el perfil del nuevo cliente, que busca vehículos que no necesariamente sean para transitar caminos rurales o realizar trabajos exigentes, es que el 55% de las pick-ups que se comercializan en la Argentina tienen tracción simple. Es decir que menos de la mitad tienen aptitudes «todoterreno».
En cuanto al nivel de equipamiento, en el mercado hay más de 40 versiones entre todas las marcas.
El 47% de las ventas corresponde a la categoría «low» (entrada de gama), en tanto que la full totaliza en un 53%, que a su vez se subdivide entre las del segmento «medio» (23%) y «alto» (30%).
El market share por marcas, según el equipamiento de las tres líderes (Toyota, Volkswagen, Ford) se divide de la siguiente forma:
Low: Volkswagen 20%, Toyota 40%, Ford 34%
Media: Volkswagen 32%, Toyota 31%, Ford 25%
High: Volkswagen 27%, Toyota 52%, Ford 11%
El nuevo perfil de clientes exige versiones cada vez más equipadas, y valora mucho los componentes tecnológicos: la cámara de estacionamiento o la pantalla táctil, opcionales antes limitados a los vehículos de alta gama, ahora también pueden encontrarse en las pick-ups.
Otro aspecto clave es que muchos de los compradores combinan el uso laboral con el familiar en este tipo de vehículos, que hasta hace unos años eran menos confortables.
«Es una realidad: se ganaron clientes de otros segmentos y por eso también se fueron incrementando las versiones, porque hay una demanda creciente», comentó Menéndez, de Ford.
La oferta, marca por marca
La número uno es Toyota con la Hilux. Es el modelo líder en ventas, al punto tal que en 2014 fue el segundo vehículo más vendido del mercado en general, después del Volkswagen Gol Trend.
En cuanto a la oferta, la Hilux cuenta con 17 versiones entre las de cabina simple y doble, con precios que van desde $260.900 hasta los $535.000.
Ofrece motor diesel y naftero, con caja manual, en tanto que la automática está destinada a las versiones tope de gama, que son la tradicional SRV y la Limited, una nueva opción que se sumó recientemente al mercado.
La Amarok cuenta con las versiones Starline, Trendline, Highline y Dark Label, cada una con opciones 4×2 y 4×4. Los precios van desde los $261.920 en la cabina simple hasta los $505.170.
Volkswagen fue la primera en incorporar la opción de caja automática en las versiones intermedias. Así, la Trendline ofrece esta alternativa tanto para la variante con tracción 4×2 como para la 4×4, ampliando la oferta a un segmento que estaba únicamente concentrado en los modelos full.
La alternativa fue muy bien recibida en el mercado y por eso otras siguieron la tendencia, como fue el caso de Ford, con el lanzamiento de la caja de seis velocidades secuencial.
Además de la Limited, que es la tope de gama, las XLS y XLT en sus configuraciones 4×2 ahora también cuentan con transmisión automática disponible, a un precio sugerido al público de $370.800 y $403.900 respectivamente.
La oferta del segmento comercial liviano se completa con la Chevrolet S10, cuarta en ventas, Nissan Frontier -que en un par de años sumará su nuevo modelo- y Mitsubishi L200.
En el caso de Chevrolet, ofrece siete versiones, siendo únicamente la LTZ, la opción full, que tiene caja automática.
Sin embargo, S10 se destaca por la tecnología, con el sistema My Link (pantalla táctil) y GPS integrado, entre otros detalles. En el caso de la L200 ofrece tres alternativas, lo mismo que la Frontier (ver foto), una de ellas con caja automática.
Lo que viene
Si las marcas encuentran hoy un escenario altamente competitivo, hacia fin de año la batalla será aún más fuerte.
Por un lado, un nuevo competidor se viene imponiendo a pasos firmes. Es la Ram, una pick up grande que si bien no las enfrenta directamente, por su tamaño y su equipamiento premium, sus ventas se multiplican mes a mes, con un incremento anual de 300 por ciento.
Hacia adelante, además de las novedades que llegarán de la mano de Nissan, Renault y Mercedes Benz, habrá otros lanzamientos en este segmento:
• Toyota guarda la carta más importante, que es la presentación de la Hilux global, que se fabricará en la Argentina para todo el mundo.
• Volkswagen, por su parte, sumará otra edición especial, tal como lo hizo con Dark Label.
• Chevrolet estudia el lanzamiento de una versión más equipada para la S10.
• Ford podría sumar algún restyling para la Ranger antes de 2016.
Con estas nuevas apuestas, el segmento de pick-ups promete dar batalla y ganar market share en un mercado automotriz que apunta a cerrar el año con un nivel de ventas cercano a las 625.000 unidades, un 8% por debajo del caótico 2014.
FUENTE: IPROFESIONAL.COM 08/04/2015