Con el impactante marco de la costa carioca, Jeep presentó para toda América Latina el Renegade, su SUV compacto para el segmento B que llegará a
Con el impactante marco de la costa carioca, Jeep presentó para toda América Latina el Renegade, su SUV compacto para
el segmento B que llegará a la Argentina en último trimestre de este año.
El despliegue de la marca en Río de Janeiro, con periodistas de toda la región y masiva presencia publicitaria en las calles de la ciudad, se debe a que el lanzamiento reviste máxima importancia por dos razones. La primera: es el primer Jeep que se fabrica en Brasil. En este punto, la absorción del grupo Chrysler por parte de Fiat fue decisiva. El Renegade se produce en Goiana, estado de Pernambuco, en la fábrica más moderna de FCA (Fiat Chrysler Automóviles), que recibió una inversión de más de u$s 2.000 millones para este proyecto. En segundo lugar, es la entrada de un jugador de peso a un segmento donde, hasta ahora, no tenía participación: los SUV chicos, categoría en crecimiento, que sigue sumando competidores y que le abrirá las puertas de Jeep a un público más numeroso, que hasta ahora, por precio, no podía acceder a estos vehículos.
La presentación para el mercado brasileño fue completa: se definieron configuraciones y precios. La oferta está compuesta por tres niveles de equipamiento (Sport, Longitude y Trailhawk) y dos motorizaciones. La primera de ellas, naftera E.torQ EVO 1.8 de 132 CV, se puede asociar a transmisión manual de cinco velocidades o automática de seis, siempre con tracción delantera. La segunda, tope de gama, es turbodiésel 2.0 de 170 CV con caja automática de nueve marchas e incluye tracción integral.
Para el caso argentino la ecuación es más compleja. En Jeep saben que el éxito del producto depende de una variable central: que existan versiones cuyo precio no supere el mínimo imponible del impuesto interno. La aplicación de ese gravamen correría de la cancha al Renegade en beneficio de otros modelos del segmento, como Ford EcoSport o Renault Duster, que cotizan por debajo de los $275 mil de precio final al público en sus variantes iniciales. Si consiguen ajustar esa ingeniería de costos, en Jeep planean vender tres mil unidades en 2015 y diez mil en su primer año completo, 2016. Todo un récord para una marca que tiende a la exclusividad (al menos en estas pampas)
La versión que llegaría al país en primera instancia sería la Sport 1.8 naftera con caja manual y tracción simple. También se evalúa la incorporación, en una segunda etapa, de un propulsor 2.4 naftero con la innovadora caja automática de nueve marchas. El turbodiésel 2.0 difícilmente aplique en este escenario: además de que no podría eludir el impuesto interno, se anexaría el impuesto a los vehículos diésel particulares.
Diseño
A simple vista, se nota que es un Jeep, respeta los patrones de diseño de la marca, con las líneas rectas del Wrangler como inspiración, aunque en este caso matizadas, menos duras, seguramente porque sus usuarios le darán un uso más urbano que off road. En el interior se observan detalles de calidad, como materiales blandos y buenas terminaciones. Pero es en el volante multifunción, en el tablero y en la pantalla de 5 o 6,5 pulgadas (con conexión Bluetooth, comandos de voz, navegador GPS) donde el Renegade da un salto que excede a su categoría.
En el test urbano, desde Copacabana, pasando por Botafogo, hasta la marina en la zona céntrica de Río, se percibió la agilidad de un vehículo que se verá más en asfalto que en tierra, y la buena respuesta de la caja automática, con una mejor precisión en el cambio de marchas que la media de las transmisiones del segmento. Para el barro se utilizó la versión 2.0 turbodiésel, que no llegará al país. En la cercana Niteroi, en la autopista, se constató que con la caja de nueve marchas el vehículo alcanza los 120 km/h a tan sólo 1.000 rpm. Luego, se exigió al Renegade en un camino repleto de obstáculos, con condiciones extremas, quizás para demostrar que, aunque se trate de un SUV urbano, la tecnología y la mecánica de Jeep es una garantía para circuitos off road. En este sentido, hay que destacar el sistema de tracción inteligente, que envía torque a los dos ejes cuando detecta pérdida de adherencia. En asfalto funciona con tracción delantera. El sistema incluye también el control de tracción Select-Terrain, que ofrece hasta cinco modos de operaciones: automático, nieve, arena, barro y piedra.
El equipamiento en seguridad también es otro punto a favor: a los obligatorios airbags delanteros y frenos ABS, ya desde la versión de entrada se suman de serie los controles de tracción y de estabilidad, controles antivuelco y de estabilidad de trailer, cinturón de tres puntos y apoyacabezas en todas las posiciones, puntos Isofix para fijación de asientos infantiles, faros anti-neblina y sensores de estacionamiento trasero. Se pueden agregar opcionales, como los siete airbags, entre otros.
FUENTE: AMBITO.COM 31/03/2015