Pro.Cre.Auto vs negocios financieros

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Pro.Cre.Auto vs negocios financieros

Específicamente consiste en la adjudicación de créditos de hasta $120.000 para la adquisición de vehículos de origen nacional, con un subsidio de entr

Específicamente consiste en la adjudicación de créditos de hasta $120.000 para la adquisición de vehículos de origen nacional, con un subsidio de entre 4 y 5 puntos en la tasa de interés.

El programa se anunció en el momento más álgido del derrumbe en las ventas, marcado por el aumento de los precios, relacionado en parte con la devaluación del tipo de cambio y con el freno en la actividad comercial con Brasil que atraviesa el sector. En este contexto, el equipo económico decide aplicar esta política contracíclica, con el propósito de darle movilidad al mercado, cosa que en los primeros meses de aplicación, se ha logrado. Además de los más de 15.000 créditos otorgados, de los cuales ya fueron efectivizados casi 10.000 por un monto agregado cercano a los $1.000 millones, el mérito del Pro.Cre.Auto es el de acercar a los consumidores a las concesionarias y que se vuelva a generar la densidad necesaria como para que la compra de un 0km no se aleje de las potencialidades de consumo de las familias.

Hasta ahí, la situación no parece anómala; un sector que se retrae por determinadas modificaciones de indicadores macroeconómicos, el lanzamiento de un programa estatal de estímulo y promoción al consumo y un resultado tangible en el corto plazo. Ahora bien, el problema se dispara con la inmensidad de denuncias de los potenciales clientes, que detectaron importantes faltantes de stock en los modelos que forman parte del Pro.Cre.Auto. Los concesionarios argumentan que sus beneficios van en paralelo a la velocidad de rotación de vehículos, con lo cual culpan a las grandes terminales automotrices por demorar la entrega de los modelos pautados. Lo que poco se debate es que uno de los grandes problemas de fondo es financiero.

Los planes de financiamiento que ofrecen las automotrices compiten contra el Pro.Cre.Auto, y pierden. Para dar dimensión, se estima, según datos de la Asociación de Financieras de Marcas Automotrices (AFIMA), que el año pasado en este nicho de negocios se comerciaron más del 40% de las unidades vendidas, esto es, más de 400.000 vehículos. Las opciones de financiamiento son varias, en algunas se pacta directamente con los bancos, mientras que otras incluyen líneas propias de las terminales, mayoritariamente mediante créditos prendarios y los ya extendidos planes de ahorro. El quid de la cuestión, por ende, es la rentabilidad financiera que las automotrices no están pudiendo apropiarse. Para poner en relieve, hablamos de tasas de interés que, previo a la normativa de regulación del Banco Central, rondaban entre el 40 y el 60% anual. Tales niveles representan más del doble de la tasa a la que estas transnacionales suelen apalancar su capital, mientras que el riesgo que corren a cambio es prácticamente nulo, ya que las automotrices producen a demanda y no se exponen a problemas de sobreacumulación de existencias.

La relación entre la operatoria descrita y el Pro.Cre.Auto es directa: el plan oficial mantiene una tasa del 17% al 19% y, por ende, anula cualquier opción de negocio financiero para las grandes terminales. Llamativamente las automotrices no instalan esta discusión, sino que claman por un supuesto atraso de U$S 2.500 millones que el BCRA retendría en concepto de utilidades y créditos con sus casas matrices. En un sector que maneja un flujo de negocios anual estimado en U$S 27.000 millones, de los cuales más de U$S 8.000 decantan en el déficit comercial sectorial, cuesta pensar que el problema de fondo sea por un mero atraso de caja.

El otro aspecto significativo es el de la magnitud del segmento. El sector en su conjunto ha colocado en estos diez años más de 6 millones y medio de nuevas unidades. Para eso, se requieren más de 100.000 trabajadores entre la producción de vehículos y la de autopartes. Es importante comprender que aún estamos lejos de una caída estructural en la producción. Si se alcanzan las proyecciones, cercanas a los 800.000 patentamientos para 2014 (caída interanual del orden del 20%), el mercado estará en una situación de equilibrio. Es que para un país con un parque automotor de 10 millones de vehículos, esperar una tasa de reemplazo superior al 8% resulta irreal o, cuanto menos, poco acorde a los índices que presentan las economías desarrolladas.

En este sentido, el mercado interno presenta una restricción objetiva, que está dada por el tamaño de nuestra economía. Con sólo 40 millones de personas y una dependencia estática de la plaza brasilera (que explica casi el 90% de nuestras exportaciones) es difícil pensar en un mayor crecimiento automotriz si no se potencia la integración vertical y se adquiere la escala requerida para disputar el ingreso competitivo a otros países. En esa lógica, los empresarios deberán invertir para generar ganancia vía productividad porque, a partir del Pro.Cre.Auto, el negocio financiero se acabó.

FUENTE: AMBITO.COM /09/2014