Por segundo año consecutivo, el Ford Focus fue en 2013 el auto más vendido del mundo. Según la consultora automotriz Polk, se comercializaron 1.097.61
Por segundo año consecutivo, el Ford Focus fue en 2013 el auto más vendido del mundo. Según la consultora automotriz Polk, se comercializaron 1.097.618 unidades del mediano del óvalo (8,1% más que en 2012), con un gran impulso del mercado chino, donde las ventas del Focus crecieron nada menos que 50 por ciento.
Para afrontar esta demanda, Ford produce el Focus en 8 plantas diseminadas en 4 continentes. Una de esas fábricas en la de Gral. Pacheco, donde se produjeron las dos versiones de Focus que pusimos a prueba, ambas con carrocería hatchback (5 puertas) y equipamiento full Titanium, pero una con la flamante caja automática PowerShift de doble embrague y la otra con mejorada caja manual de 5 marchas, con la que ya contaba el modelo precedente, lanzado en 2008.
Este Focus III es un producto global y resulta un gran salto de calidad, tanto desde el punto de vista mecánico como en seguridad y confort respecto del II, que también se fabricaba en Pacheco.
Inyección directa
Entre los muchos puntos en común de ambas versiones de estos Focus Titanium AT y MT está el nuevo motor Duratec GDI naftero de 2.0 litros de cilindrada, con inyección directa de combustible y con sistema dual de distribución variable de las válvulas (Ti-VCT). Con estas mejoras, el Focus tiene ahora una potencia máxima de 170 CV a 6600 rpm (antes 145 CV) y un par motor de 20,6 kgm a 4450 vueltas. La respuesta y los consumos varían, obviamente, según la transmisión.
La versión AT está equipada, como se dijo, con la nueva caja PowerShift. Se trata de una moderna transmisión del tipo de doble de embrague, que rápidamente, desde la pionera DSG de Volkswagen, se utiliza cada vez más en modelos medianos y de alta gama.
¿Por qué? Básicamente porque es más rápida para pasar los cambios que las cajas automáticas convencionales con convertidor de par, lo que significa mejores prestaciones de aceleración y recuperación (elasticidad). También patinan menos (o casi nada) y no producen tironeos. Todo esto confluye en un andar ágil, rápido y con un consumo casi similar al que se puede lograr con una caja manual. Pero con una ventaja sobre ésta: el confort de no apretar el embrague y hacer cambios, factor que se agradece mucho en el cada vez más complejo tránsito urbano.
En el caso de la PowerShift de Ford, si bien no es la caja de doble embrague más rápida que hemos probado (porque las relaciones son más bien largas), funciona muy bien y aporta todas la ventajas de este tipo de transmisión que mencionamos.
Así, el Focus AT es muy cómodo para manejar en ciudad, a la par de ser muy ágil (los tiempos de aceleración y recuperación son mejores que con la caja manual) tanto en las urbes como en la ruta, donde la elasticidad favorece la realización de sobrepasos rápidos y seguros. Para agilizarla todavía más cuenta con modo Sport, que hace los cambios más cortos y, por lo tanto, más veloces.
Como todas las modernas cajas automáticas, la PowerShift puede comandarse en forma manual secuencial, que siempre aporta algo más de dinamismo a la marcha apurando un cambio ascendente o rebajando. Eso sí, el selector mediante dos pequeños botones en el lateral de la palanca no es el sistema más cómodo para realizar los cambios.
Por su parte, el Focus con la caja de velocidades manual también tiene un muy buen rendimiento. La transmisión es la clásica de cinco marchas, igual que en el Focus II, pero con otras relaciones entre los engranajes (más largas), en procura de reducir el consumo. En la práctica consume un poco menos que la PowerShift (muy poco), pero en la ruta los tiempos de recuperación son bastante más lentos y hay que bajar uno o dos cambios para recobrar régimen para acelerar.
El Focus MT debería contar con una caja de 6 marchas; de esa forma mejoraría las recuperaciones de velocidad en ruta y mantendría los buenos registros de consumo. Además, los principales modelos rivales en el mercado cuentan con transmisiones de 6 marchas.
Más allá del tipo de transmisión, el motor se muestra suave y silencioso, aunque para obtener lo mejor de él hay que llevarlo a unas 4500 rpm (el par motor máximo está a 4450). Debajo de ese régimen se muestra algo lento de reacción.
Salto de calidad
Como se dijo, el Focus III marca un salto cualitativo muy importante respecto del modelo precedente. Desde el punto de vista del diseño, este Focus se inscribe en el estilo Kinetic Design, que tan buenos réditos le ha proporcionado a la marca del óvalo en los últimos años.
El frontal aporta agresividad y el lateral en cuña, más las llantas deportivas negras de aleación, proporcionan al Focus III un marcado tono deportivo. El interior también sigue la línea de los últimos modelos de la marca en cuanto al diseño, y le agrega nuevas butacas tapizadas en cuero, muy cómodas y con regulación eléctrica del conductor, que permiten conseguir una óptima posición de manejo. Eso sí, las plazas traseras son bastante ajustadas y el baúl es pequeño (316 litros) en esta versión hatchback. Cabe recordar que el Focus III también tiene versiones de 4 puertas, con un amplio compartimento de carga de 421 litros.
El comportamiento dinámico es impecable, gracias a la eficaz combinación de suspensiones con sistema McPherson delantero y multibrazo (Multilink) trasero. Con ellas, el Focus III dobla y frena con mucha solvencia y aplomo. Esto, sin perjudicar al confort de marcha, que también es excelente.
Además del óptimo funcionamiento de las suspensiones (una virtud inalterada en este modelo), el Focus III incluye, junto con los controles de estabilidad (ESP) y tracción, el flamante control de torque en curvas (TVC), que reparte el par motor entre las ruedas delanteras en curvas veloces. Este Focus tiene frenos a disco en las cuatro ruedas con ABS, repartidor de la fuerza de frenado (EBD) y asistente de frenado de emergencia (BAS).
A todo esto suma la excelente dirección con asistencia variable eléctrica, que facilita la conducción en cualquier rango de velocidad.
La iluminación, dato no menor en la seguridad activa, incluye ahora faros delanteros de bixenón (con altas halógenas), luces diurnas de LED y de curva (corner lights), que siguen la trayectoria de la trompa.
Los precios del Focus III Titanium AT y MT, por ahora escapan del impuesto interno.
alto nivel de confort y equipo de seguridad
El equipamiento del nuevo Ford Focus Titanium, la versión tope de gama, es vasto. Entre lo más destacado está el sistema multimedia Sync, más el dispositivo My Touch de pantalla táctil de 8″, que incluye navegador satelital (de óptimo funcionamiento y facilidad de uso), sistema de audio Sony de alta fidelidad, lector de CD, Bluetooth, puerto USB, tarjeta SD, ficha de video RCA, telefonía manos libres y comandos de voz, que se suman a los del volante multifunción.
Por si fuese poco, este Focus incorpora sistema de estacionamiento asistido, que comanda en forma autónoma el volante, mientras el conductor se ocupa sólo de los pedales. El dispositivo incluye sensores que miden el espacio que hay para estacionar (foto superior).
Este sistema se combina con sensores sonoros delanteros y traseros, además de la cámara de retroceso, cuyas imágenes se exhiben en la pantalla tácil de 8 pulgadas (foto inferior).
Además, este Focus III se pone a la cabeza del segmento de los medianos (tanto entre los hatchback como con los sedanes) en cuanto seguridad pasiva con seis airbags (frontales, laterales y de cortina), ganchos Isofix, arranque del motor y apertura y cierre de puertas sin llave (basta tenerla en el bolsillo, la mochila o el portafolio), control de velocidad de crucero, encendido automático de luces, computadora de viaje, asistente de arranque en pendiente (Hill holder) y detector de la presión de los neumáticos de bajo perfil (215/50 R17), entre otros elementos.
Lo que no es muy práctico, al menos para nuestro país, es la adopción de un neumático de auxilio del tipo temporal..
FUENTE: LANACION.COM 19/04/2014