El Gobierno busca cerrar, a toda costa, las últimas ventanillas por las cuales los argentinos acceden al "codiciado" dólar oficial, aquel que se mueve
El Gobierno busca cerrar, a toda costa, las últimas ventanillas por las cuales los argentinos acceden al «codiciado» dólar oficial, aquel que se mueve al ritmo del Banco Central.
Así, tras aplicar el recargo del 15% a las compras en el exterior con tarjeta de crédito, allá por el mes de agosto del año pasado, el Ejecutivo decidió, días atrás, subir dicha alícuota en unos 5 puntos, al tiempo que impuso otro 20% a las compras de paquetes y pasajes aéreos internacionales.
Con el surgimiento del llamado «dólar turista», el Gobierno buscó un doble objetivo: por un lado, fijar un nuevo nivel que se ubique entre el valor oficial y el paralelo, de modo de desalentar este tipo de operaciones.
Y, por otro lado, hacerse de una pequeña pero nada despreciable «caja».
No es para menos: en los primeros meses del año, la medida le permitió al fisco hacerse de unos $1.000 millones, dado que un porcentaje muy pequeño de argentinos finalmente reclama la devolución de dichos recargos a cuenta del Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales.
Sin embargo, en este contexto en el que el superávit comercial pasó a ser una de la única ventanilla por la cual puede hacerse de billetes verdes, el Gobierno continúa obsesionado con la idea de cerrar todas aquellas «grietas» por las que se le escapan miles de millones de dólares.
Y uno de los principales focos de «fuga» es la industria automotriz, que cada año realiza importaciones de vehículos terminados por más de u$s6.000 millones.
Cabe recordar que, con el objetivo de evitar que este sector «aspire» divisas fundamentales para enfrentar otros compromisos, como la compra de gas y petróleo, desde hace dos años la administración K viene imponiendo un complejo régimen para que cada automotriz compense su propia balanza comercial realizando operaciones de exportación de todo tipo de productos: desde agua mineral, revestimientos de interiores, hasta alimento para animales.
Sin embargo, en momentos de fuerte tensión en la city -con un Guillermo Moreno teniendo que presionar a las casas de cambio para que bajen el valor del «blue», o decretando un día feriado para un mercado que opera en la ilegalidad-, el Ejecutivo está volviendo a posar sus ojos en la industria automotriz.
Así fue como trascendió que los funcionarios están estudiando detenidamente la posibilidad de avanzar con un recargo del 20% a la compra de vehículos de alta gama, los cuales, por la estructura productiva nacional, en general son importados.
El plan que por estas horas se está puliendo en Casa de Gobierno contemplaría, al igual que en el caso de las agencias de viajes, la posibilidad de que los compradores luego pidan la devolución de ese cargo extra vía Ganancias y Bienes Personales.
De este modo, así como en la actualidad ya está en plena vigencia el llamado «dólar turista», la medida que podría tomar próximamente la administración kirchnerista derivaría en el surgimiento de una nueva cotización: el «dólar concesionaria» que, al tipo de cambio actual, arrojaría un valor cercano a los $6,14.
Conforme se fueron acrecentando los rumores de esta nueva avanzada oficial, no tardaron en llegar las quejas del sector.
Bajo estricto off the record, por la sensibilidad que despierta este tema, un directivo de una de las principales entidades que nuclea a empresas del rubro, destacó a iProfesional.com que «si bien oficialmente no nos comunicaron nada, manejamos esta versión y no descartamos que se termine aplicando, lo cual consideramos una equivocación, porque se estaría castigando a una rama de actividad que aporta dinamismo a la economía y, además, no ayudaría en nada a solucionar los verdaderos problemas de fondo».
Alta gama en la mira, tras crecer «a full»
Cabe destacar que el negocio automotor viene «capeando el temporal» que ha traído el cepo: durante los dos primeros meses del año, los patentamientos quedaron prácticamente igualados respecto a los niveles del mismo período de 2012, con una insignificante caída del 0,1%.
Sin embargo, son justamente los vehículos Premium -que ahora están en la mira- los que más jugo le están sacando al actual contexto: según datos de la consultora Abeceb.com, en el primer bimestre, el ritmo de ventas en esta categoría creció a una tasa del 11%, tras haber cerrado un 2012 en niveles históricos.
En efecto: mientras que el año pasado el patentamiento total de 0Km cayó 2%, los autos de alta gama «brillaron» de la mano de un incremento del 17,5%, con más de 56.000 unidades vendidas.
Las razones de este auge están en que estos vehículos se importan al tipo de cambio oficial, al tiempo que las agencias los comercializan en cuotas, en pesos y tomando la misma cotización.
De este modo, tras haberse implementado el «cepo» al dólar, y a medida que se incrementó el valor del «blue», los autos traídos del exterior -que hasta hoy siguen «atados» al valor fijado por el BCRA-, fueron quedando cada vez más «baratos» a ojos de los argentinos.
«Los autos importados son cada vez más atractivos y están convirtiéndose en un imán para muchos compradores. La posibilidad de pagarlos en pesos al tipo de cambio oficial es lo que permitió que 2012 sea el mejor año de la historia en la Argentina para muchas marcas y es lo que también hace prever que este 2013 sea positivo para los vehículos importados», explicaba el economista Tomás Bulat, en diálogo con iProfesional.com.
En la misma línea, el gerente de una reconocida concesionaria ubicada sobre la avenida Libertador y que comercializa BMW, confirmó que «el mercado del importado está más tentador que nunca. Cuanto más crece la brecha entre el dólar oficial y el paralelo vemos que más gente busca un 0Km traído del exterior».
Y así como luego de registrarse una avalancha de argentinos deseosos por viajar afuera el Gobierno finalmente avanzó con el recargo del 20% para desalentar esa vía de acceso al «dólar barato», los empresarios del sector ahora sienten que todas las miradas oficiales están posadas sobre los autos de alta gama, que podrían correr con la misma suerte.
Los modelos bajo la mira
Si bien no se conocen mayores precisiones sobre la medida, en la industria se especula con que la «línea de corte» a partir de la cual se aplicaría este nuevo recargo estaría dada por el nivel de precios que fijó el propio Gobierno como «barrera» a partir de la cual los vehículos vendidos en el país pasaron a estar alcanzados por una alícuota de impuestos internos.
Cabe recordar que en enero de 2012 el Ejecutivo modificó la tabla de valores de los 0Km que están alcanzados por un tributo del 12,5%, bajando el límite de $212.000 a $150.000, con lo cual se amplió considerablemente el espectro de modelos que pasaron a estar incluidos en este régimen.
Así las cosas, el presidente de una automotriz Premium europea, calificó como un «verdadero error» la posible aplicación de un recargo considerando la carga impositiva que ya enfrenta este tipo de vehículos.
«Los 0Km que se importan extrazona están alcanzados por un arancel externo del 35%. A eso hay que sumarle los impuestos internos. Si avanzan con esta medida lo único que van a lograr es generar más ruido en el mercado», recalcó el directivo de la entidad.
A la hora de trazar una radiografía sobre el abanico de modelos que podrían estar alcanzados por este recargo del 20%, se observa que el segmento Premium, a su vez, está dividido en diez subsegmentos.
Uno de ellos es el de las «SUV 4×4», con un share del 30% en el total de vehículos de alta gama patentados en 2012. En el mismo se encuentran incluidos modelos como la Honda CRV, la Toyota RAV 4 o la Toyota SW4.
Otro subsegmento de peso es el de los «Pequeños Premium», con una participación del 15% y que engloba, entre otros modelos, al Audi A1, al Fiat 500 y al Citröen DS3.
También es relevante, en volúmenes, el peso que exhiben los vehículos catalogados como «Grandes Sedan», con cerca de 6.700 unidades comercializadas en 2012 y que cuenta entre sus filas al Mercedes Benz Clase C, al Audi A4 y al Ford Mondeo.
El posible impacto de la medida
La decisión que podría tomar el Gobierno de aplicar a los autos de alta gama este porcentaje del 20% en concepto de percepción adelantada de Ganancias o Bienes Personales, tal como sucede con el turismo, a primera vista parecería ser un punto no menor para el sector.
Sucede que, si bien el mecanismo ofrecería la posibilidad de recuperar esa tasa extra, hay dos factores que podrían influir negativamente en la decisión de compra:
• Al tratarse de montos más elevados que en el caso de paquetes turísticos (el 20% de un Audi A1, por ejemplo, equivale a unos $30.000), los tiempos necesarios para gestionar y lograr obtener la devolución definitivamente gravitarían en un contexto inflacionario como el actual.
• Por otra parte, influirá también el factor «controles»: sucede que, así como muchos contribuyentes no quieren exponerse ante la AFIP tras adquirir un paquete al exterior, en el sector dan como un hecho que habrá quienes «piensen dos veces» antes de realizar los trámites en el fisco tras adquirir un vehículo de alta gama.
Sin embargo, en este análisis hay una variable determinante y que podría compensar, en parte, los argumentos anteriores: desde una de las cámaras consultadas por este medio están convencidos que, un recargo de esta magnitud creará más ruido en el mercado y contribuirá a no bajar la brecha entre el oficial y el blue.
Así las cosas, «si el gap continúa siendo tan elevado, va a suceder lo mismo que con el recargo a las tarjetas de crédito: los consumidores lo van a analizar un poco pero después seguirán comprando al ver que continúan accediendo a un billete verde que seguirá estando barato respecto al paralelo».
De este modo, para los empresarios del sector, el «dólar concesionaria», si bien condiciona y anularía algunas potenciales operaciones de venta, no implicaría un derrumbe en el ritmo de patentamientos de los vehículos de alta gama.
«Puede llegar a desalentar a aquellos compradores que hasta ahora se venían estirando un poquito y saltaban del auto nacional al importado, que les fue quedando más a mano de su presupuesto», relató el directivo de la concesionaria porteña de BMW.
Sin embargo, aseguró que «para el negocio no será determinante porque no es el público que históricamente mueve el amperímetro de este segmento de vehículos».
En este contexto, desde la cámara sectorial confiaron en que mientras el gap entre el dólar blue y el oficial se mantenga por encima del 50%, «el año será positivo para las marcas Premium».
«Por debajo de ese nivel, ahí sí influirá más el recargo», se aventuró a detallar la fuente.
Pese a esto, el sector no rebosa de optimismo: los empresarios saben que toda nueva medida que tome el Gobierno implicará dejar la «puerta abierta» a otras normativas -algunas oficiales, otras no escritas-.
El punto central, entonces, es ver cuándo el Ejecutivo implementa este comentado recargo, o si, por el contrario, se echa atrás para evitar lo que en el sector denominan como «más ruido».
Por el momento, en la industria automotriz dan como un hecho que este rumor alentará a que muchos de los que estaban pensando adquirir un importado de alta gama terminen concretando la compra lo antes posible.
Es que, el nuevo temor, ahora se llama «dólar concesionaria».
FUENTE: IPROFESIONAL.COM