La compra de autos importados se acelera: la falta de dólares definirá si el Gobierno decreta «fin de fiesta»

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La compra de autos importados se acelera: la falta de dólares definirá si el Gobierno decreta «fin de fiesta»

El boom de ventas de 0Km en la Argentina, más que una consecuencia de las virtudes del modelo, se ha convertido -paradójicamente- en una suerte de "ef

El boom de ventas de 0Km en la Argentina, más que una consecuencia de las virtudes del modelo, se ha convertido -paradójicamente- en una suerte de «efecto colateral» no buscado. Es decir, en algo «positivo» frente a variables adversas de la economía doméstica.
Para los expertos, un complejo mix -que involucra el «cepo» a la compra de dólares, el encarecimiento del metro cuadrado en relación con el salario y un atraso cambiario que se fue exacerbando con el paso de los años-, creó un «terreno fértil» para que hoy la administración K festeje récord tras récord en el patentamiento de autos.
«La venta de 0Km está alcanzando niveles importantísimos. Estimamos que, como piso, este año va a cerrar en un mínimo de 900.000 unidades, lo que implicaría un crecimiento de al menos 7% respecto del año pasado», aseguró el economista Gonzalo Dalmasso, en diálogo con iProfesional.
Por su parte, Alberto Príncipe, presidente de la Cámara del Comercio Automotor (CCA) confirmó las proyecciones optimistas: «El nivel de patentamientos va a estar cerca de los 900.000. El sector viene creciendo de manera importante».
Príncipe destacó como un factor adicional el hecho de que los precios de los vehículos en este arranque del año se siguieron moviendo por debajo de la mejora de los ingresos, lo que llevó a que «nunca como en la actualidad sea tan conveniente adquirir un auto. De hecho, un mismo modelo en Brasil hoy cuesta fácilmente hasta 70% más que en nuestro país».
En este contexto, Dalmasso resaltó el fuerte crecimiento que ha venido experimentando la venta de autos importados, fogoneada por el «cepo» y la brecha entre el dólar oficial y el blue.
Para el experto, dicho gap -que llegó a achicarse a un 50% durante algunas semanas para luego volver a ampliarse-, hoy por hoy sigue jugando a favor de la venta de 0Km, «especialmente de los que vienen del exterior y que tienen precios atados a la divisa estadounidense», dado que los compradores sienten, de alguna manera, que están accediendo a un dólar al tipo de cambio «subsidiado», los $5,65 fijados por el Banco Central.
El auge en el nivel de ventas de los autos importados se ve claramente plasmado en las estadísticas de patentamientos: mientras que la comercialización de 0Km en general acumula un alza del 9,5% en los primeros siete meses, las marcas cuya oferta se nutre exclusivamente con vehículos traídos de afuera, arrancaron el año en «quinta y a fondo».
Según datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores (ACARA), al tope del ranking se ubicó Land Rover, con una disparada en el nivel de ventas del orden del 180%.
Y no fue una excepción: hubo numerosas marcas con verdaderas «tasas explosivas» de crecimiento, como Alfa Romeo (115%), BMW (104%), Porsche (97%), Jeep (82%), y Smart (58%), entre otras.

Tal como quedó de manifiesto, la opción de subirse a un auto importado se convirtió, para algunos particulares, en la última ventanilla disponible para acceder, al menos de manera indirecta, al dólar oficial, dado que otros rubros, como el turismo, desde hace meses está «penado» con un recargo del 20%, lo mismo que las compras con tarjetas de crédito realizadas en moneda extranjera.
Una verdadera «fiesta» importadora
Claro que para que se dé este boom de patentamientos de autos importados, tuvo que haber una oferta bien aceitada.
En este contexto, Dalmasso recalcó un dato no menor: luego de venir perdiendo terreno por las restricciones aduaneras, el Gobierno volvió a abrirle las «tranqueras» a las automotrices durante la primera parte del año, que pudieron volver a importar como hacía años no lo hacían.
«Durante los primeros meses, las compañías del sector notaron una importante mejora en el ritmo de aprobaciones. Esta dinámica, que se extendió hasta el mes pasado, llevó a que hubiese una importante oferta disponible en el mercado», señaló el experto.
Esto implicó un marcado cambio de tendencia respecto a 2012, uno de los años más flojos para las marcas que se abastecen con autos del exterior, dado que, por decisión del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, debieron padecer el cierre de las fronteras y tener que negociar con el Gobierno la posibilidad de ingresar un cupo reducido de vehículos, dólar por dólar.
Sin embargo, tal como se mencionó, en la primera etapa de este 2013, las cosas cambiaron radicalmente.
De hecho, según un informe elaborado por la consultora Marketing Research & Technology, en exclusiva para iProfesional, durante el primer semestre la actividad automotriz vivió una verdadera «fiesta importadora»: contabilizando las 26 principales marcas que operan en el mercado, 20 de ellas exhibieron tasas de variación «hiper positivas» en sus importaciones, tal como se puede observar en la siguiente infografía:

Según se desprende de este relevamiento, durante los primeros seis meses, el Gobierno permitió que se importaran casi 38.000 vehículos más que entre enero y junio de 2012.
Esto implicó que el sector «aspirara» casi u$s600 millones por encima del nivel del año pasado, una cifra nada desdeñable, dado que equivale a más del 10% de todo el superávit comercial que Moreno logró «recolectar» hasta el momento.
Las que picaron en punta
En este contexto, en el que el Ejecutivo relajó los controles aduaneros, las marcas no se quedaron atrás y le sacaron jugo a este súbito e inesperado cambio de escenario.
Así las cosas, el ranking de las automotrices que más lograron importar a lo largo del primer semestre fue liderado por Porsche.
Los licenciatarios de la marca en la Argentina destinaron unos u$s7,7 millones para importar unas 127 unidades, con un alza del 250% en divisas respecto al mismo período de 2012.
El modelo que explicó este salto fue la Cayenne: de ingresar unas 26 unidades entre enero y junio del 2012, en lo que va del año nacionalizaron casi 100 camionetas, por un valor de u$s5,3 millones.
Pero también las compañías que fabrican localmente se prendieron a esta «primavera importadora».
De hecho, el segundo y tercer lugar lo acaparó el Grupo PSA, con sus marcas Peugeot y Citröen, respectivamente.
En conjunto, ambas compañías destinaron u$s337 millones para adquirir en el exterior más de 25.200 vehículos, con un alza del 150% en relación a 2012.
Por el lado de la marca del león, el modelo que claramente marcó diferencias fue el recién lanzado 208. De este compacto, que no estaba disponible el año pasado, ingresaron hasta ahora casi 3.700 unidades, por un valor de u$s52,6 millones.
En lo que respecta a Citröen, hubo un modelo que se destacó por sobre el resto: el nuevo C3. Este vehículo -que en 2012 venía de «capa caída» porque todavía estaba disponible la anterior versión-, volvió a cobrar vida de la mano del relanzamiento.
De hecho, 8 de cada 10 autos importados por esta firma correspondieron a este modelo.
Otras automotrices que también pudieron sacarle el «jugo» a este arranque del año, con un Gobierno más flexible a la hora de entregar permisos, fue Land Rover, Subaru, Chery, Nissan, Volvo, Mercedes Benz y Fiat, todas ellas, con tasas de crecimiento por encima del 50%.
Con variaciones más moderadas, les siguieron otras diez marcas, de la talla de BMW, Ford, Mitsubishi, Audi, Hyundai, Mini, Renault y Volkswagen, entre otras.
¿El fin del boom?
Para los expertos, el ritmo de ventas de 0Km mantendrá su inercia.
Sin embargo, aseguraron que está cambiando el contexto para las marcas cuya oferta depende básicamente de modelos importados. Y el cambio será para peor.
«De ahora en más, el contexto no va a ser tan bueno para varias firmas, principalmente por un achicamiento de la oferta debido a que el Gobierno, ante las dificultades de cumplir la meta de superávit comercial, ha comenzado a reforzar los controles aduaneros», aseguró Dalmasso, quien agregó que «de hecho, desde varias marcas nos vienen advirtiendo que están sufriendo más demoras para nacionalizar autos».
A esto se suman las preocupantes perspectivas para las materias primas, particularmente para la soja. Si bien el «yuyito» experimentó un repunte en los últimos días, los precios que prevé el mercado para el año que viene -cuando salga a la venta la cosecha argentina-, todavía se ubican bien por debajo de los u$s500 la tonelada.
Gabriel Caamaño Gómez, del Estudio Ledesma, aseguró que «conforme la soja no se recupere, el Gobierno tendrá cada vez mayores problemas por la falta de dólares. Esto generará un endurecimiento en el ritmo de importaciones de varias ramas de actividad, entre ellas la automotriz».
Para el experto, anticipando que se viene un período de mayor escasez de divisas -con un creciente déficit energético y una cosecha que valdrá menos por los bajos precios de los granos-, la «variable de ajuste» del Ejecutivo serán las compras al exterior.
En este sentido, advirtió además que el escenario será más difícil para las automotrices porque «Brasil va camino a comprar menos autos argentinos. Entonces, como crecerá el déficit bilateral, el Gobierno le irá retaceando los permisos a las compañías locales para ingresar 0Km».
Por ende, muchas automotrices deberán despedirse de esta «primavera» y prepararse para aguantar el temporal con el «colchón» de stock que hayan logrado armar en estos meses de bonanza, lo que podría redundar, según los expertos, en aumentos de precios.
Pero este no será el único problema que deberán enfrentar las compañías del sector: también preocupa una posible aceleración en el ritmo de ajuste del tipo de cambio, lo que termina haciendo más caro, en pesos, a todo producto que se mueve en función del dólar.
Esto hará que los precios de los 0Km, que en los últimos tiempos se abarataron en función de las remuneraciones de los argentinos, se encarezcan y cada vez se necesite de una mayor proporción del salario para acceder a un vehículo.
En efecto: considerando un potencial tipo de cambio de 6,20 para fin de año -tal como proyectan desde la consultora Bconomics-, un BMW Serie 1 cinco puertas en diciembre cotizaría al equivalente de $287.000.
Este mismo vehículo a fines de 2012 se podía adquirir por $208.923. Es decir que, en doce meses, se habrá encarecido, en moneda local, un 37%, unos 13 puntos por encima de la mejora salarial promedio.
Una dinámica similar se observa en autos importados de marcas generalistas, como el Nissan Tiida, traído desde México.
Este modelo, en su versión Visia 1.8, en 2012 se podía obtener al equivalente de $109.440. Manteniendo la misma proyección del tipo de cambio, para diciembre habría que desembolsar unos $141.360, lo que representa casi 30% más. Es decir, cinco puntos arriba de la mejora salarial promedio.
Paralelamente a estas proyecciones, nadie descarta que, tras las elecciones de octubre, el Gobierno avance con otro tipo de medidas que tiendan a cuidar más que nunca los pocos dólares que entran a la economía, como el anunciado recargo del 20% a los vehículos de alta gama.
Así las cosas, los ejecutivos de las compañías, especialmente aquellas que importan y que venían de festejar los balances del primer semestre, ahora tienen motivos para preocuparse.
El precio de la soja, el «humor» de Guillermo Moreno y la política oficial respecto al tipo de cambio, marcará en qué medida estas empresas deberán «tirar un rebaje» y adecuarse a una nueva «velocidad máxima».

FUENTE: IPROFESIONAL.COM 30/08/2013