En medio de los mayores controles cambiarios y el enrarecimiento del clima político, varios son los rubros que se están viendo castigados por la menor
En medio de los mayores controles cambiarios y el enrarecimiento del clima político, varios son los rubros que se están viendo castigados por la menor confianza en la economía.
Según el último relevamiento de Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas cayeron casi 7% promedio en mayo, con bajas que llegaron a superar el 8%, como fue el caso rubro calzado, juguetes y ferretería.
En el mercado inmobiliario las cosas lucen mucho peor: en la Ciudad de Buenos Aires los permisos para construir se desplomaron un 50%, mientras que las operaciones de compraventa bajaron más de un 25% en abril, coronando así el peor mes de los últimos diez años.
Así y todo, hay una rama de actividad que está capeando el temporal. No sólo eso: pese a los nubarrones, continúa batiendo récords en un año en el que, supuestamente, se iba a despedir de los registros históricos.
Se trata del sector automotriz, que en mayo logró comercializar unas 75.800 unidades, lo que implicó un alza del 11,5% en relación al mismo mes del año pasado.
Pero esto no es sólo una «proeza» de los últimos 30 días. Por el contrario, es consecuencia de una tendencia que comenzó en el arranque del año. De hecho, entre enero y mayo se patentaron casi 390.000 vehículos, lo que implicó un alza del 7% en comparación con el mismo período de 2011.
En este contexto, el economista Tomás Bulat resaltó que muchas concesionarias, especialmente las que comercializan marcas importadas, «hoy están vendiendo autos como pan caliente».
Por su parte, Marcos Ferrario, analista de la consultora Abeceb, destacó que «si bien las restricciones a la compra de dólares generan incertidumbre, la realidad marca que la venta de autos no para de crecer».
El economista explicó que «esto se debe a que la economía hoy ofrece pocas alternativas para mantener el valor del peso, en medio de una inflación que se mueve por encima del 25 por ciento».
Para el experto, «el ladrillo históricamente fue una opción atractiva a la hora de poner los ahorros. Pero ciertamente es de muy difícil acceso. Entonces, con la fuerte restricción a la compra de dólares, los autos se potencian como una reserva de valor para los argentinos».
En este sentido, recalcó que «es una reserva relativa, porque adquirir o cambiar un vehículo implica afrontar nuevos costos. Pero en un escenario como el actual, lo que están haciendo muchos es poner todo en la balanza: privilegian ganar confort, se dan un gusto y sienten que de algún modo en algo están invirtiendo».
En la misma línea, Guillermo Dietrich, presidente de la concesionaria que lleva su nombre, aseguró a iProfesional.com que «nos encontramos con clientes que tienen pesos en la mano y ven que mucho no pueden hacer. Descartada la compra de un inmueble y al ver que a lo sumo pueden avanzar en una reforma de la casa, ahí es cuando entonces aparece el auto como una opción y es lo que explica por qué el mercado está tan movido».
Para el empresario, no sólo los pesos «queman» en la mano. También los potenciales clientes que poseen dólares están ayudando a traccionar el mercado.
Según Bulat, «actualmente la gente que tiene divisas guardadas y quiere comprar un auto, lo que hace es vender sus billetes verdes en el mercado paralelo, compra el modelo que buscaba y se hace de una buena diferencia», algo de lo que ya diera cuenta iProfesional.com.
En efecto, según pudo saber este medio de un directivo de una red de concesionarias que comercializa autos importados en Avenida del Libertador, la «cuentita» que hacen los compradores -que ya disponen de los dólares- es la siguiente:
Para un vehículo de u$s35.000:
• Las concesionarias consideran un «dólar agencia» a $5,00.
• En pesos, esa cifra equivale a $175.000
• Para hacerse de ese monto, venden en el mercado paralelo u$s31.800, a $5,50
• Así, se hacen de un «descuento» del 10% sobre el precio de lista.
Una fiesta, un ganador
Sin embargo, paralelamente a esta «fiesta» de ventas de 0Km, a los empresarios del sector les está quedando un sabor agridulce en la boca. Esto se debe a que, pese a que se baten récords de patentamientos, la industria automotriz no sólo no levanta cabeza, sino que en abril acumuló su segunda caída consecutiva en cuanto a producción.
En efecto, según datos de ADEFA, en abril la fabricación de vehículos -paradójicamente- se desplomó casi un 25% en relación al mismo período de 2011.
Este es un punto no menor teniendo en cuenta que esta rama de actividad -que emplea a 60.000 personas- en los últimos años, explicó, sólo de manera directa, el 10% del crecimiento de la economía nacional y la mitad del incremento del «Made in Argentina».
Ahora, ¿por qué mientras que en la Argentina la mayoría de las concesionarias están de festejo, la industria automotriz no puede detener su caída?
La lectura obligada que se suele trazar al respecto es la influencia que tiene Brasil.
Cabe destacar que, cuando hizo eclosión la crisis internacional, hacia octubre de 2008 -y se desplomó México y el mercado europeo-, el país vecino, que mantuvo la locomotora a toda marcha, se convirtió en la gran salvación para la industria argentina, dado que llegó a adquirir el 90% de los vehículos exportados por el país, permitiendo así capear exitosamente un peligroso temporal.
Sin embargo, a medida que Brasil se está enfriando y no paran de recortarse las previsiones de crecimiento de su economía, las probabilidades de que las terminales nacionales logren quebrar otro récord de exportaciones son cada vez menores.
De hecho, durante los primeros cuatro meses, los envíos hacia ese destino se derrumbaron un 25%.
Esta variable genera extrema alerta entre las terminales radicadas en la Argentina, dado que el negocio de la exportación equivale nada más y nada menos que al 50% de su producción.
Sin embargo, esta es una parte de la historia. La otra gran razón por la cual se produce este fenómeno -de que se baten récords de patentamientos en el mercado interno pero que no redundan en récords de producción- obedece a que en el país se venden más autos importados que argentinos.
En otras palabras: la suba en el nivel de ventas nunca se traducirá en un aumento en el ritmo de fabricación en las mismas proporciones, dado que apenas 4 de cada 10 vehículos que se comercializan a nivel local tienen sello nacional.
Es decir que un 60% de los 0Km que son patentados en la Argentina en realidad son, en su mayor parte, «Made in Brasil». Pero también los hay de de otros orígenes: asiáticos, mexicanos, europeos y estadounidenses.
Para tener una noción de la «invasión brasileña» que registra actualmente el parque automotor nacional, basta saber que de los 20 vehículos que más se comercializan en la Argentina y que representan más del 70% de las ventas totales del país, 12 deben ser traídos desde el país vecino, tan sólo 6 son de fabricación nacional, mientras que los otros 2 restantes están producidos en México, tal como se puede ver en la siguiente infografía:
Para comprender en qué magnitud el negocio de los 0km está teñido de verdeamarelo y por qué cuando se baten récords de patentamientos la industria que festeja es la brasileña, cabe destacar que el vehículo más vendido en la Argentina es el Volkswagen Gol que está fabricado, justamente, en la nación vecina.
Cabe destacar que este modelo el año pasado le sacó el cetro al Chevrolet Corsa -ahora comercializado como Classic-, luego de varios años ininterrumpidos de liderazgo.
Además, según datos provistos por la consultora MRT, durante el primer cuatrimestre el Gol se consagró como el auto más importado por la Argentina, con unas 22.700 unidades por un valor cercano a los u$s200 millones.
El segundo vehículo más importado también está ensamblado en las tierras de Dilma Rousseff: se trata de la Ecosport, de la cual entre enero y abril ingresaron casi 9.800 unidades por una cifra superior a los u$s111 millones.
Las razones de este predominio brasileño en suelo argentino están basadas, antes que nada, en el tamaño de su industria -que quintuplica al de la nacional-, la gran cantidad de plataformas con las que cuenta ese país -es decir, la asignación para la fabricación de modelos decidida desde las casas matrices de cada compañía- y, un tema no menor, la especialización en vehículos chicos, que son los que motorizan las ventas a ambos lados de la frontera.
Al respecto, desde la consultora Abeceb destacaron que mientras que la Argentina es en general elegida para la producción de modelos medianos -como el Citröen C4 o el Peugeot 408-, Brasil tiene el reinado absoluto en el segmento de 0Km pequeños, como los VW Gol y el Fox, el Fiat Uno y el Ford Ka.
En este contexto, lo diversificada que está la producción en el Mercosur, es una espada de doble filo: si bien es beneficiosa a la hora de colocar producción en Brasil, dado que menos vehículos argentinos compiten con los brasileños, esto termina jugando en contra cuando el mercado vecino se desacelera, ya que un Peugeot 408 nacional que no se puede ubicar en Brasil difícilmente pueda ser reinstalado en la Argentina, cuya oferta principalmente se nutre con los vehículos más económicos del mercado.
¿Se mantendrá la «fiesta»?
A la hora de trazar sus perspectivas para el resto del año, Dietrich se mostró confiado en que el nivel de patentamientos se ubique 7 u 8 por ciento por encima de los niveles de 2011, lo que implicaría superar las 918.000 unidades comercializadas.
En la Asociación de Concesionarios de Automotores (ACARA) las proyecciones también son optimistas, dado que hablan de una mejora del 5% en la cantidad de autos patentados a lo largo de 2012.
«Hoy el horizonte lo vamos viendo mes a mes. Actualmente se registran unas 2.900 operaciones por día. El mercado crece menos pero no aflojó nunca», le dijo a iProfesional.com Dante Álvarez, vicepresidente de la entidad.
En esto coincide Rubén Beato, secretario general de ACARA y agente oficial de Renault y Hyundai: «El vehículo pasa a ser una mejor alternativa para refugiar el dinero. También hay que tener en cuenta que están aumentando menos que los salarios».
Al respecto, Álvarez aseguró que «al no ahorrar en dólares y no poder comprar propiedades por falta de divisas, el auto es un refugio. Aparentemente somos los favorecidos por el cepo cambiario».
Sin embargo, más allá de este entusiasmo de los agencieros, todavía quedará por ver si el nuevo récord de patentamientos finalmente ayudará a sacar de los números rojos a la industria, que hoy sólo puede ver de reojo esta «fiesta», a causa de un Brasil que no sólo le compra menos, sino que también le inunda el mercado con autos económicos y populares.
FUENTE:IPROFESIONAL.COM 05/06/2012