HomeUncategorized

El Gobierno hará cambios en los impuestos internos

A partir de junio, y para acompañar el impacto de la inflación, el Gobierno subirá en un 14% la base imponible de los impuestos internos que pagan los

A partir de junio, y para acompañar el impacto de la inflación, el Gobierno subirá en un 14% la base imponible de los impuestos internos que pagan los llamados “autos de lujo” que se venden en la Argentina. Se trata de un gravamen que, en la práctica, afecta cada vez a más vehículos de gama media y producción nacional.

El nuevo ajuste establecerá que el impuesto interno deberán pagarlo todos los vehículos que tengan un precio de lista superior a 2.9 millones de pesos. Esto provocará que las tablas de valores de la mayoría de las automotrices agrupen en ese techo a muchos modelos que, en la realidad del concesionario, se terminan vendiendo con importantes sobreprecios.

La distorsión que generan los impuestos internos en el mercado automotor argentino no es una novedad. Sin embargo, la modificación de la base imponible a partir de junio, vendrá acompañada por una noticia preocupante: se sumará un nuevo modelo de producción nacional afectado por este gravamen. Se trata de la VW Taos, cuya inversión de 650 millones de dólares para la planta de Pacheco se anunció en un momento en que el modelo hubiera estado exento de este impuesto.

La Taos se sumará así a otros modelos de producción local afectados por esta medida, como los Chevrolet Cruze y Toyota SW4.

El periodista Horacio Alonso publicó dos notas en Ámbito Financiero y MDZ, donde analiza los diferentes enfoques de una misma medida del Gobierno. Las notas se transcriben a continuación.

Nota del diario Ámbito Financiero 
Anticipo: los autos de más de $2.900.000 pagarán desde junio impuesto al “lujo”

Falta más de un mes, pero las automotrices y concesionarias de 0 km ya están esperando la suba de la base imponible del Impuesto Interno para ajustar las listas de precios de sus vehículos al nuevo esquema tributario. La modificación la hará la AFIP, a partir del 1 de junio, sobre la base del índice mayorista del sector (SIPM), correspondiente al trimestre enero-marzo, que arrojó un aumento del 14,03%.

Ese es el porcentaje en que se incrementará el monto a partir del cual los autos nuevos comenzarán a pagar esta carga fiscal, conocida como impuesto al “lujo”. Desde marzo -fecha desde la última actualización- hasta fin de mayo, los 0 km de más de $2.500.000 de valor al público tributan una alícuota del 20%, correspondiente a la primera escala de Internos.

Con la modificación prevista, serán los 0 km de un precio superior a, aproximadamente, $2.900.000 lo que los que deban tributar. En el caso de la segunda escala -que paga una alícuota del 35%- el precio al público rondará los $5.300.000.

Esto surge de aplicar ese 14,03% a la base imponible actual que determinará el valor mayorista. Es decir, antes del IVA y el margen de comisión de la concesionaria.

En el primer caso, pasará de $1.764.955 actual a $2.012.578, mientras que para el segundo caso irá de $3.258.379 a $3.715.529. Con la carga del 21% de IVA y un margen teórico del 15% del vendedor, el valor al público será del orden mencionado. No hay un precio concreto ya que todo depende de cómo el fabricante o importador impute el Impuesto Interno y la resignación o no de rentabilidad que se puede hacer para que un modelo no quede alcanzado por este gravamen.

En muchos casos, se recorta la comisión para evitar pagar el impuesto debido a que, por la forma de cálculo, la alícuota del 20% significa una suba de precio del 25% mientras que la del 35% hace que el valor final se ajuste en 50%. Esto implica que los modelos afectados quedan fuera del mercado.

Hoy, con el valor aproximado de $2.500.000 al público, los 0 km empiezan a pagar a partir de unos u$s25.000 a la cotización oficial o 16.300 en dólares “billete” al cambio paralelo. En el caso de la segunda escala, se ubica en u$s45.950.

Esta es la crítica principal que se hace a este impuesto que, originalmente, fue implementado para gravar a bienes de lujo. Por lo bajo de las escalas, especialmente la primera, en la actualidad castiga a vehículos del segmento mediano.

Para ver la baja de la base tributaria en relación con el valor de los vehículos, desde la última actualización, a comienzos de marzo, se registra un descenso marcado. Por ejemplo, el 1 de marzo, el valor a partir del cual había que pagar era de u$s27.300, al cambio oficial, y de aproximadamente 17.300 dólares “blue”.

Esto genera que, con el correr de los meses, más 0 km de precios bajos queden alcanzados con este castigo fiscal.

Lo que sucede en el mercado es que, cuando se actualiza la base, como sucederá el junio, los 0 km que estén en el límite tributario, aumentarán de un día para el otro en el porcentaje habilitado. Esto quiere decir que, desde junio, un grupo de 0 km aumentarán alrededor de 14%.

En la actualidad, tal como adelantó Ámbito hace dos semanas, hay más de 30 modelos que están “topeados” en $2.500.000, desde el último ajuste de marzo. En poco más de 30 días, van a saltar de precio, en sus listas oficiales, hasta el nuevo límite. Afecta tanto a importados o nacionales. Tanto es así que, por ejemplo, Volkswagen acaba de hacer el lanzamiento industrial del modelo Taos que sufrirá la carga de este tributo cuando sea lanzado comercialmente en la primera parte del próximo semestre.

Cuando se decidió la inversión de u$s650 millones para producir este SUV en el país, las reglas de juego eran otras por lo que este modelo no tendría que pagar Internos. Como ahora quedará afectado, las ventas previstas deben recalcularse. De hecho, la automotriz pensaba destinar el 30% de su producción al mercado local y ahora redujo esa perspectiva al 25%. Desde ADEFA, están buscando aliviar esa carga fiscal.

Es cierto que, en el mercado, se sabe que los precios oficiales no son los que rigen. Ante la falta de modelos, por las trabas a las importaciones, y este corset impositivo, entre compradores y vendedores se manejan con la ley de oferta y demanda. Los vehículos se venden al valor que está dispuesto a pagar el cliente, lo que se conoce como sobreprecios. Por este motivo, el precio que se actualiza trimestralmente está vigente por unas semanas. Después, los modelos afectados (si hay disponibilidad de stock) “desaparecen” de la oferta o se pagan por arriba de lo que rige la lista.

Este ajuste de 14.03% surge de los aumentos del SIPM de enero (4,64%), de febrero (4,65%) y de marzo (4,14%), que se calcula de forma acumulativa.

Si bien el porcentaje de aumento que tendrá los autos es elevado, viene a compensar trimestres anteriores. Como la inflación está siendo mayor a lo que se devalúa el peso, en esta oportunidad, el ajuste hará que recupere terreno la base imponible, que venía rezagada. En los ajustes anteriores, sobre todo del año pasado, la suba del dólar –por el que se fijan los precios de los 0 km – era mayor que la de este índice, por lo que no alcanzaba a cubrir el aumento de los autos afectados.

Este gravamen se viene aplicando desde hace años con distintos niveles de intensidad. Comenzó a tener relevancia en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, fue subido a un nivel récord desde el 2014, sólo se atenuó –pese a que había anunciado eliminarlo– durante la presidencia de Mauricio Macri y volvieron a tener un impacto mayor desde la llega de Alberto Fernández. De hecho, se modificó la forma de cálculo (antes era por la inflación general, tal como se estableció en el gobierno de Cambiemos) para pasar a un índice mayorista.

Nota de MDZ 
Insólito: impuesto castiga a empresa que invirtió u$s650 millones

Que la Argentina se convirtió en un país difícil para las empresas no es novedoso. Sin embargo, cuando se pone la lupa sobre un caso concreto, las dificultades que enfrentan las compañías en el país, no dejan de sorprender. Un buen ejemplo es lo que sucede con la empresa Volkswagen que, esta semana, realizó el lanzamiento industrial de un nuevo modelo que produce en la planta de la localidad bonaerense de General Pacheco.

Hace cuatro años, a fines del 2017, la automotriz anunció una inversión de u$s650 millones para fabricar el SUV Taos, que comenzará a comercializarse en el inicio del segundo semestre. La aprobación de ese desembolso implicó una larga negociación con la casa matriz en Wolfburgo, Alemania, ante las complicaciones que presentaba el proyecto para que cerrara económicamente, en una Argentina con costos elevados y baja competitividad. No es fácil ser rentable con esas condiciones.

Pese a todo, se otorgó el aval y la producción en serie está en marcha. Este año proyectan fabricar unas 25.000 unidades de este modelo que se duplicará, en año completo, para 2022. Cuando se planeó esta inversión, la idea era destinar 30% de ese volumen al mercado interno y 70% a la exportación. Estos números surgían del estudio de mercado realizado con las condiciones de ese momento. Sin embargo, la imprevisibilidad que ofrece la Argentina, obliga a esperar lo inesperado.

El punto en cuestión es que, cuando se decidió el proyecto, el régimen de Impuestos Internos era distinto al actual. El cambio se produjo con la llegada del gobierno de Alberto Fernández.

Con las reglas de juego que regían en el momento de la inversión, este vehículo -´por el precio que podría tener en cuanto a su posicionamiento en el mercado – no iba a estar alcanzado con esta carga fiscal, ya que la misma –considerada como impuesto al “lujo” – estaba pensada para afectar a vehículos de alto valor, no de un segmento mediano. Por eso, hasta fines del 2019, la base imponible eximía a un modelo como el Taos de ese tributo.

La actual gestión, en enero del 2020, decidió cambiar las condiciones para que Internos impactara en modelos de menor precio. Por un lado, el objetivo lógico era el recaudatorio pero, también, se buscó frenar el ingreso de muchos 0km importados. La imposibilidad de discriminar por origen, por las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), hace que la norma sea para todos.

El Impuesto Interno, en su primera escala, tiene una alícuota impositiva del 20% que, por la forma de calcularlo, hace que el precio final se dispare 25%. Hoy está en un valor al público de $2.500.000 pero, a partir de junio, subirá a cerca de $2.900.000.

Este sobrecosto de 25% hace que los vehículos que deban pagar este gravamen tengan una caída de ventas por encarecerse abruptamente. Es decir, queda descolocado en el mercado.

Esto es lo que le sucedió a Volkswagen. En el período entre que anunció la inversión y el momento en que se pondrá a la venta, cambiaron las condiciones y todo lo planeado hay que replantearlo. El volumen de ventas que pensaban tener no puede ser el mismo con un vehículo que va a costar una cuarta parte más de lo que inicialmente se calculó.

Como es lógico, esta situación causó malestar en la casa matriz al enfrentar una realidad diferente a la que existía al decidir invertir u$s650 millones en la filial argentina.

Un dato que muestra esa necesidad de replantear el negocio es que, ahora, la automotriz planea destinar al mercado interno sólo 25% de la producción y no 30%, como se proyectó en un principio. Esos cinco puntos porcentuales es, en principio, la menor demanda interna estimada que tendrán por vender un vehículo con un precio mayor al deseado. Los que se exportan, no lo pagan.

Esta automotriz, en el marco de ADEFA (la asociación que agrupa a todas las terminales), está negociando con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, una forma de aliviar la presión fiscal. Fuentes consultadas no ven con demasiado optimismo una solución inminente pero no pierden las esperanzas de alguna compensación.

No es la única empresa afectada. Toyota, con su modelo SW4 que fabrica en Zárate, tiene el mismo problema. Chevrolet, con las versiones tope de gama del Cruze santafecino, igual. Obviamente, la lista de modelos importados afectados es larga pero lo llamativo es que se castigue a vehículos de fabricación local, con un impuesto que perdió la esencia de gravar a bienes suntuarios.

El tema de Volkswagen es más preocupante porque la inversión se dispuso recientemente y las reglas de juego cambiaron en medio de su concreción. Muchos se preguntan si, en las actuales condiciones impositivas, en Alemania, hubieran dado el visto bueno para aprobar ese desembolso.

FUENTE; AUTOBLOG.COM.AR 28/04/2021