En los últimos meses, se repite un comentario por parte de interesados en comprar un 0 km: no hay autos. Eso se refleja, en una primera lectura, en la
En los últimos meses, se repite un comentario por parte de interesados en comprar un 0 km: no hay autos. Eso se refleja, en una primera lectura, en las listas de espera de hasta cinco meses para adquirir un vehículo o en la aparición de sobreprecios en muchos modelos. Está claro que, desde la consolidación de la brecha cambiaria a mediados del año pasado, hay más demanda que oferta. Sin embargo, hay un dato que parece ir contra este escenario. Si bien se redujo sensiblemente, el stock de autos se cuenta de a miles. Según el último conteo, al 31 de enero pasado, el inventario en concesionarias y depósitos llegaba a 66.000 unidades, una cantidad que, a simple vista, parece importante. Si se tiene en cuenta que para febrero se estima un mercado autos más comerciales livianos de menos de 30.000 operaciones, el volumen a disposición alcanzaría para cubrir dos meses de demanda.
Estos 66.000 vehículos en stock ya tienen certificados de producción o están nacionalizados. Una parte importante es para suscriptores de planes de ahorro, un segmento en que hay demora en entrega. Otra parte ya está prevendida. El resto va a cubrir la demanda de febrero que puede ubicarse en unas 25.000 unidades.
Si se divide ese número por la cantidad de concesionarios que hay en el país, cuando se empieza a repartir los autos, se ve que no alcanza. El promedio de meses de stock ronda 1.9 pero hay marcas que tienen 0,8 y otras 2,5. “Hay concesionarias a las que les toca una unidad de un modelo, dos de otro y cinco de alguno que no tiene mucha demanda. Es difícil trabajar así”, explicó el dueño de una concesionaria.
La preventa o reservas de venta juega un papel importante. Toyota, por ejemplo, tiene ya comprometida operaciones con plazos de entrega diferido por dos meses o más de producción por la fuerte demanda de la pickup Hilux. En estos casos, las unidades no se pagan por anticipado ni se fija un precio. Queda abierto hasta le fecha de entrega.
“Hay que mirar el tema desde la óptica de cada concesionario. La agencia que tiene capital de trabajo va a hacer la mejor operación posible, eligiendo el mejor usado, aplicándole un sobreprecio al 0 km, siendo exigente. Si no sabe cuándo va a tener reposición, ¿qué hace con la plata? Corre el riesgo de descapitalizarse. En cambio, hay concesionarios que necesitan pesos para cubrir los costos fijos y venden como pueden”, señalaron en otra agencia. El primero de los casos fue explicado por un importador: “Nosotros tenemos muy pocas unidades porque no nos liberan autos del puerto y no sabemos cuánto vamos a poder importar en 2021. Por eso, paralizamos las ventas hasta que se despeje el panorama”. La declaración fue realiza el lunes, un día antes de que el Gobierno comunicara los fondos que recibiría cada importador, tal como adelantó Ámbito.
Lo que queda claro es que el 2021 estará condicionado por la cantidad de autos que haya en el mercado. Los importados tendrán el problema de la disponibilidad de divisas. Si bien desde el Ministerio de Desarrollo Productivo se comunicó el cupo para cada marca, en las empresas mantienen la cautela: “Ya nos dijeron cuánto nos va a tocar en los próximos meses. Ahora, esperemos que cumplan”. Por el lado de los vehículos de producción nacional, la situación no es muy diferente. Además de tener una cantidad limitada de dólares para importar, la producción no crece como exige el mercado. Los problemas para fabricar 0 km se multiplican. Esta semana, dos terminales tuvieron que suspender turnos de producción por falta de piezas importadas. En algún caso, el cese de actividades seguirá desde hoy hasta el lunes.
Lo que está claro es que el 2021 no será fácil. Un empresario del sector lo definió claramente: “Va a ser un año de más clientes que autos y los clientes no van a poder elegir. Van a tener que comprar lo que hay”.
FUENTE; AMBITO.COM.AR 08/02/2021