En la ciudad de Buenos Aires, donde circulan diariamente 1.6 millones de vehículos y se multiplican las zonas restringidas para su acceso, estacionar
En la ciudad de Buenos Aires, donde circulan diariamente 1.6 millones de vehículos y se multiplican las zonas restringidas para su acceso, estacionar es una tarea prácticamente imposible. Sin embargo, en cada barrio, los vecinos se las ingenian con caños, bloques de cemento, cajones de verdura o conos para evitar que ocupen el frente de sus casas, comercios o edificios, o para que no obstaculicen el uso de su entrada de vehículos.
Para evitar la proliferación de señalizaciones caseras y las peleas que se originan por los autos mal estacionados, la Legislatura porteña votó un proyecto de ley en las últimas semanas que modifica el Código de Tránsito y Transporte y ahora permite a los frentistas la «reserva» de espacios en la vía pública.
Es decir, que los vecinos pinten de amarillo (el color que indica que está prohibido estacionar) el cordón de la vereda delante de sus garajes.
El proyecto fue presentado por el legislador Sergio Abrevaya (GEN), quien en los considerandos de la ley indicó que se reciben quejas y denuncias a diario por vehículos mal estacionados sobre entradas y salidas de estacionamiento o garajes particulares, y que estas circunstancias muchas veces generan «situaciones de violencia» entre el dueño de garaje y el infractor.
La ley indica que las demarcaciones en la calzada correrán al costo del frentista y deberán tener características específicas: «Serán dos líneas de un metro y medio de largo perpendiculares al cordón, ubicadas medio metro de cada lado del ancho de la entrada. Las líneas deberán ser de trazo continuo, amarillas y de 0,10 metros de ancho, estando prohibido el estacionamiento entre ellas».
Sin embargo, el Gobierno de la Ciudad deberá autorizar cada caso a través de la Autoridad de Aplicación, donde se deberá presentar una nota. Hacerlo sin permiso representará una multa.
Una de las principales críticas es que con esta modificación se dé lugar a que los vecinos pinten sus cordones en exceso o donde no corresponda para guardar lugar a su propio auto o que el frente quede siempre libre.
Anteriormente, este tipo de señalizaciones solo estaban permitidas a edificios oficiales, embajadas y consulados, sedes centrales de partidos políticos y personas discapacitadas y sus familiares. Sin embargo, si un frentista lo hacía para que su frente quedara libre, no era castigado porque no figuraba como infracción y solamente era resuelto siendo despintado.
FUENTE; INFOBAE.COM 03/01/2019