Las automotrices reclamaron divisas y el Gobierno las acusó de no invertir

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Las automotrices reclamaron divisas y el Gobierno las acusó de no invertir

La falta de dólares se convirtió, en los últimos meses, en el principal problema para el sector automotriz. Muchas firmas ya no pueden importar y son

La falta de dólares se convirtió, en los últimos meses, en el principal problema para el sector automotriz. Muchas firmas ya no pueden importar y son varios los modelos que faltan en el mercado.
Sin embargo, el Gobierno no ha dado respuestas al conflicto e insiste con la época de gloria que vivió el sector y la falta de inversiones.
El tema fue abordado durante una de las jornadas de apertura de Automechanika, a cargo de AFAC, donde la ministra de Industria, Débora Giorgi, adelantó los lineamientos para el sector.
El tema comenzó con las declaraciones de la secretaria de Planeamiento del ministerio de Ciencia y Tecnología, Ruth Ladenheim: «Si se pudo poner un satélite en el espacio…», dejó picando la funcionaria junto a la bandera del Arsat-1.
Buscaba mostrar las posibilidades de la industria e instar a los empresarios del sector automotor a no perder de vista «las condiciones proclives para la inversión». De cerca escuchaban ejecutivos de terminales y autopartistas, según La Nación.
Las palabras parecían un llamado al sueño del largo plazo en una industria azotada por la coyuntura. Tanto que, por primera vez en público, presidentes y altos ejecutivos de las automotrices criticaron al Gobierno por los límites que impone al acceso a los dólares necesarios para importar, la caída de la competitividad por la inflación y el impuesto a los autos de alta gama.
La ministra de Industria adelantó los lineamientos de la política para el sector y anunció que regulará las inversiones de las empresas automotrices radicadas en el país para que alcancen un nivel de integración local del 50% y transfieran tecnología para el desarrollo de ingeniería a nivel nacional, tal como informa un cable de DyN.
«El Estado impulsará inversiones que fortalezcan una industria automotriz más sólida y sustentable, buscando más integración, tecnología y mayor generación de empleo», afirmó la ministra de Industria, quien resaltó que «Argentina es un país con alto potencial para invertir».

En un comunicado, Industria también señaló que «la ministra aseguró que el Estado, además de seguir impulsando el crecimiento del sector con políticas activas, pondrá pautas de inversión a las automotrices».

Entre ello, se les exigirá a las empresas «inversiones no duplicadas con uno o dos modelos de asignación exclusiva o regional por planta».

El programa incluye «actualización de modelos, plantas de tamaño óptimo para alcanzar escalas de producción eficientes por modelo y lanzamientos locales simultáneos con los lanzamientos globales».

También se exigirá «desarrollo de proveedores locales, con integración local de no menos del 50 por ciento pieza sobre pieza y contratos que brinden certidumbre productiva en el tiempo».

Según anticipó Giorgi, se obligará a la «utilización de líneas de producción versátiles, políticas de reinversión permanente y transferencia tecnológica que permita desarrollos de ingeniería locales».

El programa se completa con «diversificación de mercados de exportación y producción de autopartes de orientación global».

«Los desafíos de la industria argentina son mejorar las bajas escalas regionales frente a los pares regionales y actualizar las tecnologías en toda la cadena», dijo Giorgi.
Los pedidos de Giorgi fueron escuchados por representantes de las automotrices, con cuestionamientos empresariales que partieron de compañías que están haciendo inversiones en la Argentina y con buena sintonía con el Gobierno.
Incluso a las tres automotrices que participaron de los paneles se les prometió un plus de u$s96 millones en giros de divisas hasta fin de año para importar en el marco de nuevos proyectos, según el matutino.
«Entre las dificultades económicas, vale decir que es difícil ser competitivos con una inflación del 40% anual y con devaluación. Es un limitante para la industria», criticó Joachim Maier, presidente de Mercedes-Benz, tras la pregunta del economista Bernardo Kosacoff, moderador del panel.
«Si no se pueden girar dividendos a las casas matrices, las empresas se preguntan: «¿qué hacemos acá?» Ése es otro limitante», agregó.
Maier, que cuestionó además los «largos procesos» de homologación de piezas como otro condicionante, afirmó que la Vito -una van utilitaria que la firma producirá desde el año próximo en el país- se exportará en un 100%, ya que por el impuesto a los vehículos de alta gama «no se la puede comercializar en la Argentina».
«Hoy no tenemos problemas para importar sino para pagarles a los proveedores. Y ellos quieren cobrar», sentenció José Cammilleri, director de compras de General Motors.
«Yo tengo balanza positiva», dijo entre risas el presidente de Toyota, Daniel Herrero, para esquivar la pregunta por las trabas a las importaciones. «Hay ahora una coyuntura (difícil), pero llegaremos al millón de unidades», se esperanzó Herrero, el más optimista.

Reclamó, eso sí, previsibilidad, plataformas exclusivas y buenas escalas de producción.
Los autopartistas también advirtieron una coyuntura complicada. «Estamos en un año difícil, un año malo, pero vamos a mirar el vaso medio lleno», dijo Fabio Rozenblum, presidente de AFAC, que ratificó que el sector «es deficitario y presiona sobre las reservas».
«Hay una inestabilidad de corto plazo que es desgastante en la relación con nuestras casas matrices», señaló Carlos Maseda, responsable en el país de Jtekt Automotive, firma que produce cajas de dirección en la Argentina.
«Tenemos costos locales significativamente mayores que en otros países, con insumos básicos más caros y una mano de obra cuyo valor ya no es tan competitivo», señaló Eduardo Nutti, director de MWN, empresa de Jesús María (Córdoba), que en los 90 hacía motores y hoy produce árboles de levas y tapas de cilindros.
«Hay una obligación desde el punto de vista del equilibrio externo», señaló Giorgi, a modo de defensa por la falta de dólares. «No sólo son divisas; es lo que hay detrás de ellas, o sea, millones de horas de trabajo», justificó.
«Falta inversión», criticó después. Según sus cifras, entre 2005 y 2013 se invirtieron u$s5.250 millones y este año hay u$s2.700 millones en curso.
«Es poco si se compara con el giro comercial de 154.000 millones durante estos años», dijo la ministra. Criticó a las terminales -ejemplificó con Fiat- porque sus plantas son más grandes en Brasil que aquí, y dijo que a las empresas que invirtieron les fue mejor que a las que no lo hicieron, aunque no las identificó
FUENTE: IPROFESIONAL.COM 13/11/2014