Las automotrices no son las únicas esperanzadas en que las medidas anunciadas por Cristina Kirchner sirvan para revitalizar la alicaída venta de autos
Las automotrices no son las únicas esperanzadas en que las medidas anunciadas por Cristina Kirchner sirvan para revitalizar la alicaída venta de autos.
También los concesionarios, a los que el anuncio les llega en el momento justo. Porque muchos ya están planificando achicar estructuras y reducir personal.
Esto, habida cuenta de que a finales del año pasado -en plena euforia- se habían entusiasmado con un panorama de ventas que luego, devaluación, impuestazo y suba de precios mediante, terminó no siendo tal.
En efecto, durante 2013 tomaron gente y se prepararon para un mercado que rosaría el millón de unidades, con patentamientos récord y con fuerte renovación de modelos por parte de las terminales, que garantizaba la llegada de nuevos clientes.
Con esos antecedentes como telón de fondo, muchas casas de autos invirtieron en la ampliación de salones, nuevos locales y avanzaron en tomar más personal.
Pero el cambio de escenario fue abrupto. Tras la devaluación y el impuestazo, se generó un derrumbe sin escalas. El desplome en ventas llegó a ser del 40%, con este mes de junio siguiendo esa tendencia, producto de:
• Primero, por la demora en el anuncio oficial, que hizo que muchos particulares esperen a tomar su decisión, ante el riesgo que les implicaba comprar un auto que luego podría bajar de precio. Esta dilación, que afectó a automotrices y concesionarias, se potenció por la disputa entre el Gobierno y los fondos buitres, que sacó el tema de la agenda inmediata del oficialismo.
• El segundo problema vino de la mano del Mundial de Fútbol, que suele afectar negativamente el nivel de operaciones. El atractivo que generan algunos partidos -más allá de los de la Selección Argentina- «hace que menos personas visiten las agencias de autos, los que se traduce en menores ventas», señala Alberto Príncipe, presidente de la Cámara de Concesionarios (CCA).
En la misma línea, fuentes de Subaru Argentina confirmaron que «cada vez que se está en presencia de un Mundial, esto repercute en una merma en el nivel de comercialización». Y agregaron que «sobre todo se da en lo que es alta gama, ya que maneja una clientela que por su perfil es la que más viaja para ver el torneo».
Ayuda pero no resuelve
Con sólo recorrer algunos puntos de venta de la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, la crisis se hace palpable. Y es por ello que algún tipo de anuncio oficial era muy esperado por los actores del sector.
«Las personas se fueron alejando de los concesionarios luego de la devaluación y el impuestazo. Los precios quedaron muy altos, si bien algunas promociones han ayudado a que haya algo de movimiento en los concesionarios», afirmaron desde Collins Automotores, agencia oficial Chevrolet.
Desde la firma aseguraron que ahora «los ingresos apenas sirven para cubrir los costos». El problema radica en que se desarrolló una red de ventas, estructura y personal para otro nivel de comercialización.
Por eso, la gran pregunta es si las medidas del Gobierno servirán para hacer «borrón y cuenta nueva» (respecto al bajón sufrido en el primer semestre del año) y para que el sector recupere los niveles del año pasado en cuanto a patentamientos.
Pero los primeros pronósticos no son muy esperanzadores al respecto:
• Antes de los anuncios, se preveía un desplome de 300.000 vehículos, (de 955.000 del 2013 a tan sólo 660.000 en 2014), es decir, 30% menos.
• La línea de créditos que propone el Gobierno (entre 17% y 19% a tasa fija a cinco años) permitió elevar un poco esas estimaciones.
• Ahora, desde el sector hacen referencia a que se venderán entre 700.000 y 750.000 unidades.
• Es decir unos 200.000 autos menos para el escenario más optimista.
Factor tasa y plazo
«Queremos ver bien las condiciones del acuerdo, pero a primera vista suena interesante, si los créditos son a sola firma, a cinco años y a una tasa de entre el 17% y el 19%», aseguró Fabián Taraborelli, directivo de la red de concesionarios que lleva su nombre.
El plan oficial también contempla el financiamiento de hasta el 90% del valor del auto o un tope en los $120.000.
«Para quien toma el máximo de crédito, $120.000, la cuota oscilará entre los $3.500 y $3.700″, aseguró la ministra de Industria Débora Giorgi, quien además remarcó que un particular con ingresos superiores a los $12.000 podrá calificar».
«Hay que apurarse porque el plan durará tres meses», remarcó la funcionaria».
«Va a ser fundamental la agilidad con que se otorguen estos préstamos, ya que es un tema clave para la venta. También, que se confirme que los requisitos para acceder sean bajos», destacó Darío Romero, gerente comercial de Forest Car.
Respecto del factor «tasa de interés», el directivo hizo referencia a que las terminales ya habían avanzado en otorgar niveles bajos para favorecer las ventas, si bien lo anunciado por el Gobierno es a mayor plazo.
¿Qué venían promocionando las empresas? Volkswagen ofrecía para su línea de comerciales un tipo de interés del 9% y con financiamiento limitado para la Amarok de hasta $150.000.
Renault, una línea al 9,9% (TNA) y costo financiero total (CFT) del 15%, pero sólo a 12 meses y con tope en el 30% del valor del vehículo, aplicable al Fluence, Duster, Sandero y Kangoo.
En tanto, para el Clío Mío la propuesta en el mercado era la de un costo financiero total del 9%, hasta 30.000 pesos.
Peugeot para el 208, 308 y 408 proponía una TNA del 9,9 por ciento.
Pelea por el share
En el sector, los anuncios del Gobierno fueron bien recibidos, si bien para algunos actores dejó sabor a poco.
«La cuota, de entre $3.500 y $3700 para un monto de $120.000, parece accesible» y «el plan a cinco años es razonable, un lapso de cancelación que hasta ahora no se ofrecía en el mercado», destacó Taraborrelli.
Aun así, los ejecutivos del sector reparan en que no será suficiente para cerrar el año con 955.000 vehículos, cifra que equipararía el registro alcanzado en 2013.
Los pronósticos más optimistas hacen referencia a que se podrán patentar unos 750.000 autos.
Es decir, suponiendo que la medida oficial contribuya a que se vendan unos 100.000 más -respecto de las sombrías estimaciones de hace unos días- los patentamientos serán 200.000 menos que los del año pasado (casi 20% por debajo).
En este contexto, se estima que las agencias mantendrán su plan de achicar estructuras y que se enfrentarán con algunos inconvenientes para sostener el empleo, en particular las del segmento premium.
«El problema es que estamos sobredimensionados, porque el millón de unidades para el que nos habíamos preparado a finales del año pasado ya no se dará», advirtió Rubén Beato, secretario de ACARA.
«No tendríamos que habernos subido a la ola de éxito», se lamentó el dirigente, en relación con las ampliaciones y toma de personal en los puntos de venta en los que se avanzó.
Y aseguró que tras la devaluación y el impuestazo, «los autos no volverán a ser baratos, porque el dólar oficial subió fuerte de un año al otro y la mayoría de los componentes y autopartes se traen de afuera».
Todo esto trae dificultades entre los concesionarios a la hora de querer mantener los puestos de trabajo.
Si bien en la primera parte del año se produjeron despidos, gran parte de las agencias estaban esperando las medidas oficiales que iba a anunciar el Gobierno para frenar o continuar con su plan achique de estructuras.
Y lo cierto es que tanto empresarios como encargados de concesionarios aseguran que la iniciativa oficial ayudará pero no hará que se llegue a los niveles previstos antes de la devaluación y del impuestazo.
«Están sosteniendo el nivel de empleo todo lo posible», aseguró Príncipe, de la CCA, pero advirtió que si el actual panorama no se revierte, difícilmente se puedan mantener.
En el caso de los negocios que comercializan marcas premium, se están definiendo planes de contingencia más duros.
«Veo difícil que podamos mantener estructura y personal si las cosas siguen así. Se nos cayó un 85% la venta y casi no nos están entrando autos», afirmó el director de una firma asiática líder, que pidió reserva de identidad por temor a represalias.
Respecto a la alta gama, Beato sostuvo que «el problema es que la ley de impuesto interno es permanente. En el futuro, una gran mayoría se verá obligado a replantear y a redireccionar el negocio», sostuvo Príncipe.
Por ahora, algunos concesionarios se apoyan en la postventa, si bien son conscientes de que este tipo de operaciones no resulta suficiente para solventar el negocio.
Matices
Al analizar el panorama que se vive entre las agencias, se observan diferentes matices.
Esto sucede, por ejemplo, con los establecimientos que comercializan la marca Toyota: si bien es la única que crece en ventas todos los meses, también se topa con dificultades.
Según Fernando Pigoni, director de Toyota Pilar, los porcentajes de ventas crecieron pero se perdió la comercialización de importados, nicho que era de gran aporte al sostenimiento del negocio en general, ya que esos vehículos son los que dejan el mayor margen de rentabilidad y posibilita que otros se puedan vender más baratos.
«Crecimos en negocio de volumen gracias al Etios, pero perdimos en los modelos de tope de gama, que ahora se traen sólo a pedido», explicó.
Por otro lado, confesó que desde que se impuso el impuesto, apenas se vendieron tres unidades del segmento premium en su agencia. El problema es que tienen 40 en stock para las cuales actualmente no tienen demanda.
Esta realidad también la enfrentan varias marcas generalistas. Desde reconocidos puntos de venta de Ford y Chevrolet explicaron que las operaciones cayeron a niveles muy bajos, especialmente los de aquellos modelos afectados por el impuesto.
Según los vendedores, que son quienes toman contacto directo con el cliente, hay mucha desconfianza e incertidumbre y la pregunta típica que hoy domina el negocio es «¿cuándo bajan los precios?».
Cabe destacar que la ola de versiones fue hasta promovida por el propio Gobierno, que desde hace meses venía insistiendo con la necesidad de readecuar los valores de los 0Km para reactivar la demanda.
De hecho, Axel Kicillof y Jorge Capitanich, venían advirtiendo que los precios estaban altos y dejando entrever que se les iba a exigir a las terminales un «esfuerzo» extra para que bajen al menos los de los más populares.
Hace un par de semanas, el propio jefe de Gabinete había asegurado que el Gobierno tenía cerrado un acuerdo con las automotrices para sacarlas del «lodo».
Es así que muchos se ilusionaban con una revisión del impuesto, o con una elevación del piso de $170.000 de fabricación (a partir del cual los modelos se ven alcanzados por el impuestazo).
Pero el Ejecutivo optó por avanzar por el lado de los créditos, una medida que ayuda pero que a algunos directivos les ha dejado el sabor amargo de que resultará insuficiente para volver a pensar en un millón de unidades, cifra para la cual se habían preparado los concesionarios del país.
FUENTE: IPROFESIONAL.COM 24/06/2014